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Las Escuelas Clasicas Contables


Enviado por   •  29 de Junio de 2013  •  4.412 Palabras (18 Páginas)  •  12.363 Visitas

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Las Escuelas Clásicas

El período clásico se da desde el nacimiento de las primeras escuelas de pensamiento contable, en el siglo XVIII, hasta que surge el denominado programa de investigación económica a comienzos del siglo XX.

La característica principal de esta etapa es su propósito esencial que es explicar y fundamentar el funcionamiento de las cuentas. Esta es la nota básica de las primeras escuelas (la escuela contista y teoría del propietario; la escuela lombarda, personalista y controlista). Sin embargo, hay que reconocer que en las últi¬mas escuelas surge una decidida vinculación de la contabilidad con la administración de los negocios y, como consecuencia, con disciplinas afines, tales como la economía de la empresa.

Pero ninguna de ellas define de forma clara el concepto de valor económico, ni se pretenden formular teorías basadas en tal concepto sobre la contabilidad como cuerpo de conocimientos. Tampoco aparece la utilidad de nuestra disciplina para la toma de decisiones. Habría que esperar a las escuelas económicas, la primera de las cuales es la neocontista, para que el pensamiento contable tomara esta dirección.

1. La Teoría Contista

La primera escuela de interés en la historia del pensamiento contable, tras Pacioli, es la llamada “contista”, de la que suele considerarse como precursor al francés René Delaporte, autor en 1685 del Traité de la science des negociants et teneurs de livres. Posteriormente, esta línea de pensamiento alcanza su punto álgido con La tenue de Livres Renddue Facile, publicada en 1795 por Degranges.

La Escuela Contista pretende explicar y justificar las reglas que rigen los movimientos de las cuentas. Por esto, Delaporte acuña el principio de la personalidad moral de la empresa, distinguiéndola de su propietario.

En este periodo se acuñan las reglas que constituyen la esencia de la partida doble y tiene su expresión más característica en su norma básica: quien recibe un valor es siempre deudor del mismo, y quien lo entrega es acreedor. Además, a este período se debe la propuesta “cinquecontista”, sistema de llevar los registros utilizando no más de cinco cuentas del propietario.

La escuela contista tuvo como principal característica a todo lo vinculado con las cuentas, sin embargo esto dio lugar a uno de sus principales aportes: la primera teoría en torno al funcionamiento de las cuentas, incluso, las primeras utilizaciones de fórmulas algebraicas para demostrar relaciones existentes entre determinadas cuentas.

2. La teoría del Propietario

Esta teoría surgió a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña. Esta teoría tiene a su principal exponente a Huscraft Stephens quien expuso las siguientes reglas de funcionamiento de los movimientos de cuentas:

1. La empresa independientemente de cualquiera que sea su forma y naturaleza jurídica, tiene que ser considerada como un ente con personalidad y consideración distinta a la del propietario.

2. Desde el momento en que se admite que la empresa tiene personalidad propia ha de admitirse también que posee un patrimonio, integrado por dos grupos de elementos:

a) Bienes, derechos y acciones de toda clase que son propiedad de la empresa, a este grupo se designa con el nombre de Activo.

b) Créditos y obligaciones de toda clase en contra de la empresa, designándose este segundo grupo con el nombre de Pasivo.

3. De ello resulta que el patrimonio de la empresa está formado por un activo a su favor y un pasivo en su contra, y que los diversos elementos que integran el activo y el pasivo han de ser clasificados según sea su naturaleza, en grupos llamados cuentas, teniendo el principio de que los valores incluidos en cada cuenta presenten entre sí la máxima homogeneidad contable.

3. La Escuela Lombarda

El siglo XIX presenció el florecimiento del pensamiento contable en Italia, con una preeminencia intelectual que habría de permanecer hasta bien entrado el siglo XX. Todas las escuelas italianas tienen un objetivo común, el propósito de elaborar teorías científicas para nuestra disciplina, normalmente basadas en la relación entre la contabilidad y la administración empresarial.

Francisco Villa es el principal representante de la llamada Escuela Lombarda. A él se debe una construcción teórica de la contabilidad que toma como punto de partida la consideración de que su objetivo es el control de la empresa, mostrando el resultado de todas sus operaciones.

Con ello, la contabilidad es para Villa una doctrina de orden superior, destinada a interpretar la dinámica de las haciendas, para la cual son necesarios los conocimientos administrativos y de orden varias, combinado con los conceptos puramente contables, y una disciplina propia para la utilización de medios instrumentales adecuados para poder realizar los fines previstos para la administración económica. En resumen, la contabilidad debe ser considerada como un complejo de nociones económico-administrativas aplicadas al arte de llevar las cuentas.

La Escuela Lombarda tiene importantes aportes precursores de planteamientos actuales, especialmente la separación entre teneduría de libros, por un lado, y los principios económico administrativos que rigen el arte de llevar las cuentas y su decidida vinculación con conceptos económicos.

4. La Escuela Personalista

Los principales aportes de esta escuela corresponden al italiano Cerboni (1883-1886), a finales del siglo pasado. Sus principales planteamientos giran en torno a dos puntos básicos:

•Los fundamentos conceptuales de la disciplina contable se apoyan en relaciones jurídicas entre las personas intervinientes en la administración del patrimonio de la empresa.

•El carácter económico de la contabilidad, a la que sitúan prácticamente al frente de la economía de la empresa, abarcando la totalidad o al menos una buena parte de la actividad empresarial.

En principio, la Escuela Personalista parece congeniar o ir de la mano con los planteamientos contistas, en los que se considera a una persona sujeto de derechos y deberes detrás de cada cuenta. Sin embargo, esta postura clásica es superada ya que más que asignar personas a las diferentes cuentas afirma que éstas sirven para regular las relaciones entre aquellas personas considerando que todas ellas representan derechos y obligaciones del propietario.

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