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Politicas de comercio exterior


Enviado por   •  27 de Julio de 2021  •  Ensayos  •  3.574 Palabras (15 Páginas)  •  234 Visitas

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Políticas de comercio exterior

Consideraciones sobre la importancia de las políticas de comercio exterior en Argentina en los últimos años.

Las políticas de comercio exterior se apoyan en un vastísimo arsenal de instrumentos de diversa naturaleza (comerciales propiamente dichos, fiscales, financieros, de asistencia técnica, promocionales, regionales, y de gestión de la calidad, la sanidad y el cuidado del medio ambiente).

Estos instrumentos pueden estar definidos a nivel del gobierno central o de las administraciones provinciales; pueden estar dirigidos a firmas o grupos industriales, regiones o sectores específicos, pueden ser de alcance genérico o para acciones individualizadas, y finalmente pueden ser de vigencia plena o temporaria. En Argentina a partir del inicio de la década de los noventa, una vez abandonado el esquema de políticas altamente restrictivas al comercio exterior, de corte proteccionista y con un fuerte sesgo anti-exportador, que predominó en la década del ‘80, se optó por una política comercial orientada hacia la apertura externa y con fuerte apoyo a la modernización de la estructura productiva interna, tendiente a fortalecer las capacidades competitivas del país en el comercio internacional.

Las políticas comerciales argentinas de este último período fueron influidas por la orientación general de las ideas económicas de la época, que se apoyaron, en el mundo y en Argentina, en dos conceptos claves: mayor desregulación de las actividades productivas internas y mayor apertura al comercio internacional.

Al margen de dificultades importantes de corte macro-económico y social que estas políticas originaron en Argentina, el efecto neto de la orientación general de la política comercial Argentina fue una importante retracción en el uso de los instrumentos propiamente comerciales (en particular los aranceles de importación y exportación, y las cuotas o cupos de importación) que intentaban paliar los efectos de un tipo de cambio fijo y sobrevaluado. Se apeló además al uso de una “nueva” generación de instrumentos con un enfoque netamente horizontal, destinados a promover las competencias tecnológicas, las economías de escala y la calidad de la gestión empresaria. El esfuerzo estuvo orientado a aumentar la productividad, y la competitividad exportadora, principalmente dirigido a las PYMES nacionales y a las cadenas agroalimentarias.

En la etapa de crisis y colapso del esquema de tipo de cambio fijo, ya iniciado el nuevo siglo, se vuelven a reflotar instrumentos comerciales que prevalecieron en los años ochenta, y a diseñar otros, tendientes a apuntalar a los sectores más debilitados por las políticas económicas de finales del siglo anterior, y a moderar el impacto positivo de gran magnitud, que resultó de la devaluación del tipo de cambio, en los sectores más competitivos a nivel internacional.

Se reinstalan las retenciones a las exportaciones en un marco de aumento importante de las exportaciones impulsadas por un tipo de cambio favorable y una demanda mundial en ascenso proveniente de los países asiáticos. La aparición de China y la India, como demandantes de alimentos y materias primas industriales provoca un incremento en los precios internacionales de los “commodities”, y abre una oportunidad muy importante para los países ricos en recursos naturales, que poseen ventajas comparativas y competitivas en el sector agroalimentario, y en las producciones: minera, pesquera, energética y forestal.

Conviene subrayar que la batería de instrumentos de política comercial vigentes en Argentina se corresponde con una evolución favorable de la balanza comercial en los últimos años, y por lo tanto la incidencia de la misma ha sido altamente positiva en la recaudación de recursos fiscales provenientes de las políticas tributarias aplicadas al sector externo. Este notable desempeño del sector exportador argentino, ha jugado un rol clave en el logro de los llamados “superávits gemelos”, fiscal y de cuenta corriente, que alcanzó un record de casi 5% del PBI en 2005. Esta situación contrasta con el desempeño externo en los 90s, caracterizado por fuertes déficits de la cuenta corriente que llegaron en ese periodo, en promedio, casi al 3% del PBI.

Análisis de la Balanza comercial

Las exportaciones argentinas de bienes sufren una importante contracción reflejo de la recesión que se experimenta durante el periodo 1999-2002 A partir del 2003 comienzan una tendencia creciente, que se continua hasta hoy alcanzando en el año 2007, un pico de   46.569 millones de dólares.

El repunte de las exportaciones ha sido motivado por una mejora de los términos de intercambio de la Argentina, como consecuencia de un incremento de los precios mundiales de algunos de sus principales productos de exportación, como por la recuperación de la competitividad cambiaria desde la introducción del régimen de flotación a principios de 2002. Las exportaciones han respondido positivamente al cambio de precios relativos, (que ha sido de más del 30%), con aumentos de las cantidades superiores al 33%, aún en un contexto desfavorable signado por: (a) el aumento sostenido de la demanda interna, (b) los problemas de suministro en algunos servicios e insumos básicos, (c) las dificultades para la obtención de crédito, y (d) el empleo por parte del Estado de aranceles a la exportación y de controles de precios internos.

Claramente un tipo de cambio competitivo y estable ha sido una condición necesaria para el reciente salto exportador. La depreciación del tipo de cambio resultó en una fuerte reducción de los costos salariales industriales, que en el primer trimestre del 2006 eran en términos reales un 20 por ciento menores que en el momento de la devaluación y mucho más bajos que en los noventa.

A su vez, la causa profunda de este salto exportador puede encontrarse en transformaciones ocurridas en la década pasada. Primero, en los importantes cambios tecnológicos y organizacionales del sector agroindustrial pampeano, vinculados sobre todo a la cadena de la soja y sus derivados. Y segundo, en el aprovechamiento de ‘nuevos’ recursos naturales como el petróleo, minería y el gas que no habían sido aprovechados anteriormente. A su vez, ambos procesos estuvieron dinamizados por un proceso de fuerte transnacionalización de la actividad productiva que permitió incorporar nuevos capitales y nuevas tecnologías.

El comercio total argentino (exportaciones más importaciones) incrementó su participación en el PIB del 23,3 por ciento en 1998 al 43,5 por ciento en 2006, y el superávit comercial se mantiene más o menos inalterado alrededor de los U$S 13.000 millones de dólares, que representan el 5,9% del PBI, entre dichos años.

El comercio exterior es cada vez más importante para el desarrollo económico argentino. Una mirada de largo plazo sugiere que luego de un periodo prolongado de cierre, el nivel de apertura de la economía, medido como exportaciones más importaciones sobre el PBI, se encuentra históricamente en niveles muy elevados, no alcanzados desde comienzos del siglo XX.

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