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Efectos Causales Del Divorcio De Los Padres A Los Hijos

pathytha20 de Julio de 2013

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INTRODUCCIÓN

El divorcio de los padres constituye una de las crisis vitales más significativas que deben afrontar hoy en día numerosos niños y adolescentes. Ahora bien, no por ser cada vez más frecuente y normal debemos minimizar su impacto, como destaca la necesidad de atención y asistencia psicológica requerida tanto por los padres como por los hijos que pasan por esta experiencia.

La investigación acerca de los efectos colaterales de la separación de los padres en menores son cada vez más numerosos, debido al creciente interés que está despertando el tema. En las últimas cuatro décadas el aumento de los casos de separación y divorcio en la sociedad ha sido impactante, entre otras razones, por el cambio que sufre el núcleo de familia tradicional y el acceso de la mujer al ámbito laboral, que dan lugar a nuevas estructuras familiares con mayor riesgo de separación, afectando negativamente a la adecuada adaptación del menor.

Entre los factores de riesgo que se han tenido en cuenta a la hora de estudiar el desajuste a causa de la separación, en los niños destaca la edad. Es por esta razón que, podemos observar que los niños más pequeños tienden a presentar desórdenes conductuales tales como conductas regresivas, comportamientos repetitivos, problemas de aprendizaje, dificultades escolares y de rendimiento o depresión, mientras que los mayores suelen manifestar problemas de competencia social, como pueden ser comportamientos de violencia, agresividad, conductas antisociales, delincuencia, aislamiento del grupo de iguales o déficits en las habilidades sociales. Dado que los desajustes que provoca la separación son

diferentes para cada grupo de edad, es necesario tener en consideración y conocer adecuadamente cómo es el desarrollo evolutivo de los niños para actuar sobre aquellos aspectos del mismo que se vean afectados por la separación de los padres. Por lo tanto, nuestro objetivo en esta investigación, es poner de manifiesto las consecuencias y reacciones que los niños experimentan ante la situación de separación, de modo que los padres sean conscientes que determinados comportamientos irregulares pueden ser consecuencia de un mal ajuste post-divorcio.

conducta-problema esperadas y factores de riesgo en función de la edad.

Una vez realizada la revisión general de los principales efectos en los diferentes grupos de edad, trataremos de forma más específica los factores de riesgo asociados a esta situación.

EDAD EMOCIONES Y COGNICIONES CONDUCTAS- PROBLEMA ESPERADAS

FACTORES DE RIESGO

1ª Infancia (0-3 a.) Percepción de pérdida parental Regresión, retrocesos; problemas de alimentación, sueño y aseo, irritabilidad, llanto excesivo, apatía, retraimiento. Perdida del cuidador, disminución de la capacidad o alteración psicológica del padre con el que convive

Edad Preescolar

(3-7 a.) Miedo al abandono, miedo a la pérdida del padre, custodia, confusión. Temores, quejas, demanda de mimos, regresiones, pesadillas, confusión, agresión, tristeza, baja autoestima, culpa. Persistente o grave regresión, pesadillas o ansiedad de separación; encopresis; rechazo al padre con el que no vive u oposición del otro padre a las visitas; inhabilidad parental para disciplina.

Edad Escolar

(7-12 a.) Autoculpa por la separación; sentimiento de pérdida; sentimiento de traición y rechazo, confusión; comienzo de la comprensión de la separación; vergüenza, rechazo, resentimiento y soledad. Tristeza, depresión, llanto; anhelo al padre ausente; ira, hiperactividad, ilusión de reconciliación; conflictos de lealtad; preocupación por la custodia; hostilidad con los padres; dependencia; problemas escolares; problemas de conducta. Paro evolutivo; pérdida de interés por igual y actividades, otras pérdidas personales; cambios de colegio; hostilidad crónica de los padres; rechazo pleno de uno de los padres; presión parental sobre el niño para que se posicione en un bando; bajo rendimiento escolar.

Adolescencia

(12-18 a.) Preocupación por la pérdida de vida familiar y por su propio futuro; sentido de responsabilidad con la familia; ira y hostilidad. Conducta inmadura, temprano o tardío desarrollo de la independencia; sobre intimidad o competición con el padre del mismo género; preocupaciones sobre su propio rol como pareja sexual o marital. Fracaso académico persistente, depresión, intentos de suicidio, delincuencia, promiscuidad, abuso de sustancias tóxicas o alcohol.

FACTORES DE RIESGO

Edad: los más pequeños tienden a presentar desórdenes conductuales y los mayores de competencia social, siendo los desajustes distintos para cada grupo de edad.

El nivel de conflicto parental: a mayor nivel de conflicto entre los progenitores más desadaptación para los hijos. Es importante no inmiscuir a los hijos en el conflicto.

Cumplimiento del régimen de visitas: un régimen de visitas claro y ajeno al conflicto de los padres pronostica un buen ajuste. Es importante que el régimen de visitas sea regular, estructurado y consistente.

Nuevos matrimonios: algunos hijos pueden presentar problemas conductuales pero no la mayoría. Los nuevos matrimonios de por sí no son perjudiciales para los menores.

Género del padre custodio: éste no influye directamente sobre el grado de ajuste. Únicamente por razón de género no es mejor custodio el padre o la madre. Satisfacción de la pensión económica: la inestabilidad financiera facilita el desajuste de los menores. Las necesidades de los menores son las mismas antes de la separación y los cambios deben ser los menos posibles.

Tiempo transcurrido desde la separación: el paso del tiempo por sí mismo no resuelve el problema, pero sí el buen hacer de los padres, familia primaria y extensa (abuelos, nuevas parejas, y otros).

Separación de los hermanos: los hermanos deben estar juntos ya que su separación produce inestabilidad emocional, psicológica y conductual. No es aconsejable separar a los hermanos.

Importancia del período de pre-separación: el alto nivel de conflicto y hostilidad parental así como la duración, previos a la separación, repercuten negativamente en el ajuste de los menores. Es importante reducir el nivel de conflicto y hostilidad con la pareja.

Estado psicológico de los padres: los padres psicológicamente inestables llevan a un mayor grado de desajuste de los menores.

El conocimiento de estos factores puede ayudar a minimizar, por parte de los padres, ciertas dificultades que vienen asociadas a la separación conyugal, consiguiendo desviar la atención de sus propios intereses y deseos a los de los niños.

Cuando la separación conyugal conlleva la ruptura de la familia además de la pareja, el menor puede vivenciar esta situación como una experiencia estresante y traumática que en ocasiones es el factor desencadenante de un desarrollo emocional y cognitivo irregular, pudiendo afectar negativamente al desarrollo conductual y evolutivo del niño. Con el fin de solucionar este problema se hace necesario la reestructuración emocional y cognitiva del menor, modificando y corrigiendo dichos comportamientos desadaptativos. De esta manera, queda puesta la interrelación entre emociones, cogniciones y conductas.

En este caso concreto hemos considerado las que afectan primordialmente a la franja de edad comprendida entre 7 y 12 años, que a continuación pasamos a describir:

Autoculpa por la separación. Es frecuente que los niños entre 7 y 12 años se culpabilicen a sí mismos por la separación de sus padres, llegando a pensar entre otros motivos que ésta se debe a alguna conducta negativa que ellos han efectuado y que la separación sería como un castigo por lo que han hecho; o debido a discusiones previas a la separación en las que se mencionaba algún tema relacionado con el hijo, pudiendo éste inferir que el culpable de la situación era él; o bien debido a algún comentario por parte de uno de los padres del tipo: "nos separamos porque no podíamos vivir todos en paz bajo el mismo techo", pudiendo el niño entender que uno de los culpables era él (pues vive allí); o, simplemente, por no aclararle desde el primer momento al niño que la separación no era culpa suya, ni motivada por ningún comportamiento que él hubiera tenido. Una forma de resolver este tipo de cogniciones erróneas en los menores es mediante una explicación clara y concisa por parte de ambos padres, de que la separación no es culpa del niño. Es importante recordárselo a menudo y escuchar lo que tenga que decir el menor con relación al divorcio.

Sentimiento de pérdida y soledad. El sentimiento de pérdida parental y la sensación de soledad, son otras de las consecuencias que la experiencia de separación puede acarrear en el menor. El niño, al experimentar la ruptura entre las dos figuras primordiales para su formación, puede interpretar la situación de forma

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