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Trabajo Productivo


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2021  •  Apuntes  •  1.292 Palabras (6 Páginas)  •  44 Visitas

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  1. Trabajo Productivo:

El mercado laboral se encuentra fundamentado en una férrea estructura patriarcal que distribuye de manera desigual el trabajo productivo y reproductivo entre mujeres y hombres, lo que nos lleva a la naturalización de la subordinación de las mujeres frente a los hombres, y a la continua presencia de desigualdades de género. Pese a que las condiciones de vida de gran parte de las mujeres, evidentemente, han cambiado y mejorado en las últimas décadas y en comparación con las generaciones anteriores, el ejercicio de dominio sobre las mujeres sigue siendo una realidad constatada, y que sigue presente en nuestro día a día, incluso en las sociedades más igualitarias.

La perpetuación de las desigualdades de género, se han  fundamentan en la “invisibilidad”, reflejada en el acceso tardío  de las mujeres al mercado laboral, la brecha salarial y la falta de reconocimiento tanto económico como social de sus actividades laborales han reflejado la figura de la invisibilidad en el trabajo productivo de las mujeres, e, incluso se encuentra presente en el ámbito familiar, donde el trabajo desempeñado por la mujer es considerado secundario y el salario que percibe es un mero complemento, mientras que el de los hombres aportan la renta considerada “principal”, y sustento familiar. La atribución del carácter voluntario del trabajo remunerado realizado por las mujeres convierte en una obligación la dedicación de estas al trabajo no remunerado, como las tareas domésticas.  

En la misma dirección Brunet y Alarcón apuntaban que las mujeres en las empresas se las considerada como  trabajadoras de media jornada, debido a que dedican sólo la mitad de sus esfuerzos a su carrera profesional, y buscan sólo un trabajo complementario a los de sus maridos (Brunet y Alarcón, 2005: 116).

Las desigualdades de género en el mercado laboral siempre han resultado beneficiosas para el patriarcado y para el sistema capitalista, debido a que las mujeres siempre han recibido salarios menores por el desempeño de las mismas tareas que los hombres, y a que seguían y siguen ocupándose de las tareas del ámbito privado lo que ha supuesto  un beneficio para el mercado laboral tan fuertemente masculinizado.

“El capitalismo no construye las desigualdades de género, sino que estas son generadas por el patriarcado; el capitalismo las utiliza en beneficio propio, las reproduce y a menudo las agrava”  

La posición que ocupan mujeres y hombres no es más que el mero reflejo de las relaciones de género que se dan dentro del núcleo familiar, principalmente en la distribución del trabajo no remunerado. Pues pese a que la mujer tenga un empleo remunerado no parece suficiente para lograr una mayor equidad en el reparto de las tareas domésticas y familiares. Esta situación nos deriva a la figura de la “doble jornada”, concepto que define la compatibilización del desempeño de dos jornadas laborales, una del trabajo productivo, mediante la generación de bienes y servicios, y por otro lado el trabajo reproductivo, donde se engloban las tareas domésticas y el cuidado de los familiares o personas dependientes. Condición a la que se ven expuestas las mujeres que realizan un trabajo remunerado durante la jornada laboral y que además tienen que realizar las tareas propias del trabajo reproductivo y de cuidados.

La jornada doble implica asumir otra jornada no remunera y dedicada exclusivamente a las tareas domésticas y al cuidado de las personas dependientes que conviven dentro del núcleo familiar, como sucede con los hijos o los padres de avanza edad.  Esta situación es fruto directo de la división sexual del trabajo y del modelo patriarcal de nuestra sociedad, donde siguen reproduciéndose los roles que tradicionalmente les han sido impuestos a mujeres y hombres, los cuales no han desaparecido pese a la masiva incorporación de la mujeres al mercado laboral.

Esta doble presencia de las mujeres en ambos ámbitos sigue evidenciando la desigual distribución del trabajo por razones de sexo, lo que condiciona el acceso y elección de trabajos remunerados, asumiendo imperiosamente los trabajos a tiempo parcial, temporales, o sin posibilidad de progresión profesional debido a la falta de disponibilidad y compatibilidad  que genera la “doble jornada”. Esta desigual distribución de recursos, de tiempo y de las responsabilidades atribuidas y llevadas a cabo por mujeres y hombres nos permite hablar de una segregación horizontal y vertical.

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