Ética financiera, perfil de un ejecutivo de finanzas

Ética financiera, perfil de un ejecutivo de finanzas.

Cuando se trata de dinero debemos de asegurarnos que estará en buenas manos, es muy difícil confiar y tener la precisión de que cualquier persona lo manejará de una buena forma, tendremos que buscar al individuo correcto, con ética y valores en todos los aspectos, desde la situación en que vive y su entorno. A lo largo del tiempo se ha sabido sobre corrupción, robos y mentiras que nos orillan a no tener una certeza de qué pasará con las responsabilidades que se le otorgarán a la persona elegida para manejar las finanzas de una organización. Se debe de manejar la ética como un principio fundamental, ya que la confianza que deben de tener los inversionistas y dueños de las empresas en quienes manejan su dinero, debe de ser en su totalidad fuera de dudas, debe ser transparente. La confianza es la base de los negocios ya que los clientes buscan que alguien se haga cargo de sus necesidades para darles una buena solución. Es por eso, que las organizaciones y los individuos que pertenecen a ella tienen una enorme responsabilidad tanto social como ética.

Debeljuh, P.(2009) afirma que la ética empresarial es una reflexión sobre los valores que encierra una decisión y su objeto consiste en aplicar los principios éticos generales a las características peculiares de la empresa y los negocios, no se trata tan sólo de aclimatar unos principios genéricos a la empresa con planteamientos globales y abstractos desprovistos, sino de concretar los principios generales a las características peculiares de las organizaciones, como ámbito específico de actuación humana.

El comportamiento ético específicamente en el sector financiero no puede descansar exclusivamente en normas positivas, sino que ha de anclarse en una cultura corporativa puesta en marcha a través de un sistema de cumplimiento. Este sistema requiere la formulación de unos valores y su puesta en práctica a través de un sistema en el que el compromiso y el ejemplo de la cima directiva, la extensión de su alcance a toda la actividad de la empresa y la puesta en marcha de políticas y procedimientos para su efectividad, incluidos los incentivos adecuados, son elementos esenciales de su éxito y de la confiabilidad de esta. 

Kliksberg (2011), agrupa los vacíos éticos causantes de la crisis en torno a cuatro grandes categorías: los fallos en el gobierno corporativo, la tendencia a la especulación que fomenta la codicia desenfrenada, la débil formación ética de los gerentes y lo que denomina la visión unilateral de la economía, en la que engloba las consecuencias de la desregulación financiera. Una institución financiera efectivamente ética será aquella que haya conseguido que sus dirigentes y sus empleados realicen sus tareas de acuerdo con una cultura corporativa de cumplimiento con valores morales predeterminados. Entonces la cuestión es qué pasaría si los encargados de manejar las finanzas de una empresa llegaran a ser personas anti éticas o llegaran a cometer faltas hacia las políticas y normas de la organización, por ejemplo: la distorsión de la información financiera, compras hostiles, compras apalancadas, hablar de información privilegiada con la intención de un beneficio personal, planeación y evasión fiscal, soborno internacional y corrupción. Navarro, F. (2003) menciona que la corrupción  es un fenómeno social y por lo tanto tiene sus raíces en la comunidad. Este es el resultado de un deterioro en las cualidades morales que así se ve más propensa a quebrar reglas éticas en la búsqueda de beneficios personales. El mayor o menor impulso y generalización que la corrupción pueda tener dentro de las empresas, suele estar relacionado con los valores y pautas históricas de quienes detentan el poder y con la capacidad de tener órganos de seguridad y justicia eficientes, pero difícilmente se podría dar una empresa corrupta dentro de una cultura organizacional de altos y firmes valores éticos.

Hofstede, G. (2011) define como cultura organizacional como una programación de la mente fundada en unos valores invisibles que se traduce en unas prácticas visibles. Al comparar distintas culturas ha comprobado que la comparación entre las culturas de distintas naciones se plasma en diferencias de valores mientras que la comparación de culturas entre organizaciones resulta en diferencias de prácticas. La razón para este resultado tan dispar responde al proceso cognitivo del ser humano, que aprende los valores inconscientes e inmutables individualmente, en los primeros años de la infancia, adquiriéndolos de sus padres y sus conciudadanos, mientras que la cultura de las organizaciones se transmite a través de la socialización en el lugar de trabajo, al que los individuos acceden en edad adulta, cuando sus valores están ya firmemente asentados. Así que al hablar específicamente del ejecutivo de finanzas de una organización deberá tener cierto perfil para poder participar en su puesto asignado.        

González, M. (1991) define al ejecutivo de finanzas como el responsable de la gestión de los recursos de la empresa. Participa activamente en una gran gama de actividades que están relacionadas con el uso y destino de recursos financieros. Es decir, en todo momento su comportamiento debe ser profesional y ético. El destino de una empresa, en muchos casos, está ligado al comportamiento del ejecutivo de finanzas en estas dos áreas: la profesional y la ética. Atrás de estos dos campos de acción está enmarcado un sentido de responsabilidad con la empresa y con la sociedad. La toma de decisiones en un contexto ético toma un significado adicional para el ejecutivo de finanzas por el gran número de personas relacionadas que pueden ser afectadas por su actividad, sin embargo, la confusión implícita de toda acción ética es su ponderación en el marco legal.

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