Algunas consecuencias teoricas de la vida emocional del bebe
Florcitaa YasResumen7 de Octubre de 2015
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5 TEORIAS PSICOLOGICAS II
I PARCIAL
KLEIN
“ALGUNAS CONSECUENCIAS TEORICAS DE LA VIDA EMOCIONAL DEL BEBE”
Klein parte del “desamparo originario”, se apoya en el predominio del instinto de muerte (no pulsión). Este instinto es el que amenaza al Yo (un Yo incipiente al nacer) que tiene que defenderse.
El ser humano está en contacto inmediato con la angustia (porque no tiene el aparato instintivo como el animal). El Yo suple esa falla, esa precariedad a través de las identificaciones (“querer ser como”).
Klein no va a hablar de fases ni etapas libidinales sino de posiciones. A los 4 meses aparece una segunda posición (depresiva) que se integra a la primera (esquizo-paranoide) y funcionan como progresiones y regresiones a lo largo de la vida.
Posicion: es una estructura que se organiza de forma compleja alrededor de una relación de objeto, con un tipo determinado de ansiedad o angustia y con la puesta en marcha de mecanismos de defensa accionados por un Yo incipiente (presente desde el nacimiento).
POSICION ESQUIZO-PARANOIDE
- La causa primaria de la ansiedad persecutoria puede hallarse en la experiencia de nacimiento, hecho traumático que marca las primeras relaciones del bebé con el mundo exterior. La pérdida del estado intrauterino (donde instinto de vida y de muerte convivían en armonía) es sentida como un ataque de fuerzas hostiles, es decir como persecución.
- El Yo se defiende mediante la escisión (separación, disociación), alejando el instinto de muerte y resguardando el de vida. La escisión es el mecanismo fundante del psiquismo (no la represión primaria como dice Freud).
- Como esto no resuelve la situación, se va a poner en marcha el segundo mecanismo de defensa: proyección. El Yo proyecta el instinto de muerte y lo ubica en el cuerpo de la madre (primer objeto). Si se proyecta instinto de muerte, se introyecta instinto de muerte.
Ese objeto externo para el bebe es terrorífico (pecho malo) y retaliativo (el objeto podría devorarlo). El Yo recompensa esto proyectando también instinto de vida en el pecho bueno (idealizado).
En la medida en que gratifica, el pecho es amado y sentido como “bueno”; y en la medida en que es fuente de frustración, es odiado y sentido como “malo”. Todo esto se debe a la falta de integración del Yo. Durante los 3 o 4 primeros meses de vida, el objeto bueno y el objeto malo no son distintos en la mente del lactante.
- Por introyección, un pecho bueno y un pecho malo se instalan en el interior, formando el núcleo del Superyó.
- El temor a la voracidad del objeto, debido a la proyección, constituye un elemento esencial de la ansiedad persecutoria: el pecho malo devorará al bebé con la misma voracidad con la que él desea devorarlo. La ansiedad es contrarrestada por la relación del lactante con el pecho bueno. Su proximidad física a la madre durante la alimentación, la gratificación y el amor que el bebe experimenta en estas situaciones, alivia la ansiedad persecutoria y fortalece la confianza en el objeto bueno.
- Cuando la ansiedad persecutoria es menos intensa, la escisión es de menor alcance y el Yo es capaz de integrarse y sintetizar los sentimientos hacia el objeto. La tendencia del Yo a integrarse puede considerase como una expresión del instinto de vida.
POSICION DEPRESIVA
- Lo que marca la aparición de la posición depresiva a los 4 meses aproximadamente es la unificación del objeto y del Yo. Tanto el impulso de muerte como el impulso de vida están reunidos en un mismo objeto. El miedo ahora es dañar al objeto (antes era que el objeto dañe), ahora hay que cuidar al objeto (ansiedad depresiva).
- Atravesar la posición depresiva supone un verdadero trabajo de duelo porque tiene que sacar la libido, la agresión de su objeto-madre y desplazarla a nuevos objetos.
- La entrada a la posición depresiva también se acompaña de un crecimiento neurológico.
- El Yo se sintetiza y dirige todos sus instintos a un mismo objeto, pero este sigue siendo ambivalente (bueno y malo).
- Surge culpa reparatoria: el niño para no dañar a su madre, se va a identificar con ella e internalizarla. Si esos nuevos objetos que inviste son objetos que reemplazan a la madre, todos los objetos del mundo son sustitutos del cuerpo de la madre. A partir de aquí el niño puede simbolizar.
- La omnipotencia decrece a medida que el bebé adquiere confianza a la vez en sus objetos y en sus capacidades de reparación.
- La posición depresiva está ligada a cambios de la organización libidinal del bebé. Durante este periodo entra en los estadios tempranos del CE positivo y negativo.
- A veces el duelo no se puede realizar, le cuesta al Yo, no soporta la idea de perder el objeto y pone en marcha defensas maniacas (patológicas), estas son:
1) Triunfo: negar el daño que le puede cometer al objeto
2) Desprecio: negar que se ama al objeto
3) Negar la dependencia al objeto.
“LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN DE SÍMBOLOS EN EL DESARROLLO DEL YO”
• Hay una etapa temprana del desarrollo mental en que en las diversas fuentes de placer libidinoso se activa el sadismo; éste se inicia con el deseo oral-sádico de devorar el pecho materno (o toda ella). El fin predominante del sujeto es apoderarse del contenido del cuerpo de la madre con sus contenidos fantaseados. Esto constituye la relación primera y básica con el mundo exterior y con la realidad. El niño espera encontrar en el interior de la madre: pene del padre, excrementos, niños.
• Los ataques sádicos del niño tienen por objeto a ambos padres a la vez. El exceso de sadismo despierta angustia y moviliza los mecanismos de defensa mas primitivos del Yo, la primera defensa impuesta está en relación con dos fuentes de peligro:
- el propio sadismo del sujeto (la defensa implica la expulsión)
- el sadismo del objeto atacado (la defensa implica la destrucción). El objeto atacado se convierte en una fuente de peligro porque el sujeto teme de él ataques similares
• La angustia pone en marcha el mecanismo de identificación; esta es la precursora del simbolismo. Este constituye el fundamento de toda fantasía, sublimación y construye la relación del sujeto con el mundo exterior.
Por lo tanto el desarrollo del Yo y la relación con la realidad dependerán del grado de capacidad del Yo en una etapa muy temprana, para tolerar la presión de las primeras situaciones de angustia y poder elaborarla
CASO DICK:
- 4 años de edad
- Pobreza de vocabulario y desarrollo intelectual.
- Carecía de afecto y era indiferente a la presencia y ausencia de su madre (no presentaba ninguna emoción).
- No jugaba, no tenia contacto con su medio
- Cuando se lastimaba mostraba insensibilidad al dolor y no deseaba ser consolado.
- Torpeza fisica muy notable
- La expresión de sus ojos y su rostro era fija, ausente y con falta de interés
- Su comportamiento carecía de sentido y propósito y no tenia relación con ningún afecto o angustia
- Le costaba morder los alimentos sólidos, era preciso forzarlo a que comiera.
- El niño era indiferente a la mayor parte de los objetos, con excepción de los trenes y las estaciones y también las puertas, los picaportes (abrirlos y cerrarlos).
- Historia: su lactancia había sido insatisfactoria y perturbada y se recurrió a la alimentación artificial. Padeció trastornos digestivos, prolapso anal y hemorroides. La actitud de la madre hacia el había sido de excesiva angustia. A los dos años estuvo con una niñera afectuosa, después se fue a lo de su abuela y ahí también recibió amor y hubo algunos cambios (adquirió el habito de control de esfínteres). Sin embargo, ni la ternura de la abuela ni niñera pudieron poner en marcha la relación objetal
A los 4 años se mostraba sensible a los reproches, lo descubrieron masturbándose y la niñera le dijo que eso era malvado, dando origen a sentimientos de culpa.
• La razón de su inhibición en su desarrollo era por el fracaso de las etapas tempranas. Había en el Yo de Dick una incapacidad completa para tolerar la angustia. Lo genital había intervenido precozmente, esto produjo una prematura y exagerada identificación con el objeto atacado y contribuyó a una defensa prematura contra el sadismo.
• El interés hacia los trenes y los picaportes se relacionaba con la penetración del pene en el cuerpo materno. Por lo tanto, lo que había producido la detección de la actividad simbólica era el temor al castigo que recibiría (especialmente por el padre) cuando hubiese penetrado el cuerpo de la madre. Era incapaz de cualquier agresión, reflejado esto en el no querer morder.
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