Paradoja De La Finanzas En El Peru

La Paradoja de la Economía y las Finanzas en el Perú

Miguel Pisfil

En la última copa mundial hemos sido testigos de la fiesta del fútbol, siendo Brasil la sede escogida para acoger a millones de personas de los 32 países del mundo que serían los protagonistas de la tan esperada Copa Mundial, partido a partido presenciamos que los resultados obtenidos son el reflejo de las decisiones que se tomen tanto en el planteamiento antes del encuentro como en las del minuto a minuto del partido, no olvidándonos que cada selección con su respectivo cuerpo técnico comienzan a jugarse las chances de levantar la ansiada copa en la convocatoria de los jugadores que defenderían la camiseta de su país. Luego de transcurridas cada una de las etapas del torneo tuvimos a los finalistas, dos equipos que notablemente supieron tomar las mejores decisiones y jugarse sus mejores cartas para llegar hasta aquí, pero también dicho torneo nos dejó sinsabores como la eliminación del país anfitrión; Brasil, quién sorpresivamente no supo diversificar sus opciones y sin duda fue protagonista, pero de una catástrofe futbolística, pagando por sí sola las malas consecuencias de sus actos.

En la actualidad la economía peruana es el espejo de este vergonzoso seleccionado brasileño, siendo golpeada sintiendo ya las repercusiones de malas decisiones a nivel político tomadas años atrás originando paulatinamente que ésta se desacelere. Quién no recuerda que luego de los comicios electorales del pasado 2011, cuando el pueblo peruano se vio en una encrucijada entre el sida y el cáncer no teniendo más remedio que elegir el llamado en aquel entonces “mal menor”, no se le dio al empresario la confianza debida para que este invierta su dinero en el Perú. Pero: ¿Fue verdaderamente esta decisión el mal menor? o ¿estuvimos dentro de un callejón sin salida en el cual hasta este momento no vemos la luz sino más bien encontramos un hoyo profundo que con el transcurrir de los meses solo tiñe nuestro futuro de dura obscuridad?

El gobierno de turno no supo llenarle los ojos de nuevas y mejores oportunidades que cubran las expectativas del gremio empresarial peruano ni mucho menos la del capital extranjero que dicho sea de paso es mucho más exigente, siendo todo lo contrario, creando un escenario hostil, de preocupación y ansiedad; afrontando problemas ocasionados por ellos mismos. Recordemos los más de 200 conflictos sociales, siendo los más mencionados los de ciudades como Cajamarca y Cuzco por la inversión minera, los cuales contribuyeron fuertemente a ahuyentar capitales del exterior, reflejando así su falta de liderazgo y déficit político para resolver dichos conflictos. O recordemos cuando originó revuelo a nivel mundial con la propuesta que el estado era el mejor postor para adquirir los activos puestos a la venta por la empresa gasífera española Repsol dando paso así a la especulación que este gobierno volvería al modelo estatista de años pasados. Sumándole a esto el caso de como la ley del servicio civil, servicio militar obligatorio, la muy sonada ley de la unión civil y la famosa nueva ley universitaria, promulgada el último ocho de julio del 2014. O como cuando generó casi un movimiento telúrico cuando él y su bancada decidieron aumentarle los sueldos a los funcionarios públicos, que fue casi una cachetada a la pobreza pasando a ganar algunos 30,000 nuevos soles desde 15,000. Luego trataron de tapar el sol con un dedo diciendo que también se elevaría la remuneración mínima vital, anuncio que minutos después fue desmentido por su esposa y el ministro de economía y finanzas diciendo que ese tema nunca estuvo en cartera. Además, es muy cuestionado por la gran intromisión de su esposa, la primera dama de la nación Nadine Heredia, de quién se propagó un audio telefónico donde el aquel entonces ministro de defensa Pedro Cateriano en el cual confirma que ella le dio luz verde para realizar un decreto de urgencia en el cual se encargue el Programa de las Naciones Unidas de Desarrollo de las licitaciones para equipar instalaciones militares en los ríos Ene (VRAE) y Apurímac. Pero como dejar de lado la tan sonada designación de miembros del Tribunal Constitucional (TC), Banco Central de Reservas y Defensoría del Pueblo, llamada repartija política, siendo esta tan cuestionada que el mismo presidente hizo un llamado a renunciar a dos magistrados de sus cargos, quienes horas después accedieron. Tanta es la falta de competencia del actual gobierno que aún no puede resolver tres principales temas de orden público como seguridad, educación y salud; sumándosele ahora la flamante desaceleración económica.

A fines del 2012, los expertos en economía y algunas instituciones financieras se atrevieron a darnos sus cálculos sobre las expectativas de crecimiento del PBI peruano en los siguientes años, las cifras era una copia fiel de años anteriores, 6.5% anual. Otra vez la variable política jugó una mala pasada y no estimaron factores externos como las crisis que atravesaban en esos momentos los mercados económicos-financieros internacionales y lamentablemente esta variable no fue cuantificada y capitalizada óptimamente, tanto que en el primer trimestre del 2013 los mismos expertos cambiaron sus pronósticos de crecimiento por debajo de lo esperado; fue tan malo el escenario que en una entrevista que el ex ministro de economía y finanzas Pedro Pablo Kuczynski (PPK) nos dio un mensaje muy desalentador: “Es un sueño que creceremos 6.5% este año”, expresó. Claramente, observamos que el escenario actual ya se veía venir desde inicios del 2013, fue en el preciso momento en que el, en aquel entonces ministro de economía y finanzas, Luis Miguel Castilla llamaba a la calma al país comunicándonos que el caos del extranjero no iba a repercutir

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