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TRABAJO DE SUELDOS Y SALARIOS


Enviado por   •  12 de Octubre de 2020  •  Apuntes  •  2.287 Palabras (10 Páginas)  •  84 Visitas

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TRABAJO DE SULDOS Y SALARIOS

ALUMNOS

MARIMAR GRANADOS CANTOR

CAROLAIN XIMENA RINCÓN

DANIELA CASANOVA

CAROLYNNE PRADA

PEDRO ARISTIZABAL

DOCENTE

GLORIA BEATRIZ SÁNCHEZ ROA

UNIVERSIDAD DE CUNDINAMARCA

ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS

GIRARDOT

2020

DE LA ANARQUÍA A LA PLANIFICACIÓN

E L   S I S T E M A   C O M E R C I A L

El principio básico que animó el nacimiento y desarrollo del capitalismo, es decir, de la propiedad privada sobre la economía y la sociedad, fue la necesidad de la existencia de la libre competencia y del libre mercado; se partía de una realidad y era el dominio de los señores feudales sobre la tierra y las pocas herramientas que existían hace más de setecientos años y, en consecuencia, de su dominio sobre el comercio.

De aquí se desprendía la necesidad social de romper esa estructura que impedía el libre flujo de recursos y la libre iniciativa de las personas para emprender negocios tanto dentro de los países como a nivel mundial; el incremento de la producción, estimulado por el mejoramiento de las herramientas de trabajo, del crecimiento de la población y el surgimiento de un sector  de la sociedad -llámese clase social- que cada día se apropiaba de la riqueza generada por el trabajo ajeno, condujo al nacimiento, desarrollo y consolidación de la economía capitalista.

Se impone, muchas veces a sangre y fuego –“descubrimientos”, conquistas, coloniaje-, la libre competencia y el libre mercado.

Al mismo tiempo se desarrollan las correspondientes teorías económicas, políticas, religiosas y sociales y se da vida a un tipo de Estado que expresara y defendiera los intereses de esa nueva clase social que ahora ejercía su dominio sobre el planeta y la sociedad humana; el nuevo orden necesitó de ideas que justificaran su existencia y convencieran a la mayoría de que ese era el orden natural de todas las cosas.

El advenimiento de una etapa de desarrollo del capitalismo mucho más elevada que en sus inicios, condujo a la aparición de un capitalismo ya no basado en la libre competencia y en el libre mercado sino en la imposición violenta de los intereses económicos, comerciales y financieros de los grandes centro de poder en el mundo; nace Estados unidos y otros como potencias y surge entre ellos una lucha implacable por el dominio de los mercados mundiales y de los recursos naturales y tecnológicos necesarios para la producción.

Aparecen las dos guerras mundiales y con ellas desaparece la libre competencia y el libre mercado, dando paso al monopolio total, a través de mecanismos como el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y los llamados Tratados de “libre” Comercio, de todos los recursos materiales y tecnológicos disponibles y su apropiación, mediante dominio financiero (dinero centralizado en los países desarrollados) y a través de invasiones y golpes de Estado.

 Esta realidad, diseminada por gran parte del planeta, exceptuando los países que tuvieron hasta la década del noventa del siglo pasado un tipo de Estado llamado socialista, no pudo ser visualizada con claridad dado el contrapeso que significó la existencia de una economía centralizada, mediante la planificación estatal, y la lucha por la influencia de cada una de ellas en el concierto mundial.

Sólo pasados los años noventa se logró percibir en toda su magnitud las reales características de la economía de mercado y sus rasgos inherentes -globalización o imposición de la economía de mercado- y millones de seres humanos en el mundo sintieron el rigor de una economía basada en la anarquía; a ello contribuyó la profunda crisis en que ha estado sumido el capitalismo durante los últimos treinta años, sin el contrapeso del llamado sistema socialista mundial.

Una de las características de dicho sistema, que es inherente a él y constituye política económica y de Estado, es la existencia misma del desempleo; la fuerza laboral -considerada una mercancía más (en forma implícita), es sometida a las leyes de oferta y demanda del mercado: entre más se ofrezca una mercancía, más tiende a bajar su precio, y ello se aplica a la fuerza laboral para que tienda a la baja.

En ese sentido podemos decir que la economía de mercado -sistema capitalista- mantiene un volumen enorme de fuerza laboral en el desempleo para reducir su valor -más bajos salarios, menos derechos laborales, menos seguridad social- y para maximizar los beneficios particulares a partir de la baja del costo laboral.

La consecuencia de esta realidad es que, a mayor desempleo, menores ingresos de la población, menor capacidad de consumo, menor productividad empresarial por cuanto no hay demanda por falta de ingresos en la población, y por lo tanto crisis del sistema.

Adicionalmente, una sociedad en la cual supuestamente todos pueden tomar iniciativas productivas “empresariales” y desarrollar sus propios proyectos, tiende a la anarquía -y eso es la economía de mercado: una sociedad anárquica en la cual cada empresario potencial y real hace lo que considera como su iniciativa, y se llega, de esta manera, al uso irracional de los recursos naturales, humanos, financieros, comerciales y tecnológicos, y a su despilfarro.

La utilidad de los mercados no beneficia a la población, sino que se constituye en un beneficio particular que cada día se va concentrando más en pocas manos, mientras el resto de la actividad económica queda supeditada como distribuidora de los monopolios locales e internacionales; la planificación básica de la economía de mercado se realiza en función de los intereses de los centros de poder y la sociedad es simplemente el canal a través del cual se realiza el interés privado, particular.

Llegamos, en este orden de ideas, al eje central del análisis de la sociedad de mercado: ¿por qué, si la producción de la riqueza tiene un carácter social -es la capacidad física y mental de millones de seres humanos la que genera la producción material y espiritual en la sociedad-, su apropiación tiene carácter privado y se apropia no de acuerdo con los intereses de la sociedad en su conjunto sino en beneficio particular de unos pocos?

Bajo el argumento de que hay un orden natural y unos derechos naturales, basados en el interés individual, en el egoísmo, y que estos y que estos pérfidos principios constituyen la característica humana, se ha pretendido, desconociendo la enorme capacidad de solidaridad de los seres humanos, que ese tipo de sociedad de mercado es lo apropiado para la Humanidad y debe permanecer en el tiempo; de igual forma pensaban -en sus épocas- los defensores de las sociedades esclavista y feudal.

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