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Afecta El Divorcio A Los Hijos

merlina315 de Octubre de 2012

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Como afecta el divorcio en los hijos.

C.S.L.

Asesor: Dr. Oscar Armando Esparza

Escuela Superior de Psicología de Ciudad Juárez.

Existe una cifra creciente de parejas y matrimonios que se disuelven cada año. Según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2011), el numero de divorcios en México se ha incrementado considerablemente: En el año 2006 la cifra se ubicó en 72 mil 396, en el año 2007 fueron 77 mil 255 y en el 2008 se registraron 81 mil 851 divorcios.

A continuación se aprecian gráficamente las estadísticas de los divorcios ocurridos desde 1980 hasta el 2008:

En México ha ido en aumento el número de divorcios por cada 100 matrimonios. En 1980, por cada 100 matrimonios ocurrieron 4 divorcios; en el 2000, esta cifra se eleva a 7 divorcios y para 2008 son casi 14 divorcios por cada 100 matrimonios, (INEGI 2011).

No importa el origen de la separación, a menudo los hijos sufren igual o más, la ruptura del núcleo familiar. Es común ver que dicha situación deje marcado al infante, pues de pronto se encuentra sin la presencia de uno de sus padres en casa. El niño comienza a presentar sentimientos de inseguridad, así como desconfianza y en ocasiones genera resentimiento hacia uno de los padres. La falta de padre es un obstáculo para que la personalidad humana se forme de manera adecuada, (Rice, 1997).

El niño se encuentra dentro de un sistema familiar y no lo podemos estudiar independiente de este sistema. El matrimonio forma parte del ambiente que le puede influir directamente y provee un contexto que facilita o perjudica su crianza (Carrillo, 2009). El haber tenido en la infancia un padre del cual el pequeño se sienta orgulloso e identificado, es un factor muy importante para alcanzar un desarrollo favorable, puesto que el niño se siente seguro y querido.

Los problemas emocionales o conductuales pueden derivarse de los conflictos entre los padres, tanto antes como después del divorcio, así como de la separación misma, (Marcelli y Ajuriaguerra, 1993). Los hijos de una pareja divorciada tienden a presentar más problemas sociales, académicos y de comportamiento que los niños de familias unidas. Amato (1994) realizó un estudio resumiendo los efectos que se habían encontrado en los niños cuyos padres se habían divorciado y señala diferencias con los niños cuyos padres continúan juntos, entre estas diferencias se encuentran:

• Bajo rendimiento académico.

• Mal auto concepto

• Dificultades sociales

• Dificultades emocionales como depresión, miedo, ansiedad entre otros.

• Problemas de conducta.

Los niños de corta edad manifiestan mayor ansiedad respecto al divorcio, perciben sus causas en forma menos realista y es muy probable que se culpen a si mismos; pero es posible que se adapten con mayor celeridad que los niños mayores, quienes entienden mejor lo que sucede. Los niños en edad escolar son sensibles a las presiones y conflictos de lealtad de los padres; estos, como los niños de corta edad, pueden llegar a sentirse abandonados y rechazados,(Pineda y Esther, 2006).

La definición de Divorcio en el ámbito legal es la siguiente:

Disolución jurídica definitiva de un matrimonio, es decir, la separación del marido y la mujer, que confiere a las partes el derecho a contraer nuevas nupcias, de acuerdo con las disposiciones civiles, religiosas o de otra índole, y de conformidad con la legislación de cada país, (Pina, 1992).

Como podemos ver la definición de divorcio es muy extensa y con motivos de este estudio optaremos por definir divorcio únicamente como la disolución del vínculo matrimonial, (Pina, 1992).

Vivimos en una sociedad donde día a día se modifica el concepto de familia y con el paso del tiempo vamos perdiendo el gran valor que tiene su significado. Actualmente es común encontrarnos con la ausencia de uno de los padres (con más frecuencia la ausencia del padre) en muchos hogares; las razones pueden ser distintas en cada situación, pero las consecuencias que trae consigo el divorcio en los hijos quizá sean las mismas.

Este tema es interesante, ya que el divorcio es una de las problemáticas por las que muchas familias mexicanas, están pasando. Por lo tanto, la sociedad debe estar al tanto de cómo repercute esta ruptura en la vida de los menores si el divorcio no se lleva a cabo de una manera adecuada.

En los últimos años la población mexicana ha tenido la tendencia de casarse menos y divorciarse más, según estadísticas del INEGI (2011), publicadas con motivo del 14 de febrero del 2011. El INEGI (2011), ha revelado cifras en cuanto a matrimonios y divorcios celebrados en los últimos años mostrando que la tendencia hacía las rupturas conyugales, es cada vez mayor que la celebración de nupcias.

Entre 2000 y 2008 la cifra de matrimonios se ha reducido en 16.7%, mientras que los divorcios han incrementado significativamente. En el 2000 se registraron 707 mil 422 matrimonios y 46 mil 481 divorcios (INEGI, 2011).Según los datos, recabados por el INEGI (2011), en el 2008 en México se registraron 589 mil 352 matrimonios, (5.5 matrimonios por mil habitantes), siendo las tasas más altas en los estados de Quintana Roo (8.6), Guerrero (7.7), Yucatán (7.4) y Durango (7.1); en contraste, Puebla y el Distrito Federal (3.8) muestran los valores más bajos. Respecto a los divorcios, en el año 2008 los procesos de divorcio concluidos ascendieron a 81 mil 851, esto es por cada 100 enlaces registrados hubieron 13.9 divorcios (INEGI, 2011). Esta relación ha mostrado una tendencia creciente en los últimos tres lustros y su punto más bajo lo tuvo en 1994 (5.2 por cada cien), señala el INEGI (2011).

El INEGI (2011), integró indicadores sobre la situación conyugal de la población, matrimonios y divorcios en el estado de Chihuahua, los resultados fueron los siguientes:

• En 2009 en el estado casi 6 de cada 10 habitantes de 15 años y más están casados o en unión libre.

• Durante el año 2008, se registraron 17 mil 852 matrimonios en el estado.

• En el mismo año se registraron 4 mil 804 divorcios.

• En el estado por cada 100 matrimonios registrados hubo 26.9 divorcios.

• Entre 2000 y 2008 el monto de matrimonios se ha reducido en 9.9%, mientras que los divorcios se han incrementado de manera significativa, esto es 1.3 veces (en 2000 se registraron 19 mil 804 matrimonios y 3 mil 727 divorcios).

Desde la perspectiva psicológica se considera la familia como el contexto social que mas influencia causa en un individuo, la familia interviene en su desarrollo biopsicosocial. Es de suma importancia a lo largo de los tres primeros años de vida ya que a partir de esta edad el niño empieza a interactuar con otros entornos sociales que van a añadir nuevos conocimientos a los aportados dentro de la familia en el proceso de evolución que ya ha iniciado (Barbado et al, 2000).

La familia no solo tiene la función de garantizar la supervivencia y el desarrollo del niño, también es la principal promotora de su desarrollo social y afectivo, esto es esencial a lo largo de su desarrollo. Al final del primer año de vida, él bebe esta ligado con ciertas figuras que son significativas en su entorno mas cercano, a partir de ahí tales relaciones se van enriqueciendo.

Pues bien, de acuerdo con Reyes, (2004) una historia de interacción fundamentada en el cuidado e interés por el otro es el factor más importante para establecer un apego seguro, mediante el cual el bebé utiliza a sus figuras significativas como base para el bienestar emocional y la exploración del entorno, siendo además una herramienta clave para que vaya descubriendo y ampliando su conocimiento del mundo. Recordemos que la calidad de las relaciones afectivas que se forman en la primera infancia determina la capacidad para establecer relaciones en un futuro. La relación entre el niño y sus padres es para siempre, siendo un vínculo que los une y es perdurable.

Por ello, los niños que en la infancia tienen una base de seguridad y pueden contar con las figuras parentales, desarrollan y afianzan el suficiente sentimiento de confianza en sí mismos como para relacionarse con el mundo de manera sana y provechosa. Cuanto más seguro sea el vínculo afectivo de un niño con los adultos que lo cuidan y educan, más garantía hay de que se convierta en un adulto psicológicamente adaptado e independiente y de que establezca buenas relaciones con los demás (Reyes, 2004, p.6).

Según Valdés, Basulto y Choza (2009), hasta la mitad del siglo XX las separaciones conyugales eran vistas como un signo de inestabilidad familiar y de crisis; por lo tanto, eran sancionadas socialmente como una ofensa contra instituciones tales como la amistad, el matrimonio, los hijos, la familia y la sociedad misma. Sin embargo, con el paso de los años y el aumento en la frecuencia de casos, este fenómeno ha perdido parte de su sanción social y ha empezado a constituirse en objeto de estudio de varias disciplinas como la psicología, ciencias de la educación, antropología y sociología, entre otras.

Un estudio de la University College Dublin reveló que los efectos del divorcio son más dañinos para los hijos que la muerte de uno de los progenitores. La investigación demostró que los hijos de padres divorciados o separados son más propensos a sufrir una depresión, tener problemas en la escuela, y desarrollar menos habilidades sociales en comparación con otros niños. Sin embargo,

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