Un Buen Vendedor

En el pasado cuando era joven, Hafid trabajaba como camellero para Pathros quien era conocido como el mejor vendedor del mundo. Un día Hafid hablo con Pathros y le expreso su interés por dejar su trabajo, le dijo que quería ser vendedor y hacerse rico trabajando para él. Pathros no se mostro en posición de ayudar a Hafid hasta que se percato que el verdadero interés del muchacho era trabajar para ser exitoso y así poder conquistar a la hija de Calneh un hombre muy rico. Pathros incursionó a Hafid a que vendiera un manto muy fino en Belén, cosa que Hafid no pudo cumplir pues les regalo el manto a una pareja con un recién nacido, cuando se encontraban en una cueva en una noche fría en Belén. Esa misma noche Hafid se dirigió hacia donde estaba Pathros, al llegar, Pathros lo estaba esperando pues se percato de que una estrella venía siguiendo desde Belén al muchacho, además la estrella curo a Pathros de una ceguera. Hafid le conto a Pathros todo lo que le había sucedido en Belén y que estaba apenado por haberle fracasado. Pathros le dijo que tranquilo que no había fracasado. Fue por esto que un día Pathros llamo a Hafid y le conto sobre unos pergaminos que le habían sido dados a él por un señor a el cual él le había salvado la vida, se los dio a Hafid y le dijo que se dirigiera a Damasco y que no mostrara a nadie los pergaminos solo una persona llegaría algún día y el se daría cuenta de quién era por medio de una señal. Ya en Damasco después de mucha inseguridad para leer los pergaminos, por fin Hafid se decidió a leerlos.

El primer pergamino es fundamental para entender los otros, pues en este esta la forma en que se deben leer los siguientes pergaminos, hablaba de que para ser exitoso se deben acoger los buenos hábitos, los cuales están reflejados en los pergaminos siguientes. Cada pergamino contiene un hábito o conducta la cual se debe acoger para triunfar. El decimo pergamino habla sobre la importancia de la fe, de que debemos orarle a nuestro Dios, pero no para pedirle cosas materiales, sino solo para que nos indique el camino. Y al final muestra una oración a Dios.

Hafid esperó el día en que llegara su muerte, acompañado únicamente de su administrador que era Erasmo.

Un día llegó un señor a la puerta del palacio de Hafid y le dijo a Erasmo si podía pasar a visitar a su señor, que sólo quería hablar con él, Erasmo después de pensarlo mucho, pues le producía desconfianza el desconocido lo dejó entrar y lo llevó donde estaba Hafid. Este señor le preguntó si era el más grande vendedor del mundo, a lo que Hafid contestó que así le llamaban, y procedió a preguntarle qué era lo que quería, Pablo comenzó a contarle una historia que le había pasado hace cuatro años, en la que se contaba que apedrearon a un santo llamado Esteban por seguir a Jesús, y que el también había participado en la ejecución, siguió

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