La esencia de los mercados de valores
paovale09Trabajo22 de Octubre de 2012
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MERCADO DE VALORES
Sistemas financieros eficientes tienen un rol de suma importancia en promover el desarrollo de un país. Los mercados de valores son una parte importante de un sistema financiero eficiente. La lógica indica entonces que los mercados de valores juegan un rol importante en promover el desarrollo.
¿Por qué? Los mercados de valores ofrecen intermediación financiera para instrumentos de deuda (bonos por ejemplo) y acciones asegurando la mayor competencia entre las fuentes de financiamiento y por lo tanto mayor eficiencia.
La tendencia mundial refleja que países con distintos niveles de desarrollo están promoviendo sus mercados de valores con la esperanza que esos esfuerzos se verán reflejados en términos de crecimiento económico más rápido.
¿Para que sirven los mercados de valores? Los mercados de valores son un medio para hacer inversiones a largo plazo y reconciliar las necesidades de los inversionistas con las de las compañías que se cotizan públicamente. Estas necesidades, en apariencia contradictorias, se reflejan por ejemplo, en que las compañías necesitan grandes sumas de dinero para desarrollar sus proyectos, mientras que los inversionistas generalmente desean invertir sumas menores; las compañías necesitan capital a largo plazo, mientras que los inversionistas individuales desean la seguridad de una fácil salida y liquidez a su inversión y la contradicción más interesante consiste en que las compañías requieren el menor costo de capital mientras que los inversionistas aspiran a los más altos retornos.
El mercado de valores permite la suma de un gran número de inversionistas con pequeñas inversiones convirtiéndolas en las sumas requeridas por las compañías. Las acciones pueden ser negociadas en el mercado secundario permitiendo la fácil salida y liquidez y el tema de bajo costo versus el alto retorno se resuelve en el mercado donde la compañía ofrece el retorno que la hace atractiva para los inversionistas.
II. Los mercados de valores requieren de compañías sólidas y con proyectos que acudan a ellos a solicitar recursos. Deben existir ciertas motivaciones para que las compañías acudan a los mercados de valores.
Entre algunas de las razones para que una empresa decida hacerse pública tenemos:
1. Obtiene fondos de su oferta pública de valores. Con los fondos captados se puede incrementar capital de trabajo, invertir en investigación y desarrollo, expandir plantas y equipos, adquirir otros negocios etc.
2. Obtiene fondos en términos más favorables. Una vez que se crea un mercado y si el valor (acción) se desempeña bien, la empresa puede ofrecer a los inversionistas un valor con liquidez y con un valor de mercado determinable.
3. La compañía puede contemplar la adquisición de otra empresa con sus acciones públicas en lugar de usar efectivo o endeudarse con terceros.
4. La empresa puede atraer y retener mejor personal mediante planes de opciones para la compra de sus acciones por parte de sus empleados. Lo anterior, genera un gran incentivo a su fuerza laboral creando así mayor lealtad a las empresas. En principio, menos problemas laborales ya que los trabajadores se sienten en mayor medida parte de la empresa y desean, (otra vez en términos teóricos y generales), lo mejor para la empresa, ya que esto se traduce directamente en lo mejor para ellos.
5. La empresa gana prestigio, es más conocida. Los clientes y proveedores pueden convertirse en accionistas y adquirir los bienes y servicios que produce su compañía. Esta es una de las razones de hacerse pública de compañías que distribuyen bienes de consumo y tratan con el público en general.
6. Se obtiene liquidez para los propietarios. La propiedad en un negocio cerrado no público es un activo que no tiene mercado inmediato. Una vez la compañía es pública existe o debe existir un mercado listo en cualquier momento.
7. La compañía puede eliminar garantías existentes como garantías personales y/o reales y evitar así la necesidad de fianzas personales de los accionistas.
8. Se alcanza una sensación al menos sicológica de éxito financiero.
9. En nuestro medio sin duda las ventajas fiscales constituyen un factor decisivo. La existencia de trato fiscal especial a las inversiones en valores registrados se trata de explicar en la medida que de esta manera los recursos de los individuos puedan llegar a las empresas productivas que los necesitan. Esto trae beneficio para el país que se fortalece con empresas que generan bienes o servicios y empleo. Es necesario acotar que de no respetarse este esquema las ventajas fiscales no tienen justificación, por lo menos no ética.
No puede soslayarse la seria responsabilidad que implica para una empresa el ser pública. Lo anterior se refleja en hechos concretos como la revelación de información. Este es un problema que en nuestro medio se acentúa por razones históricas y culturales. Hay una tendencia cultural de manejo de las compañías de forma cerrada o familiar lo que limita el abanico de compañías en las cuales se puede invertir.
Una vez la compañía es pública toda la información de importancia de la misma debe ser pública, los propietarios de la empresa sienten en ocasiones que pierden alguna flexibilidad en su manejo, la habilidad de tratar un asunto rápidamente se puede perder y hay que cuidarse de conflictos de interés a la hora de tomar decisiones. La administración estará pendiente del impacto de toda decisión en el precio de mercado de la acción. Inicialmente aumentan los gastos administrativos y se debe efectuar la preparación de reportes y distribución periódica de material informativo. La compañía puede ser objeto de acciones de clase.
Desde el punto de vista de conveniencia y oportunidad, una idea central es que no todas las compañías son elegibles para ser públicas. La decisión de convertirse en una empresa pública es una decisión compleja y costosa que requiere de asesoría profesional financiera y legal. Contadores y abogados juegan un papel preponderante.
III. Los mercados de valores requieren de inversionistas que acudan a ellos a invertir en los valores de las compañías. Debe existir confianza en la información financiera para que los inversionistas acudan a los mercados de valores.
¿Cuál es la realidad panameña frente a toda esta teoría?
En un país con grandes porciones de la población en pobreza y otros grupos obteniendo ingresos que bastan únicamente para la mera supervivencia es un tanto cínico y cruel hablar de la existencia de ahorro que pueda ser convertido en inversión. Lo anterior hay que unirlo al hábito casi nulo de ahorrar que tiene el panameño promedio. Es decir, el universo de inversionistas locales es reducido.
En el universo de inversionistas que si podrían invertir, recientes llamados escándalos financieros han minado el elemento fundamental para que el sistema funcione en forma eficiente y que no es otro que la confianza. La población se muestra, con justificada razón, escéptica y desconfiada.
Si bien formalmente estamos avanzando y vamos por buen camino, ya que tenemos mejor legislación que años atrás, no hay duda que todavía nos falta muchísimo por hacer. Se requieren hechos concretos y no palabras. Alcanzar el nivel óptimo tomará tiempo y es una labor que involucra muchos estamentos de la sociedad. No es una labor aislada del ente regulador del mercado de valores. La empresa privada, así como el órgano judicial y el legislativo y toda la comunidad debe participar.
En la esfera de los profesionales, los contadores públicos juegan, sin duda, un papel importante para que el sistema funcione. Deben ser importantes aliados del público inversionista y del regulador de valores. Hacen una labor que es de suma importancia ya que están llamados por ley a dar fe pública sobre la veracidad de la información relacionada las transacciones económicas que realizan las compañías y de comunicar dicha información, con el objeto de facilitar a los diversos interesados la toma de decisiones de carácter financiero.
Es interesante resaltar como estos profesionales tienen un rol que ni siquiera la Comisión Nacional de Valores posee. En efecto, el artículo 75 del Decreto Ley 1 de 8 de julio de 1999 que crea la Comisión y se regula el mercado de valores en Panamá, a diferencia de la ley que regula la profesión de contador público, dispone que la Comisión no será responsable por la veracidad de la información o de las declaraciones contenidas en las solicitudes de registro o en los informes que se le presenten.
El sistema funciona si cada uno cumple su papel. Si alguien no cumple el suyo es necesario que se den los correctivos para enviar el claro mensaje a la sociedad en el sentido de que los incumplimientos no son, ni serán, tolerados.
Estamos iniciando una labor titánica, que en muchos aspectos implica una lucha contra
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