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Adolescencia


Enviado por   •  29 de Enero de 2015  •  2.756 Palabras (12 Páginas)  •  160 Visitas

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A lo largo de la vida creemos haber pasado por la etapa de la adolescencia como sólo una etapa más de la vida, sin percatarnos de que los cambios sufridos no sólo son biológicos sino también son psicológicos; uno de ellos es “La pérdida definitiva de su condición de niño” ello conlleva a un doloroso duelo por la pérdida del cuerpo del niño, la identidad ya creada y el trato reconfortante, y de seguridad que han generado los padres. La pérdida que el adolescente debe aceptar es doble: la de su cuerpo de niño cuando los caracteres sexuales secundarios lo ponen en evidencia de su nuevo status como la menstruación o el semen en el varón, como una definición sexual y un rol definido biológicamente. Se presenta una multiplicidad de personajes dependiendo de la situación y contexto en el que se encuentre: con los padres asume un rol muchas veces conveniente para mitigar el dolor sufrido por la pérdida mencionada con los amigos, familiares o hermanos presentándose como un personaje distinto e intentando adaptar esta nueva etapa siendo una característica que define la inmadurez por falta de una identidad definida. Un ejemplo de ello muy marcado puede ser la vestimenta.

Pero este proceso no solo lo sufre el adolescente, sino también es un duelo que los padres inherentemente conllevan al intentar aceptar la pérdida del niño, la consecuencia de crecer y llegar a la genitalidad. Al mismo tiempo sufren desprendimiento con el hijo y son blanco de críticas por parte de él siendo este quien juzgue los actos de su padre con dureza y hasta crueldad, reflejando un desprecio al adulto como reflejo en parte de la depresión que le impone el desprendimiento de su infancia. Po su parte los padres difícilmente perciben este dolor y suelen encerrarse en una actitud de resentimiento y pérdida de autoridad, haciendo más difícil la comunicación. Los padres al sentirse impotentes por la conducta hostil del hijo recurren a los recursos inmediatos que en su poder tienen como es la dependencia económica, permisos para salir, el uso del teléfono, o las visitas con sus amigos como poder sobre el hijo. Intentando que ellos puedan corregir su conducta inadecuada sin darse cuenta que el adolescente guardará un gran resentimiento por la impotencia y frustración de no poder hacer lo que quiere. El adolescente defiende sus valores y desprecia los que quiere imponerle el adulto más aún lo siente como una trampa de la que necesita escapar. Las luchas y rebeldías externas del adolescente no son más que reflejos de los conflictos de dependencia infantil que persisten en él.

La fluctuación entre la dependencia e independencia de los padres desprende una reacción de autodefensa, pues el temor a lo desconocido les genera incertidumbre y rechazo. Por lo tanto debe formarse un sistema de teorías de ideas, un programa al cuál aferrarse y donde descargar la ansiedad frustración y conflictos que surgen de su ambivalencia entre el impulso al desprendimiento y la tendencia a permanecer ligado. Por ejemplo cuando en la familia se establecen reglas, derechos y obligaciones y estas deben ser cumplidas no solo por los hijos sino también por los padres lo que llevaría a la mejora no solo de la convivencia familiar sino a la empatía entre ellos.

El adolescente plantea exigencias básicas de libertad: libertad en salidas y horarios, de ideología, de vivir un amor y un trabajo. Los padres se ocupan en especial en las salidas y horarios esto significa el control de las otras libertades, pues al restringir salidas y horarios no podrá ejercer una ideología amor ó trabajo con plena libertad porque siempre será cuestionado a donde quiere ir y en que horario lo hará. Estas exigencias son con el fin de ser respetado en una búsqueda desesperada de identidad, ideología de vocación y de objetos de amor. Valoran más el amor y el sexo para ellos se traduce “como un acto de amor” y no como una descarga ó un pasatiempo. Prácticamente ellos saben que la libertad sexual no es promiscuidad Del mismo modo la libertad es mucho más que tener incluso un departamento para vivir solos. Saben que hay otra libertad que ellos buscan.

Los padres deberían saber que los hijos necesitan más de ellos ahora incluso que cuando eran bebés esta es una dependencia que puede ser seguida inmediatamente de una necesidad de independencia y que la posición útil y correcta en los padres debe ser la de espectadores activos y no pasivos. Al acceder a esta dependencia o independencia no se base en los estados de ánimo si no en las necesidades del hijo. Por ejemplo cuando el padre llega con tedio del trabajo por el transito pesado o un mal día y se enoja por que el hijo está en la sala de su casa con música muy fuerte y al pedirle que la apague el hijo no quiere y le responde mal o grosero pues se frustra por no poder seguir escuchando música. El padre no puede observar que en realidad el hijo no es participe de sus estados alterados, es el padre mismo quien llega con sus estados alterados y subjetivamente califica erróneamente el acto del hijo. Este ejemplo nos lleva a observar que el adulto como el adolescente no separa sus estados emocionales de los hechos duros.

El contexto del medio en el que se desenvuelve el adolescente también es de suma importancia, pues el sello del medio cultural, social e histórico donde se manifiesta es quien valla determinando sus objetivos, carencias, exigencias, logros, dependencias, creencias, etc. Y será quien valla guiándolo por cierto camino que será recorrido a lo largo de su vida.

Este proceso de duelo es básico y fundamental para poder adquirir una estabilidad de la personalidad, no se puede lograr sin pasar por un cierto grado de conducta “patológica” (según Arminda) se debe considerar inherente a la evolución normal de esta etapa de la vida. Este concepto de normalidad al ser subjetivo dependerá del medio socioeconómico, político y cultural en el individuo. Esta abstracción en un medio determinado se rige por las normas sociales vigentes en forma implícita o explícita. No es lo mismo nacer crecer y desarrollarse en un país como Canadá donde las oportunidades de desarrollo son mucho más altas que en un país como Somalia donde las expectativas no solo de desarrollo sino de vida son muy limitadas. Es aquí donde podemos ver claramente que los conceptos de normalidad en un adolescente dependen ampliamente del medio donde se desenvuelvan. Y esto no significa un sometimiento al mismo, sino más bien la capacidad de utilizar los dispositivos existentes para el logro de las satisfacciones básicas del individuo.

En el síndrome normal de la adolescencia la sintomatología descrita es:

La búsqueda de sí mismo y de la identidad que es donde surge la interpretación mental que el individuo tiene sobre su propio

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