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Swaps De Tipos De Interés (IRS)


Enviado por   •  25 de Marzo de 2012  •  5.724 Palabras (23 Páginas)  •  834 Visitas

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Swaps de Tipos de Interés (IRS)

Esta lección trata sobre las aplicaciones de los Swaps de Tipos de Interés (IRS). Se analizan las características de estos instrumentos y sus principales aplicaciones.

Cuatro son los objetivos de la lección:

• Analizar las diversas técnicas existentes para gestionar los riesgos financieros en las empresas, así como definir y clasificar los instrumentos financieros

• Definir y clasificar las operaciones swaps u operaciones de permuta financiera.

• Analizar las diversas aplicaciones de estos instrumentos en la gestión de los tipos de interés.

• Estudiar la negociación, ventajas e inconvenientes de estos instrumentos.

Introducción

Las operaciones de permuta financiera o swaps se han convertido, sin duda alguna, en el instrumento financiero derivado de mayor crecimiento de los últimos quince años, tanto a nivel mundial como de España

Los swaps son contratos en los que dos agentes económicos acuerdan intercambiar flujos monetarios, expresados en una o varias divisas, calculados sobre diferentes tipos o índices de referencia que pueden ser fijos o variables, durante un cierto período de tiempo.

La aplicación fundamental de este instrumento financiero, y que ha producido su espectacular crecimiento, son la gestión de los riesgos financieros, la reducción de los costes de financiación, el arbitraje entre mercados o la creación de instrumentos financieros sintéticos.

En España todavía existe un gran desconocimiento por parte de la mayoría de los potenciales usuarios de este instrumento financiero.

1.- INTRODUCCIÓN A LA GESTIÓN DE RIESGOS Y A LOS MERCADOS DERIVADOS

El auge de los mercados derivados en los últimos años ha sido espectacular, provocado básicamente por su utilización como para la cobertura de riesgos. En este epígrafe, de carácter introductorio, analizaremos como se pueden gestionar los riesgos financieros dentro de las empresas así como las características y clasificación de los mercados derivados, entre los que se incluyen los swaps u operaciones de permuta financiera.

1.1. La gestión de riesgos financieros en la empresa.

El marco de riesgo en el que operan las empresas ha cambiado profundamente en la última década, planteando nuevos retos al directivo financiero. Durante estos últimos años, hemos visto como se han abandonado las políticas proteccionistas en materia de fijación de precios de bienes y servicios, tipos de interés o de cambio; se han flexibilizado las restricciones al comercio y se ha globalizado la economía, los avances conseguidos en las tecnologías informáticas y de telecomunicaciones, permiten la difusión de la información en tiempo real y el diseño y utilización de instrumentos financieros de creciente complejidad.

No cabe ninguna duda de que esta nueva situación afecta de forma sustancial a la actividad empresarial, influyendo de un modo u otro sobre sus resultados futuros. Muchos de estos riesgos son inherentes al desarrollo de su propia actividad productiva y son los denominados riesgos de negocio, económicos o empresariales, ligados a la fabricación y comercialización de los productos y servicios de la compañía. El inversor estará dispuesto a asumir dicho riesgo cuándo la rentabilidad esperada sea suficiente para compensarlo, pudiendo ser gestionado eficazmente mediante herramientas tradicionales, tales como la diversificación.

Aparte de estos riesgos, de negocio, las empresas se encuentran sometidas a otros de origen financiero, que cada vez ejercen una mayor influencia sobre las mismas. Dentro de estos, destaca el denominado riesgo de mercado, consistente en la posibilidad de que una empresa sufra pérdidas en un determinado período debido a movimientos inesperados y adversos en los tipos de interés, de cambio, precios bursátiles y de las materias primas o commodities. El efecto de los riesgos de mercado sobre las empresas ha ido aumentado a la vez que el entorno financiero mundial se hacía más incierto. No obstante, no ha sido hasta hace poco tiempo cuando los directivos han empezado a plantearse la gestión de estos riesgos, con el objeto de limitar las pérdidas potenciales y estabilizar los flujos empresariales.

Ante estas situaciones, que pueden afectar de forma considerable a los beneficios de las empresas, éstas se plantean su gestión con el objeto de mitigar o atenuar la probabilidad de sufrir pérdidas. Las primeras técnicas que empezaron a utilizarse estaban basadas en mecanismos de balance o en actuaciones que afectaban a las prácticas de explotación. En este sentido, las empresas controlaban sus riesgos de tipos de interés alineando los activos y pasivos de vencimiento similar. Del mismo modo, las compañías exportadoras que no querían verse influenciadas por el riesgo de tipo de cambio construían fábricas en sus mercados estratégicos; y aquellas sometidas en mayor medida al riesgo de precios de mercancías lo trataban de evitar mediante la acumulación de existencias excedentarias. No obstante, estas técnicas tradicionales plantean diversas dificultades. Por ejemplo, el mantenimiento de existencias excedentarias de materias primas, como protección frente a incrementos futuros de precios, puede afectar a la calidad y cantidad de la producción. Además, la empresa se arriesga a sufrir pérdidas si caen los precios de sus existencias. También resultan en determinadas ocasiones costosas y no siempre posibilitan la gestión de un determinado riesgo.

Para solventar las ineficiencias de los métodos tradicionales, se han ido desarrollando desde los años setenta nuevas técnicas de gestión de riesgos, que han traído como consecuencia la aparición de los instrumentos financieros derivados. Correctamente utilizados, permiten transferir los riesgos a los que se encuentran sometidos los agentes sin crear riesgos adicionales, permitiendo anticiparse a las consecuencias favorables o desfavorables de dichos cambios. Este hecho permite limitar las pérdidas potenciales y estabilizar los flujos de caja, aportando, además, flexibilidad, rapidez, precisión y bajos costes de transacción. Pese a que los derivados se utilizan desde hace tiempo, sólo últimamente han pasado a ser considerados por los directivos de las empresas como una estrategia viable en la gestión activa de los riesgos financieros, acentuados por la

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