La inversión financiera y los criterios morales y sociales
rfornero Monografía 25 de Noviembre de 2015
20.022 Palabras (81 Páginas) 270 Visitas
[pic 2]
INVERSIÓN ÉTICA Y PECADOS PERMITIDOS
La inversión financiera y los criterios morales y sociales[pic 3]
Ricardo A. Fornero
Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza - Argentina)
2014
Presentado en XXXIV Jornadas Nacionales de Administración Financiera, SADAF, Septiembre 2014
Versión con modificaciones Febrero 2015
Para comentarios: ricardo.fornero@fce.uncu.edu.ar
INVERSIÓN ÉTICA Y PECADOS PERMITIDOS
La inversión financiera y los criterios morales y sociales
SUMARIO
1. Introducción
2. Alcance de la inversion ética
2.1 Magnitud actual de la inversión responsable
2.2 Tipos de inversión ética o responsable
2.3 Estrategias de inversión responsable
2.4 Evolución de las cifras de inversión administrada con criterios éticos (o de responsabilidad social)
3. Las variantes de la preselección (screening)
4. Preselección con principios religiosos
4.1 Origen de la inversión ética religiosa
4.2 Pautas cristianas de inversión
4.3 Pautas islámicas de inversión
4.4 Pautas judías de inversión
5. Preselección con criterios sociales y ambientales
5.1 Exclusiones basadas en responsabilidad social
5.2 Exclusiones basadas en normas
5.3 Resumen: Inversión ética con criterios religiosos y laicos
6. De pecados y dispensas
7. De nombres y alcance: ¿Mainstrimización de la inversión responsable?
7.1 Los cambios de nombre
7.2 Fases de la inversión responsable y argumentos
7.3 Los actores en el proceso: El ecosistema de la inversión responsable
7.4 Consecuencias de la mainstrimización de la inversión responsable
8. Conclusión: La limitación de las exclusiones
1. Introducción
Inversión ética es una expresión que se refiere genéricamente a la inversión en activos financieros que se realiza considerando de modo explícito criterios adicionales al criterio estrictamente económico de rendimiento esperado y riesgo. Esos criterios pueden tener una base de moral religiosa o bien referirse a la deseabilidad social (en sentido amplio) de las actividades de los emisores de los títulos.[1]
“Al comienzo, aquellas inversiones filtradas según criterios religiosos se denominaron éticas puesto que, para un punto de vista religioso, ética y fe están estrictamente vinculadas. Hoy en día, sin embargo, los criterios religiosos de inversión se denominan basados en la fe (faith-based) y los términos ética y socialmente responsable tienen más una connotación laica.”[2]
Aquí vamos a usar como denominación genérica inversión ética para hacer referencia a la inversión que se realiza con criterios tanto religiosos como laicos. Cuando corresponde se distingue entre una inversión moralmente responsable [3] y una inversión socialmente responsable (socially responsible investment, SRI).[4] Al difundirse el encuadre ESG (ambiental, social y de gobernanza) de las actividades económicas, la inversión socialmente responsable se ha comenzado a denominar simplemente inversión responsable (responsible investment) o inversión sostenible (sustainable investment).[5]
Los inversores que se guían por esos criterios no desdeñan la rentabilidad de su inversión, sino que consideran que ellos no deberían obtener beneficios de las actividades que califican como reprochables. Y también pueden buscar, con sus decisiones de inversión, que se modifiquen los comportamientos que juzgan indeseables (o, al menos, les interesa no apoyar esas actividades).
La noción de inversión ética, entonces, implica considerar que hay actividades o comportamientos de negocios que son cuestionables (es decir, son pecaminosos). En este ensayo se usa la palabra pecado con un sentido genérico y no sólo religioso: es una forma abreviada de referirse a aquellas actividades o comportamientos que se consideran incorrectos con la perspectiva de la moral religiosa o de la deseabilidad social en términos amplios.
El uso de esta forma abreviada se ha difundido también para referirse a los inversores que se orientan específicamente a aquellas inversiones que son excluidas con los criterios de la inversión ética (inversores que a veces se denominan sinners, pecadores). Y para designar a los títulos que son rechazados por algunos criterios de inversión ética (que se denominan sin stocks, acciones de pecado).
Cabe puntualizar que tanto la inversión que no se sujeta a consideraciones como las mencionadas y la inversión que sí lo hace se refieren a actividades que son aceptadas por el ordenamiento legal. La inversión ética agrega a ese marco legal sus propios criterios de aceptabilidad, y para la decisión del inversor se define un espacio de elección menor que el de todos los negocios encuadrados legalmente. En este sentido, implica la decisión de no apoyar, o no participar en las ganancias, de lo que se considera que son pecados permitidos por ese orden legal.
Sin embargo, en el ámbito de la economía actual existen muchas interrelaciones entre las actividades de negocios. Esto lleva a que puede ser difícil la aplicación estricta de los criterios genéricos enunciados para cada tipo de inversión ética. Para que ésta sea viable, en numerosos casos debe realizarse una especificación que termina admitiendo como objeto de inversión ética algo que, en algún aspecto, es pecaminoso con esa misma perspectiva. Hay, así, un cierto grado o forma de pecados permitidos en la inversión ética.
Lo que se considera pecaminoso puede cambiar en el tiempo o según el enfoque. Por ejemplo, en un determinado momento, lo que es pecaminoso con una perspectiva de inversión ética no lo es con otra. Pero después puede serlo. Cabe preguntarse cuán adecuada era, para la atención de los principios declarados, la calificación que consideraba permitido lo que después no lo es.
En este ensayo se comentan los criterios que se aplican en los diferentes tipos de inversión ética, y se adopta una perspectiva comparativa que permite enmarcar aquellos pecados que se consideran admisibles. La finalidad no es argumentar que la inversión ética vulnera los criterios con los que dice orientarse. Más bien, se busca mostrar que la aplicación de esos criterios generales no es tan nítida como podría interpretar el usuario de los medios financieros que se presentan como formas de inversión ética.
La inversión ética se puede administrar de modo personal por los individuos que desean aplicar esos criterios de decisión, o bien a través de fondos de inversión. Estos son productos financieros que se diseñan y administran con algún conjunto de criterios que apunta a cada tipo de público, entre el total de interesados en la inversión ética. Los criterios reflejan distintos enfoques de lo que es éticamente admisible. Los diferentes conjuntos de criterios en muchos aspectos coinciden, pero mantienen contradicciones, en el sentido de que algo que es considerado pecaminoso para algunos fondos resulta admisible para otros.
Hay numerosos estudios de la rentabilidad comparativa de la inversión ética y de la inversión que no estipula criterios especiales. Si bien los resultados son muy variados, en general no se identifican diferencias sistemáticas en el rendimiento ajustado por riesgo. Esto en parte podría atribuirse al uso de criterios menos estrictos que los contenidos en la propia definición de cada tipo de inversión ética.
2. Alcance de la inversion ética
2.1 Magnitud actual de la inversión responsable
El ámbito de la inversión ética se ha ido perfilando con mayores distinciones a medida que aumenta la cantidad de recursos que se orientan de ese modo. Según el relevamiento mundial de GSIA (Global Sustainable Investment Alliance),[6] los activos de fondos administrados con criterios de inversión ética o responsable a principios de 2014 totalizaban 21,4 billones (millones de millones) de dólares. Esta cifra, según el informe, representa 30% del total de fondos administrados institucionalmente (fondos de inversión, fondos de pensión, compañías de seguros).[7]
...