Sistema Monetario Europeo.
luniaSíntesis23 de Julio de 2016
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Desde que SME entro en vigencia el 1979 a partir de ello el Sistema Monetario Europeo paso por varias etapas, inicialmente el segundo schock petrolero ataco la economía mundial, generando una inflación en las actividades económicas.
El programa de expansión económica adoptado por el gobierno francés después la elección de Mitterrand para la presidencia genero una tensión adicional sobre los tipos de cambio europeos, déficit en cuenta corriente y la fuga de capitales debilitaron la moneda franca al igual que la mayoría de la monedas europeas.
Esta etapa de caracterizada por frecuentes realineamientos y costosas intervenciones para compensar diferencias de costes y precios. Ausencia de estrategias económicas comunes y de medidas de estabilización interna. El cambio brusco de políticas económicas ocasionó el congelamiento temporal de salarios y precios, la tasa de inflación siguió descendiendo y por ende el déficit continúo.
Luego el cambio de tendencia lo marca el gobierno francés [Marzo 1983] al devaluar el franco y abandonar la política económica expansionista. El resto de países sigue la misma dirección. Los acuerdos de Basilea-Nyborg de 1987 liberalizan el acceso a las líneas de financiación para apoyara a las monedas más débiles y eliminar tensiones en el SME a través de: modificaciones de los tipos de interés, variación de los tipos de cambio dentro de las bandas e intervenciones en el mercado de divisas. Los realineamientos son cada vez menos frecuentes y se emplean para lograr una mayor disciplina y facilitar la convergencia, en vez de para compensar diferencias de costes y precios. El marco alemán se configura como moneda ancla del sistema y las intervenciones intramarginales se hacen en esa moneda. En esta etapa se plantea el mercado único europeo y la ratificación del Acta Única.
La aferracion de Mitterrand a la integración económica del continente genero una nueva devaluación del franco, pasando así del rigor a la austeridad, gracias a un plan de estabilización lograron conseguir un préstamos de respaldo.
Para las elecciones de 1986 se logro la desinflación, deindexacion, recuperaron los márgenes de ganancia de las empresas, así como la modernización industrial. También en este último año fue la última devaluación francesa en el MC desde entonces Francia mantuvo su moneda sujeta al marco llamado Franc Fort. El único realineamiento es el de la lira en 1990, consistente en una devaluación y en el paso a la banda estrecha (2,25%) a partir de julio de ese año, fecha en la que se liberalizan los movimientos de capitales en la CE. Son característicos de esta etapa la estabilidad del sistema debida a los acuerdos de Basilea-Nyborg, la aceptación de la política monetaria alemana y el marco como moneda ancla. Aparecen críticas al sistema debido a la asimetría de funcionamiento que obliga a las monedas débiles a cargar con el coste de los ajustes. La reunificación alemana es fuente de nuevos problemas que se agravan con los primeros síntomas de recesión mundial y la falta de convergencia en las tasas de inflación de España, Portugal e Italia.
En 1992 el SME pasa por su fase más crítica. La liberalización de los movimientos de capitales para la mayoría de los países de la CE en 1990, como consecuencia del proyecto de Mercado Único eliminó el recurso a una política monetaria independiente, excepto para Alemania por su condición de país ancla. El carácter asimétrico del sistema se agudizó con la reunificación alemana afectando al SME, al proyecto de UEM y a las economías de los países que no pudieron adoptar medidas para recuperar el curso de sus economías.
A la falta de coordinación monetaria se sumaron las incertidumbres sobre el futuro de la UEM derivadas del rechazo danés al referéndum sobre el Tratado de Maastrich y el escaso margen del sí francés sobre esta misma cuestión. En este ambiente la crisis estaba servida: en el verano de 1992 comenzaron una serie de ataques especulativos contra las monedas del SME que duraron hasta agosto de 1993. La falta de convergencia en las tasas de inflación, los desajustes en las paridades y la pérdida de competitividad internacional de la CE hicieron que algunas monedas (peseta, lira, escudo y corona sueca) sufrieran una significativa apreciación real. En septiembre de 1992 la libra y la lira abandonan el sistema y a finales de año la corona sueca y la corona noruega hicieron lo propio. La peseta y el escudo se devaluaron dos veces en el otoño de 1992 y otra más en marzo de 1993. A partir de ese momento se inicia un estrechamiento en el diferencial de interés con respecto a Alemania (especialmente Francia) contribuyendo a una mayor tranquilidad para afrontar la recesión económica.
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