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PRINCIPIOS DE ÉTICA PARA EL EJECUTIVO DE FINANZAS COMITÉ TÉCNICO NACIONAL DE ÉTICA IMEF


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2017  •  Tutoriales  •  3.014 Palabras (13 Páginas)  •  560 Visitas

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Taller 2  de Gerencia Financiera.

Docente Astrid Navarro Rodríguez

Realizar un comentario de texto de acuerdo al modelo enviado a sus correos.

Debe Ser entregado el día jueves 24 de agosto.

PRINCIPIOS DE ÉTICA PARA EL EJECUTIVO DE FINANZAS COMITÉ TÉCNICO NACIONAL DE ÉTICA IMEF

La actividad del ejecutivo de finanzas se haya determinada por una doble direccionalidad: Invertir los recursos en los proyectos que más alto rendimiento generen, y recuperarlos en el tiempo más adecuado conforme a los fines de su organización.

En torno a estos dos propósitos, engarzan todas las tareas del ejecutivo financiero, que pueden generalizarse en tres grandes áreas: la plantación, la contraloría y la tesorería. No puede pensarse en el establecimiento de principios de conducta sino en función de esas responsabilidades y obligaciones que surgen de la relación del ejecutivo financiero, con una serie de elementos internos y externos relacionados con la empresa.

Los ejecutivos de finanzas solemos ser juzgados --y en ocasiones nosotros mismos nos autocalificamos-- con referencia exclusiva a un conjunto de índices y documentos, como si éstos fuesen los resultados más importantes de nuestro trabajo. Sin embargo, la práctica cotidiana nos enseña que nuestra labor se realiza dentro de un amplio marco de relaciones humanas y que la verdadera dimensión de las decisiones financieras se encuentran en el impacto que éstas tienen sobre proyectos particulares, en los que se hallan involucrados la acción y el futuro de personas concretas y libres. Pues bien, siempre que se trata de seres humanos se presentan implicaciones de tipo moral. Porque la moral no es otra cosa que la manera especial que caracteriza la actividad humana y la hace objeto de ser juzgada como buena o mala, es decir, como conveniente o no conveniente para el hombre y su destino.

Invertir en un lugar o en otro; invertir una mayor o menor cantidad de recursos; invertir en un momento especifico y bajo ciertas condiciones son, todas ellas, opciones morales. Porque con estos actos que aparentemente contienen consecuencias meramente económicas, echamos a andar una serie de implicaciones en el estilo de vida de todos aquellos a los que alcanzamos con nuestra decisión. La eficiencia y la eficacia son importantes, porque significan el modo específico dimensión con el que pretendemos solucionar ciertas necesidades. Sin embargo, la verdadera de nuestra labor se resuelve en términos de personas, entre las cuales los primeros somos nosotros mismos Por ello, en el trabajo del ejecutivo de finanzas el buen hacer ético es una condición intrínseca de su actividad y no, solo algo superfluo o agregado. Ciertamente, la dinámica del trabajo financiero nos empuja a la velocidad, a la toma de decisiones continua y a la disolución de las propias responsabilidades en aras de los resultados.

La consecuencia de este modo de vida es la dificultad para ver con claridad la calidad moral de nuestras acciones y para corregir las irregularidades de nuestro propio comportamiento. Además, pocas veces se nos ha propuesto un motivo razonable para atender a las cuestiones éticas. Generalmente, se nos habla de abstracciones, de cosas que deberían ser, pero que no son y ni siquiera pueden Ilegar a ser. Lo que aquí queremos mostrar es lo contrario; aquello que nuestra vida de hombres nos repite a diario: que no nos interesamos por la ética porque sea una curiosidad intelectual atractiva, sino porque nos hace falta para vivir más plenamente nuestra vida y nuestro trabajo. Por ello, es en el trabajo donde descubrimos la necesidad de lineamientos claros y razonables; donde nos volvemos vulnerables si no contamos con ellos; donde se pone en riesgo nuestra existencia. No importa qué tanto poder, riqueza o placer pueda generarse a través de la eficiencia; si se vive al margen de la moralidad, todo hombre es un hombre desgraciado, infeliz. Porque al margen de lo que es mas propio del hombre, éste no puede sino vivir violentado, violentándose. Mientras que la vida moral es una experiencia de humanidad tan profunda que abre las puertas de la felicidad, no importa tampoco cuántas oportunidades de poder, riqueza o placer fáciles se tengan que dejar pasar. Las crisis morales, económicas y operativas de personas, organizaciones y sectores enteros tienen su origen --más comúnmente de lo que se cree-- en la falta de conocimiento sobre qué es la persona y cómo ha de actuar. Consecuentemente, este mismo estudio, que implica el análisis y la práctica entretejidos, es un medio para llevar con bien hasta su destino a las empresas y a los hombres que en ellas desempeñan su labor profesional.

PRINCIPIOS QUE REGULAN LA RELACIÓN DEL EJECUTIVO DE FINANZAS CONSIGO MISMO.

EI ejecutivo de finanzas: 1.1 Mantendrá un apropiado nivel de competencia, a través del continuo desarrollo de los conocimientos y de las herramientas que le permitan el desempeño calificado de su actividad. La pertenencia a una cierta profesión implica el deber de adquirir la capacidad para ejercerla; un deber de justicia, pues quienes pretenden disponer de nuestros servicios, lo hacen bajo el implícito de que somos capaces de responder adecuadamente. Llamarnos a nosotros mismos financieros establece el compromiso de cumplir con las tareas que le corresponde a este profesional y, por lo tanto, el compromiso de poner los medios cognoscitivos y operativos que lo hacen posible. 1.2 Transmitirá a otros su experiencia y conocimiento como una actitud de servicio a la sociedad que ha hecho posible su propia capacidad técnica y humana.

EI desarrollo personal se verifica, y sólo así es posible, dentro de una sociedad. En esta red de beneficios mutuos puede crecer la sociedad y el individuo. Una acción concreta es la de la transmisión de los conocimientos. 1.3 Cuidará la estabilidad de su empleo EI trabajo es un medio de realización personal insustituible. Pero además es un medio de colaboración, sin el cual el propio desarrollo se vería disminuido. Un medio de ayuda, para quienes se hallan en una posición menos favorecida a la nuestra. Y, por último, un medio de servicio, principiando por lo más cercanos (la familia) y de ahí hacia toda la comunidad, la cual ha hecho posible la tradición cultural y el desarrollo de los medios educativos en que el sujeto se prepara para el trabajo. 1.4 No aceptará ni encubrirá situaciones que vayan en contra de los principios éticos y de justicia social que le señale su propia conciencia. El respeto a la conciencia antes que a ninguna otra instancia es esencial en la moralidad, ya que la obligación de respetar los propios principios va más allá de la obligación que se tiene hacia la empresa y, por lo tanto, todo sujeto debe anteponerlos aun a sus intereses personales. Esto no significa, sin embargo, que cada quien ha de hacer como le parece: las necesidades de coordinación y el deber --también de conciencia-- de perfeccionar las propias convicciones morales, comporta la obligación de formarse en el campo ético a fin de que sus principios sean conformes con su naturaleza y no simples opiniones.

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