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Macroeconomia


Enviado por   •  26 de Agosto de 2014  •  833 Palabras (4 Páginas)  •  162 Visitas

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De acuerdo al último reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el número de desempleados en el mundo aumentó 5 millones en 2013 y llegó a los 202 millones a nivel global debido a que el empleo está creciendo a un ritmo más lento que la fuerza de trabajo.

Según el informe Tendencias Mundiales del Empleo 2014 de la OIT, el grueso del aumento del desempleo mundial se registró en las regiones de Asia Oriental y Asia Meridional, sumando 45% de personas buscando empleo.

En cambio en América Latina el número de desempleados no superó los 50 mil, es decir el 1% del total de desempleados en 2013.

De acuerdo a la OIT, si la tendencia actual se mantiene, el desempleo mundial seguirá empeorando hasta alcanzar los 215 millones de desempleados en 2018.

En muchos sectores se están produciendo ganancias, pero estas se invierten sobre todo en los mercados de activos y no en la economía real, perjudicando así las perspectivas de empleo a largo plazo.

Los jóvenes son los más afectados

En la actualidad, unos 74.5 millones de hombres y mujeres menores de 24 años están desempleados, una tasa mundial de desempleo juvenil superior a 13%, más del doble de la tasa de desempleo general a nivel mundial.

En los países en desarrollo, el empleo informal sigue estando muy extendido, y el ritmo de las mejoras en la calidad del empleo está disminuyendo. Esto significa que un número menor de trabajadores está saliendo de la pobreza.

Un desempleado tarda más en encontrar trabajo

Por si fuera poco, la duración del desempleo se ha prolongado de manera considerable. En algunos países como España y Grecia, la duración media del desempleo es de 9 y 8 meses respectivamente.

“Cuando se estima que 23 millones de personas han abandonado la búsqueda de trabajo, es imperativo que sean implementadas políticas activas del mercado laboral con mayor vigor a fin de abordar la inactividad y el desajuste de competencias”.

En Estados Unidos, el desempleo de larga duración afecta a más del 40% de todas las personas que buscan empleo.

“Además, un número cada vez mayor de esos potenciales trabajadores se desalientan y quedan fuera de la fuerza de trabajo, lo cual produce un deterioro y una obsolescencia de las competencias, así como un incremento del desempleo por largo tiempo”.

En 2013, el número de trabajadores en situación de extrema pobreza –viviendo con menos de US$1,25 al día– disminuyó sólo en 2,7% a nivel mundial, una de las tasas más bajas de la última década, a excepción de los años inmediatos a la crisis.

La recuperación mundial de los mercados laborales está siendo frenada por un déficit en la demanda agregada. En muchas economías desarrolladas, las drásticas reducciones del gasto público y el alza de los impuestos sobre la renta y el consumo imponen una carga pesada sobre las empresas privadas y los hogares.

Además, una falta de coordinación estratégica entre las políticas monetarias y fiscales ha incrementado de manera substancial la incertidumbre de los mercados laborales, con empleadores que con frecuencia están renuentes a contratar o a hacer inversiones a largo plazo.

El desempleo aumentará en 2018 en otros 75 millones de puestos laborales sin un crecimiento de la economía mundial, lo cual incrementará los 202 millones de desocupados del 2013.

El déficit de trabajo mundial, que comenzó durante el momento más álgido de la crisis financiera, no disminuye y se incrementa por la falta de capacidad para generar trabajo.

De continuar las tendencias de crecimiento del empleo anteriores a la crisis, 62 millones más de personas hubieran tenido ocupación en 2013, pero a menos que la economía global se acelere el panorama no cambiará.

La economía mundial aún no se encuentra en un camino de desarrollo sostenible, sólido y equilibrado y que la debilidad de la demanda mundial frena la creación de empleo, los salarios y una mayor recuperación.

La consecuencia de esos tres factores es la ralentización en la reducción de la pobreza en el mundo en desarrollo.

En 2013 el número de trabajadores en pobreza extrema disminuyó a sólo 2,7 por ciento a nivel mundial, una de las tasas más bajas registradas durante la última década.

Las desigualdades de los ingresos también se amplían y la participación de los salarios en el Producto Interno Bruto disminuye, incluso en economías avanzadas, donde los salarios están rezagados en relación con el crecimiento y la productividad.

Recordó que esa tendencia fue encubierta por hogares descontrolados que solicitaban préstamos antes de la crisis, y temporalmente compensados por las innovaciones del mercado financiero que demostraron ser insostenibles.

Estos prolongados problemas estructurales agobian la demanda y frenan la recuperación.

CONCLUSIONES

Lo que se necesita con urgencia es un replanteamiento de las políticas. S e debe intensificar los esfuerzos a fin de acelerar la generación de empleos y apoyar a las empresas que crean empleos.

Es urgente restablecer el poder adquisitivo de las familias, sobre todo en los niveles de ingresos más bajos, estas son medidas esenciales para evitar caer en la trampa de un crecimiento débil.

Deben generarse muchos más empleos, invertir en infraestructura, apoyar a las pequeñas empresas y potenciar el desarrollo de las competencias.

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