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Liderazgo. La importancia de un líder


Enviado por   •  27 de Octubre de 2018  •  Apuntes  •  1.199 Palabras (5 Páginas)  •  164 Visitas

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Liderazgo:

Para empezar, deseo incluir la definición que tiene Aristóteles sobre el hombre, lo ve como un animal político (zoon politikon), éste al igual que el animal, es un ser social, pero se diferencian en el ámbito político debido a que los animales no son capaces de crear y organizar sociedades como lo hemos hecho nosotros a lo largo de la historia. Otra gran habilidad que nos diferencia de los animales es nuestra ambición, las acciones de los éstos están guiadas a satisfacer sus necesidades primarias, sobrevivir y reproducirse. Mientras que los hombres, además de satisfacer nuestras necesidades primarias como comer, dormir y reproducirnos, buscamos más, nos convertimos en un ser eternamente insatisfecho, en búsqueda de la felicidad duradera que resulta ser inalcanzable.

Debemos de entender que el poder político es un modo de influir en la actividad humana, los individuos se someten a él y le prestan obediencia porque creen en su legitimidad y no se pueden resistir a su acción, esto se debe a la coacción que pueden ejercer sobre los individuos y los instrumentos de control social que permiten efectivas sus sanciones. El poder del Estado está jurídicamente establecido por el ordenamiento constitucional y legal de cada país.

Si nos ponemos a analizar la historia, la mayoría de los acontecimientos históricos se han producido debido a los deseos infinitos del hombre de alcanzar el poder y la gloria. Las ganas de alcanzar el poder influyen en la mayoría de nuestras acciones, ya sea para administrarlo individual o colectivamente, un grupo de personas puede buscar el poder para un caudillo líder que represente sus intereses, sienten los triunfos de éste como suyos.

Mediante la historia también nos damos cuenta de que siempre han existido hombres que dan órdenes y otros que las obedecen. La desigualdad en la distribución de poderes es tan antigua como las comunidades humanas, es decir, desde los tiempos más remotos que nos son conocidos. La historia social está marcada profundamente por una lucha entre élites para alcanzar el poder.

Ahora, es importante que entendamos que vivimos en un mundo globalizado, es decir, distintas sociedades integradas en un mismo sistema con un acelerado proceso de cambio que afecta varios ámbitos de la vida humana. Por lo tanto, las decisiones de Estados influyentes pueden causar un efecto dominó sobre los demás Estados, es por esto que un líder del Siglo XXI debe tener la capacidad de adaptarse a los constantes cambios producidos por la globalización y principalmente lograr que su comunidad pueda sobrellevarlos. Sus acciones deben de ir en concordancia con el Sistema Internacional pero también con los intereses de la sociedad a la que representa.

La política es entendida como la búsqueda del bien común, pero dejando atrás la mayor subjetividad posible (por qué sabemos que es imposible llegar a un 100% de objetividad en las ciencias sociales) entendemos que la política siempre se ha tratado de la defensa y representación de los intereses particulares, ahora, lo importante es entender los intereses de quién representa el interés de la mayoría y, por lo tanto, del país. Según Marx son los intereses del proletariado, ya que, como clase social, representa los intereses de la mayor cantidad de individuos. Weber creía que el sujeto creador y de vanguardia de la historia era la burguesía, ya que con ésta la humanidad llegó a un desarrollo que anteriormente no había podido producir.

América Latina está pasando por momentos muy difíciles debido a que los líderes de Estados no representan los intereses comunes, sino más bien sus intereses personales o los del grupo al que pertenecen. Por ello se produce una desconfianza hacia las instituciones, con todos los excesos que se realizan en éstas y la corrupción por parte de los gobernantes, los ciudadanos ya no confían en los partidos tradicionales, en los líderes, ni en un posible cambio, nos encontramos en una crisis de representatividad, es decir, el vínculo que une a los gobernantes con los gobernados se ha roto. Un principal y doloroso ejemplo de esta situación es la crisis de Venezuela, mientras que los demás Estados se muestran indiferentes ante una violación sistemática de los principios de la democracia.

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