Triangulo De Fraude

Se entiende por fraude el objetivo de engañar a una persona, empresa u organización en forma intencional, con el propósito de obtener una ventaja injusta que resulta en perjuicio de los derechos o intereses de otra persona o entidad.

El modelo del ”triángulo del fraude” fue diseñado por el doctor Donald Cressey (Criminólogo Estadounidense), es uno de los más aceptados y que mejor explican, porque las personas cometen fraudes. Este es uno de los conceptos fundamentales de la declaración de normas de auditoria DNA (SAS 9).

En la búsqueda por detectar y atacar el fraude, los expertos han determinado que para que se materialice deben existir tres elementos, tener el poder (motivo o presión), percibir la oportunidad de cometerlo y de alguna manera racionalizar que el fraude es aceptable, esto es lo que explica este triángulo.

A continuación se explicará de qué trata este modelo, las definiciones de cada elemento y como repercuten dentro de una empresa

Triangulo del Fraude

Uno de los exponentes más certeros en el tema, el Doctor Donald Cressey (1961), criminólogo estadounidense, quien desarrolló uno de los modelos más aceptados y que explica por qué buenas personas cometen fraude.

Este modelo se conoce como: El Triángulo del Fraude. Su investigación se centró en desfalcadores a quienes llamó violadores de la confianza. Este modelo distingue tres factores que deben estar presentes para que una persona común cometa fraude. Estos factores son:

1. Poder (incentivo/presión): La administración u otros empleados tienen un estímulo o están bajo presión, lo que les da una razón para cometer fraudes.

2. Oportunidad: Existen circunstancias, por ejemplo, la ausencia de controles, controles ineficaces o la capacidad que tiene la administración para abrogar los controles, que facilitan la oportunidad de perpetrar un fraude.

3. Justificación/actitud: Aquellas personas que son capaces de racionalizar un acto fraudulento en total congruencia con su código de ética personal o que poseen una actitud, carácter o conjunto de valores que les permiten, consciente e intencionalmente, cometer un acto deshonesto.

El elemento del poder, conlleva un deseo material o psicológico, que tiene el defraudador para cometer un acto ilícito. La mayoría de los caso lo mueve el afán de lucro. Sin embargo existen casos aislados que el defraudador realiza su acción motivados por necesidades legítimas o circunstanciales. Es por esto que la presión es un factor que gatilla el fraude, el móvil o incentivo sobre necesidades reales o percibidas,

Los indicadores del poder son:

 La situación económica, que enfrentan algunos empleados por su estilo de vida, mal manejo del presupuesto personal y otros por su bajo sueldo, deudas personales y comerciales, estos factores ocasionan cambios de la actitud hacia la empresa, lanzándolo a involucrarse en actividades ilícitas para compensar sus necesidades económicas.

 Necesidades personales, como la matrícula de sus hijos en universidades o colegios, enfermedades en la familia; estas personas no encuentran una salida digna y honrada al problema, sino más bien, dichas situaciones lo impulsan a buscar la menos oportunidad que tienen a su alcance para defraudar a la entidad.

El elemento de la oportunidad, conlleva la probabilidad, conveniencia y percepción que tiene el defraudador para realizar un acto con o sin temor a ser descubierto. Estas personas inescrupulosas intervienen donde el factor de la oportunidad le resulta libre de riesgos, ejerciendo un planeamiento efectivo.

Existen algunos indicadores que promueven la oportunidad de cometer fraude, como por ejemplo:

 Exceso de confiabilidad, que los

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