Salario minimo y precariedad laboral

Salario mínimo y precariedad laboral

El salario mínimo ha sido un objeto de controversia sexenio tras sexenio en razón a su efectividad con los objetivos propuestos de la respectiva administración en curso. Este articulo da una perspectiva bastante negativa de como el salario mínimo no es suficiente para satisfacer las necesidades de las familias.

Desde hace 30 años que se ha venido presentando en nuestro país una caída del poder adquisitivo, estos últimos años hemos visto las peores condiciones laborales en México, con largas jornadas de trabajo mal pagadas y un encarecimiento de la canasta básica que resulta en que las familias tengan que vivir en condiciones precarias. La Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) de 1987 a 2016 llegó a un precio de $216.06 pesos, en contraste con el salario mínimo que para este mismo año fue de $73.04 pesos diarios. Es decir que el mexicano está ganando una tercera parte de lo que realmente necesita para comprar su canasta alimenticia, además en estas cifras no se está considerando gastos adicionales como lo son el transporte, vestimenta, renta y otro tipo de gastos que toda familia tiene.

Además, “el que el salario no alcance ni para darle de comer a una familia es una situación que no es exclusiva de 2016, ya que la tendencia en la cual el salario mínimo se encuentra por debajo del precio de la CAR lleva ya varias décadas”, y el texto nos presenta una gráfica donde es muy visible la proporción con que el precio de la canasta básica excede el salario mínimo. 36 millones de personas tienen ingresos menores a lo que la constitución señala que debería ser el salario mínimo, esto es un 69% de la población ocupada.

Se menciona también el aumento salarial en sexenio de Peña de 15% sim embargo, aunque parece una buena cifra la realidad es muy diferente. La realidad fue únicamente un aumento de $4 pesos diarios, que en términos nominales solamente fue un incremento de 9.5% del salario de 2016, aumento que no sería de gran impacto ya que se vería opacado en unos meses por la inflación.

Mas adelante en el texto se presenta una gráfica en comparativa de las horas que necesitaría trabajar un obrero para comprar la canasta básica, siendo 1987 cerca de unas 5 horas, a necesitar 20 horas de trabajo dirias para conseguir la paga de alimentación de una familia, esto obviamente excedería las jornadas laborales establecidas por ley, y que es simplemente imposible destinar tantas horas al trabajo todos los días.

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