Macroeconomía
regina30 de Octubre de 2013
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INTRODUCCIÓN
RESERVAS INTERNACIONALES.
Son activos financieros que el banco central invierte en el exterior y que pueden ser fácilmente convertidos en medios de pago. Su característica principal es la liquidez; es decir, la capacidad de los activos que la integran para saldar rápidamente obligaciones de pago fuera de nuestro país.
En general, sólo los activos que son propiedad del Banco Central pueden considerarse como reserva internacional. En el caso de México, estos activos son propiedad del Banco de México y de acuerdo con el artículo 18 de su propia Ley, el objetivo de contar con una reserva internacional es el de contribuir a la estabilidad de precios mediante la compensación de desequilibrios en la balanza de pagos; esto es, diferencias entre los ingresos y egresos de divisas (monedas distintas al peso mexicano) al país. Así, las reservas internacionales fungen como un seguro para afrontar contingencias que podrían reflejarse en una disminución de los flujos comerciales o de capital de la balanza de pagos, generados principalmente por desequilibrios macroeconómicos y financieros, ya sean de origen interno o externo. Las crisis causadas por la contracción en la actividad económica o en el comercio internacional, quiebras bancarias, escasa liquidez en los mercados financieros, encarecimiento del crédito, entre otros son ejemplos de desequilibrios macroeconómicos y financieros.
Para que un activo financiero sea considerado como parte de la reserva internacional tiene que cumplir con ciertos atributos. En el caso de México, estos activos deben cumplir con lo que establece el artículo 19 de la Ley del Banco de México, el cual estipula que la reserva internacional se constituye por las divisas y el oro propiedad del banco central. Estos activos deben estar libres de cualquier impuesto y tener libre disponibilidad. Se trata de activos que representan obligaciones de pago de entidades no residentes en México, por ejemplo depósitos en instituciones financieras del exterior, y deben estar denominados en monedas extranjeras de libre convertibilidad; es decir, monedas que se pueden cambiar por las monedas de los demás países sin ninguna limitación y por lo tanto, no tienen restricciones para liquidar transacciones internacionales, por ejemplo, el dólar estadounidense o el euro.
En México, las reservas internacionales se integran por activos financieros denominados en las divisas de mayor importancia en los mercados internacionales, tales como dólares de los E.U.A., euros o yenes japoneses, entre otras.
CONTENIDO.
RESERVAS INTERNACIONALES.
En el sexenio del Presiente Gustavo Díaz Ordaz en su gobierno de (1965-1970)
La economía nacional siguió creciendo, obteniendo 43.69% en el período, a un ritmo promedio del 6.23% anual. El tipo de cambio se mantuvo fijo en 12.50 pesos/dólar, otra vez no hubo devaluación alguna en el sexenio; la inflación en USA creció el 27.6% y la inflación en México fue de17.8% en todo el sexenio, otro hecho histórico, la inflación sexenal fue más baja en México que en USA. El diferencial inflacionario favorable a México, no solo le permitió mantener la paridad sin cambio alguno durante los 6 años, sino que el peso mexicano se convirtió en una moneda "fuerte", utilizada como tal en transacciones internacionales. El dato sobre el salario mínimo, nos reporta un crecimiento del 48.84% en el período. y la relación entre el salario mínimo y la inflación en términos reales, ganó 26.39% de poder adquisitivo en el sexenio.
La deuda externa representó el 12% del PIB, en virtud del desarrollo de los juegos de la XIX Olimpíada en México. Don Gustavo Díaz Ordaz tuvo un final muy negro, por su mal manejo del problema estudiantil de 1968, aún así, los resultados económicos, gracias a la valiosa participación de don Antonio Ortiz Mena fueron excelentes.
Los resultados económicos obtenidos en este sexenio sumados al de Don Adolfo López Mateos hicieron historia, y por esta razón el Lic. Ortiz Mena recientemente se hizo merecedor de la Medalla Belisario Domínguez (post mortem), una de las más altas distinciones a las que puede aspirar un ciudadano mexicano. Don Antonio Ortiz Mena fue reconocido internacionalmente y ocupó el cargo de director del BID (Banco Internacional de Desarrollo) durante muchos años.
En los siguientes dos sexenios entra en juego un nuevo factor económico. Hasta ahora hemos visto como los volúmenes de endeudamiento externo se mantuvieron dentro de niveles manejables, entre 5% y 10% del PIB corriente. Luis Echeverría Álvarez, 1971-1976, el presidente que se atrevió a decir que las finanzas públicas se manejaban directamente desde Los Pinos y acabó por endeudar seriamente al país.
Enfocándonos en el resumen sexenal de Luis Echeverría, vemos que la economía nacional siguió creciendo para alcanzar el 41.47% en el período, a un ritmo promedio del 5.95% anual, El tipo de cambio se devaluó en 1976, por primera vez en 22 años, pasó de 12.50 pesos/dólar a 20.00 por/dólar acumulando el 60% en el sexenio; la inflación en USA creció el 46.2% y la inflación en México se desbocó hasta llegar al 129.6% en el período, casi el triple que en USA.
El dato sobre el salario mínimo, nos reporta un crecimiento del 202% en el período. y la relación entre el salario mínimo y la inflación en términos reales, ganó 31.62% de poder adquisitivo en el sexenio. Sin embargo, al igual que hizo Miguel Alemán, Echeverría realizó incrementos artificiales en los salarios para terminar el sexenio con números positivos. Estos aumentos irresponsables, como sabemos son los causantes de las graves presiones inflacionarias posteriores. Si nos enfocamos más hacia ver ahora el resultado de la Deuda Externa y encontramos la novedad de que la hizo crecer el 360% en seis años, llegando a representar el 28.6% del PIB.
Observando con cuidado las cifras y para tener una idea clara del desastre, se debían 19,600 millones de dólares de 1976 y si observamos la siguiente columna a la derecha, nuestras exportaciones totales apenas cubrían 3,655 millones de dólares. Quiere decir que se requerían 5.36 años de exportaciones de ese nivel para poder cubrir tan enorme deuda. Una vergüenza nacional. Este es un ejemplo de un sexenio con crecimiento, con empleo, pero además con una terrible inflación sin control, un salario con poder adquisitivo pasajero y una deuda en apariencia impagable.
Vendría después José López Portillo, 1977-1982, de tristes recuerdos, fue quien se atrevió a decir que debíamos prepararnos para la abundancia y tiempo después cuando aquello resultó una mentira, que defendería el tipo de cambio como perro y al final de su mandato "nacionalizó" los bancos que entonces eran todos de mexicanos (ahora queda solo uno), estatizó en grado superlativo la economía y manejó con muy poco acierto la industria petrolera.
En el resumen sexenal de López Portillo, vemos que la economía nacional creció por arriba del nivel que tuvo el sexenio ejemplar de su tocayo López Mateos para alcanzar el 45.73% en el período, a un ritmo promedio del 6.48% anual, El tipo de cambio se devaluó en 1982, último año de su gobierno cayendo de manera vertical el 646%, y no se detuvo hasta llegar a niveles de 149.00 pesos/dólar; la inflación en USA creció el 67.7% y la inflación en México llegó a niveles jamás imaginados hasta alcanzar 459% en el período sexenal, casi 6 veces que USA. El dato sobre el salario mínimo, nos reporta un crecimiento del 276.32%, muy por debajo de la inflación. y la relación entre el salario mínimo y la inflación en términos reales, le hizo perder 32.66% de poder adquisitivo en el sexenio, más de lo que artificialmente le había agregado Echeverría en 1976. . Estos aumentos irresponsables del salario hicieron más pobres a todos los mexicanos que supuestamente habrían de sacar de la pobreza. Al continuar con este sexenio podemos ver el resultado de la Deuda Externa y encontramos que la hizo crecer el 200% en seis años, llegando a representar ahora el 91.6% del PIB, al menos con las cifras oficiales que nos dejaron, pero la realidad fue que la economía nacional estaba hecha añicos. Observando con cuidado las cifras, ahora vemos que las reservas internacionales habían caído a niveles de 1,800 millones de dólares, pero debíamos cerca de 59,000. Las exportaciones eminentemente petroleras habían subido a casi 24,000 millones de dólares, y una vez más habría que utilizarlo para pagar las deudas.
Después llega Miguel de la Madrid Hurtado, 1983-1988, pues nunca sabremos si su mal desempeño se debió al país que recibió hecho pedazos o si esa manera netamente gris, era su forma real de gobernar. Curiosamente cuando llegó al poder dijo "No permitiré que el país se nos deshaga entre las manos", pero finalmente acabó por hacerse añicos. Dos sexenios anteriores y consecutivos de gasto desordenado, alta inflación, endeudamiento y estatismo, habían llevado al país a la bancarrota Madrid y veamos lo que sucedió en el que conocemos como el sexenio gris.
La economía nacional ya no creció al ritmo que traía, se frenó bruscamente y obtuvo un miserable crecimiento del 1.84% en todo el sexenio. Los dos resultados
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