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Asesinos Seriales


Enviado por   •  7 de Octubre de 2014  •  5.791 Palabras (24 Páginas)  •  280 Visitas

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TIPOS DE ASESINO.

Asesino en serie: actúa de forma metódica siguiendo unos patrones. Son personas que matan por lo menos en tres ocasiones con un intervalo entre cada asesinato. Los crímenes cometidos son resultado de una compulsión, que puede tener sus orígenes en la juventud o en desajustes psicopatológicos del asesino, contrariamente a aquellos que están motivados por ganancias

Asesino a sueldo: actúa para obtener unos beneficios, normalmente económicos. También son llamados sicarios.

Asesino predador o Asesino a sangre fría: el más peligroso. Suele tener una "doble vida": por el día vive normalmente, y por la noche actúa sin remordimientos. Puede matar muchas personas.

Asesino en masa: actúa generalmente una sola vez, con el objetivo de acabar con una alta cantidad de personas y, la mayoría de las veces, con él mismo.

CLASIFICACION DE ASESINOS SERIALES

-Por zona de influencia.

La clasificación por zona de influencia se basa en la o las zonas en que el asesino serial ejecuta sus crímenes. Designa, por decirlo de algún modo, las determinantes de sus posibles áreas de acción.

Viajeros: Estos asesinos no tienen un lugar fijo o un área determinada en la cual operar, suelen viajar miles de millas para cometer sus crímenes, teniendo así un teatro de operaciones potencialmente indeterminado. Ejemplos de ellos son: 1) el Monstruo de los Andes (Pedro Alonso López), quien asesinó en Perú, Colombia o Ecuador, 2) Daniel Camargo Barbosa, quien mató en Colombia y, dentro de Ecuador, cobró víctimas en distintas ciudades.

Locales: Estos asesinos tienen un área de operaciones fija, pero amplia sin embargo; pudiendo ser, para que se entienda la amplitud de su radio de acción, una ciudad entera o incluso o una provincia o estado (como California en USA).

De lugar específico: Estos también tienen un área fija, pero es mucho más pequeña que en el caso de los asesinos “locales”: una casa, el lugar de trabajo, etc.

Según sus procedimientos:

La clasificación según los procedimientos es una de las más importantes pues, detrás de sus distintas subcategorías, hay múltiples e importantes patrones propios del perfil del asesino. Está basada en el grado de orden con que lleva a cabo sus asesinatos, incluyendo no solo el crimen en sí sino los lapsos de tiempo que, en el antes y el después del asesinato, están estrechamente ligados al mismo; por ende, remite a cuestiones como si existe o no planificación previa, que tan ordenada es (si existe) esa planificación previa, si hubo o no hubo ocultamiento de evidencias, si el asesinato como tal siguió o no siguió un método elegido para buscar ciertos fines, etc…

Organizados: Estos asesinos son los que elaboran planes, ocultan pistas, buscan momentos propicios para sus crímenes, no suelen improvisar en la manera de matar a sus víctimas y están atentos al entorno social para prevenir cualquier posible amenaza a sus proyectos criminales. En general, en ellos son comunes las siguientes características: nunca son tontos, teniendo así un coeficiente intelectual de 105 (100 es la media) en adelante, con un 113 en promedio y siendo de 105 a 120 el rango en que sus inteligencias suelen estar (pueden tener más de 120, como ya quedó claro); en su mayoría son socialmente bien vistos; suelen estar casados o tener pareja; se desplazan para cometer sus delitos; elaboran planes; siguen las noticias; tienen una o más armas previamente designadas para sus asesinatos; usualmente conocen o siguen a sus víctimas; eliminan pruebas; suelen ser fetichistas (guardando objetos o partes de sus víctimas, teniendo fotos de las mismas, etc.); habitualmente vienen de la clase media o media-alta; en general no tienen problemas para socializar o vincularse al sexo opuesto

Desorganizados: El asesino desorganizado no es cerebral ni calculador, suele ser un individuo impulsivo, violento, no elabora planes y es descuidado a la hora de ocultar evidencias (no las oculta) o elegir el momento de los crímenes. A diferencia de los organizados y algunos mixtos, estos asesinos nunca tienen una inteligencia superior a la media pues, de ser así, su psicología les obligaría a tener, por autoconservación, un mínimo de orden y prudencia. Las características que se observan en estos asesinos son: escasa inteligencia, con coeficientes intelectuales ubicados entre 80 a 95; son socialmente ignorados o mal vistos; suelen vivir solos y no tener pareja; vive y trabaja cerca de los lugares en que asesina; no hace planes; no sigue las noticias; usualmente no tiene un arma preestablecida para sus crímenes; no suele conocer a sus víctimas y no las sigue; no elimina pruebas; no es fetichista; suele venir de las clases sociales baja y media-baja; tiene problemas para socializar y vincularse al sexo opuesto.

Mixtos: Los asesinos mixtos presentan combinaciones coherentes de rasgos del asesino serial organizado y del desorganizado, en general son asesinos que, en cierta fase de su carrera criminal, actúan organizadamente, mientras que en otra actúan desorganizadamente; o bien, a lo largo de su carrera de asesinos o en cierto periodo de la misma, manifiestan un orden parcial, no total, incluyente de ciertos rasgos del asesino desorganizado. Estos son minoría, pues en general o son organizados o son desorganizados.

Según la motivación de sus asesinatos

Visionario: En este tipo de asesino serial es donde más abundan los esquizofrénicos. Estos asesinos reciben el nombre de “visionarios” porque su visión de la realidad está teñida por el delirio y la fantasía, dentro de los cuales suelen colarse seres irreales surgidos en la dinámica de las alucinaciones visuales y auditivas. Usualmente creen cosas absurdas como que son otra persona (la encarnación de Hitler, por ejemplo), como que entidades sobrenaturales (Dios, el Diablo, ángeles, demonios, espíritus, etc.) les hablan y les impelen a cometer asesinatos, etc. Las fantasías en torno al yo son frecuentes en estos asesinos, así como también las teorías (“visiones”, si se quiere) delirantes y extravagantes. El ejemplo perfecto del asesino serial visionario es Herbert Mullin: oía voces, alucinaba y tenía una teoría extraña según la cual, a través de los sacrificios humanos, se podía disminuir la probabilidad de grandes desastres naturales (terremotos sobre todo); así, él se veía a sí mismo como un visionario que estaba en el deber de proporcionar sacrificios humanos (a través de sus asesinatos…) para evitar un terremoto en California.

Misionero: Estos asesinos creen que tienen una misión y que esa misión comporta librar al mundo de personas “indeseables”: judíos, negros, prostitutas, lesbianas, homosexuales, etc. Así, muchos de ellos se ven como sanadores de la sociedad o purificadores. Según los estudios, la mayoría de estos asesinos son psicóticos. Un gran ejemplo de esta clase de asesino es el neo-nazi Joseph Franklin, el cual mató a muchísimos negros y judíos ya que deseaba “limpiar el mundo” de gente que consideraba inferior.

Hedonista: El asesino hedonista busca el placer y la gratificación como fines de sus asesinatos. Pero aquellas pueden ser de distintas naturalezas, originando los siguientes subtipos:

Lujuria: Estos asesinos matan en vistas a obtener gratificación sexual. En ellos pueden darse patologías como la necrofilia o el sadismo. Dependiendo del caso, el asesino encontrará el placer sexual en el asesinato mismo, en cosas que hace con el cadáver luego del asesinato o en el abuso (aquí entra el sadismo, yendo de la simple violación a cosas mucho peores como la tortura) de su víctima viva, siendo estos solo los casos generales. Un buen ejemplo de esta categoría es Daniel Camargo Barbosa, quien violó y mató a 71 chicas vírgenes: en su caso, el asesinato no era lo que proporcionaba el placer sexual sino lo que garantizaba la posibilidad de su repetición pues, según declaraciones del propio delincuente, principalmente asesinaba para evitar que su víctima lo delatase. Otro ejemplo, ya en el caso de lo monstruoso, es el del homosexual Jeffrey Dahmer, quien invitaba (ofreciendo bastante dinero) a chicos a ver pornografía o sacarse fotos pornográficas, luego los drogaba, los estrangulaba hasta matarlos y, ya muertos, tenía sexo con las víctimas y se masturbaba encima de sus cadáveres…

Búsqueda de emociones intensas y adrenalina: Estos asesinos seriales buscan la excitación emocional, las emociones intensas, la adrenalina. Para ellos, matar resulta divertido y estimulante. Suelen ser grandes sádicos que disfrutan no solo del dolor sino del terror de sus víctimas, sin embargo sus asesinatos generalmente carecen de un aspecto sexual. El asesinar adquiere en ellos, hasta cierto punto, el carácter de una adicción emocional, es por eso que, a diferencia de otros tipos de asesinos, no pueden permanecer mucho tiempo tranquilos sin acabar con vidas humanas, dejando por ello periodos no largos de tiempo entre uno y otro crimen. La psicología de estos trastornados se ve con claridad en cartas como la del Asesino del Zodíaco (se desconoce aún la identidad real); dice así un fragmento de un mensaje suyo: ‹‹Me gusta matar gente porque es mucho más divertido que matar animales salvajes en el bosque, porque el hombre es el animal más peligroso de todos. Matar algo es la experiencia más excitante. Es aún mejor que acostarse con una chica.››

Beneficio material (lucro y confort): Los integrantes de esta categoría asesinan como un medio para conseguir dinero o bienes materiales (la herencia de un apartamento, por ejemplo). Aquí, las víctimas suelen ser miembros de la familia del asesino o conocidos cercanos. Generalmente tras cometer un asesinato, esperan periodos de tiempo relativamente largos para evitar levantar sospechas entre los integrantes de su familia y círculo social y entre los agentes de la ley. Difiriendo de otros tipos de asesinos, éstos prefieren utilizar el envenenamiento (el arsénico es una elección frecuente) en vez de la violencia propia de los disparos y las puñaladas. Algo muy importante es que ésta es la categoría en que se ubican la mayoría de las asesinas en serie. Es entonces muy significativo que, siendo en USA el porcentaje de asesinas en serie de un 2% y en el resto del mundo máximo hasta 24%, la inmensa mayoría de asesinas seriales tenga por finalidad de sus asesinatos el beneficio material, tal y como mostró un estudio hecho por Eric Hickey en 1997, según el cual el 75% tenía por motivación al lucro…Un ejemplo escalofriante de este tipo de asesinos es la española Enriqueta Martí, asesina serial española del siglo XIX e inicios del XX. Ella, aprovechando que en su época la tuberculosis y otras enfermedades no tenían cura con medicina tradicional, fabricaba eficaces remedios para esos males, pero esos remedios estaban hechos nada más y nada menos que con los cadáveres frescos de los niños (que no pasaban de 9 años) que asesinaba. Aprovechaba todo: la sangre, los cabellos, los huesos (que pulverizaba); y los mezclaba ingeniosamente, en pomadas y otras fórmulas que vendía a grandes precios, precios que casi siempre eran gustosamente pagados por gente de clase social alta que sabía de la eficacia de los remedios de Enriqueta, aunque ignoraba su macabra composición…

Poder/Control: Estos asesinos usualmente fueron abusados, maltratados, subyugados y dominados durante su infancia. Es así frecuente hallar en ellos una sensación de impotencia que busca ser saneada a través de la obtención de un sentimiento de poder y control. De ese modo, se satisfacen en saber que tienen el poder para decidir sobre la vida y la muerte de su víctima; y, evidentemente, gran parte de su gratificación está también en saber que sus víctimas saben que ellos tienen ese poder. Por eso, estos asesinos adoran torturar a sus víctimas y demorar la muerte de las mismas, ya que si las matan inmediatamente, no consiguen experimentar a plenitud el poder y el control. En este marco, las violaciones y torturas sexuales son abundantes; pero, y esto es de suma importancia, el fin primero de aquello no es el placer sexual (aunque lo obtengan) sino el sentimiento de dominación que eso les da, gozando así más con la contemplación de la debilidad e impotencia de sus víctimas, que con el sufrimiento en sí mismo de ellas. El Doctor Muerte (Harold Shipman) ilustra a la perfección este tipo de asesinos. Él, aprovechando su posición de médico, elegía como víctimas a indefensas ancianas a las cuales les inyectaba mortales dosis de morfina, falsificando luego los informes médicos y diciendo que la paciente había muerto por causas naturales, un paro cardíaco, por lo general. Según se cree, llegó a matar a unas 215 personas. No lo hacía por sadismo, ni por interés económico (su posición económica era buena y no le interesaba mucho el dinero), ni por venganza: era todo por una morbosa atracción por la muerte pero, principalmente, por el gozo que le daba el tener el poder de decidir sobre la vida y la muerte de sus víctimas. Dijo por ello el forense John Pollar: “simplemente disfrutaba contemplando el proceso de morir y gozaba con el sentimiento de control sobre la vida y la muerte”

Según su género:

La clasificación de los asesinos por su género, aunque evidente, muestra significativos fenómenos sociológicos, psicológicos y culturales. Así, por ejemplo, sorprende que más del 70% de los asesinos seriales en el mundo sean de sexo masculino…

Hombres: Según una publicación autorizada en una fuente seria como es la web del Dr. Mike Aamodt (profesor emérito del Departamento de Psicología de la Universidad de Radford), los datos indicaban, a la fecha del 07/10/2010 (última actualización de las investigaciones), que a nivel mundial el porcentaje de asesinos seriales masculinos era de 88.1%. Queda entonces patente que la tendencia al asesinato violento es algo propiamente masculino, aunque hay mujeres que caen en este patrón y son excepciones en su género. La razón estadística es evidente: el porcentaje de asesinos seriales masculinos es mucho mayor que el de asesinas seriales y, dentro de las pocas asesinas seriales, la mayoría emplean el método no violento del envenenamiento. Así, lo anterior sugiere que en el fondo de la cuestión está el hecho de que el hombre es mucho más proclive a la violencia física. Enumerando algunas causas posibles para ese hecho y por ende para el hecho de que haya más asesinos seriales que asesinas seriales, se tiene lo siguiente: 1) Biológicamente, el hombre tiene mucha más testosterona, hormona que lo predispone a un mayor índice de agresividad, 2) El hombre tiende a exteriorizar la tensión, lo cual puede expresarse en hostilidad; en cambio, la mujer tiende a interiorizar la tensión, pudiendo caer en la depresión, 3) El miedo es un mecanismo de control y la mujer, por su debilidad física y hasta cierto punto por condicionamiento cultural, tiende a autopercibirse en una situación desfavorable en cuanto a su potencial para ejercer la violencia física, experimentando así un miedo que se suma a una inseguridad inherente a la necesidad de protección-seguridad que históricamente la sociedad ha programado en ella; evidencia de esto, es el hecho de que el lucro sea lo que más motiva a asesinar a las mujeres, siendo que aquel lucro representa un potencial de protección material (la seguridad que tiende a buscar por su programación cultural). Por su parte, el hombre tiene mayor fuerza física y su programación histórico-cultural lo orienta hacia una percepción en la que masculinidad va de la mano con “fuerza” “emprendimiento”, “autosuficiencia” y otras características en esa misma línea.

Mujeres: Según la misma fuente —la web del Dr. Mike Aamodt— empleada para señalar el porcentaje de asesinos seriales, se tiene que el porcentaje mundial de asesinas seriales sería de 11.9%. Evidentemente las cifras son solo aproximaciones, pero es claro que todas las estadísticas disponibles muestran una divergencia cuantitativamente enorme entre el porcentaje de asesinas seriales y el de asesinos seriales, por lo cual ese 11.9% es bastante confiable. Ahora, explicar aquí por qué hay menos asesinas seriales resultaría fútil debido a que, en la explicación anterior de por qué hay más asesinos seriales, están implícitas las razones principales de la escasez de asesinas seriales. La clasificación que se verá a continuación es la más difundida para las asesinas seriales; sin embargo, se la ha criticado porque las subcategorías que contiene pueden, en algunos casos, presentar elementos (asesinas seriales) compartidos y, además, son todas ellas también aplicables a los hombres, de modo que se puede hablar de “viudos negros” o “depredadores sexuales”, por ejemplo.

Viudas negras: En promedio comienzan sus asesinatos después de los 25 años. Sus víctimas suelen ser sus esposos o compañeros (por esto el nombre), sus familiares y, en general, personas con las que han entablado una relación personal. Su método es el envenenamiento, lo cual representa, en comparación con otros métodos de asesinato, un obstáculo a la hora de incriminarlas. Su móvil suele ser siempre el beneficio material, el lucro principalmente. Un ejemplo significativo es Marie Besnard, asesina serial francesa de la primera mitad del siglo XX. Ella usó arsénico para matar a su marido, a su tía, a su abuela, a sus padres, entre otras personas. Sumando a eso su habilidoso talento para hacer trucos sucios, consiguió heredar considerables sumas de dinero de sus víctimas.

Ángeles de la muerte: Suelen empezar su carrera criminal después de los 21 años, siempre en una localización completa: un hospital, una clínica, etc. Su gran motivo impulsor es la sensación de poder y control que experimentan al decidir sobre la vida y la muerte de sus víctimas. Dos características esenciales que tienen son: primero, el tener una necesidad compulsiva de matar; segundo, tienden a usar sus crímenes para ser percibidas de manera positiva, ya sea como la típica enfermera que se conduele con los familiares del muerto, ya sea, por ejemplo, envenenándolos con un veneno que mata en varios días, para así cuidar de la víctima y aparentar gran bondad. Una sustancia bastante usada por estas asesinas es el cloruro potásico, con el cual pueden aparentar un paro cardíaco en la víctima. Un ejemplo es la inglesa Beverly Allitt, quien trabajaba en el Hospital de Grantham y mató a cuatro niños inyectándoles insulina, todo para luego congraciarse con los familiares de la víctima, fingiendo dolor y adoptando un rol de confidente, cosas que no se le hacían difícil puesto que era risueña y tenía un rostro de rasgos suaves e inocentes.

Depredadoras sexuales: Este tipo de asesinas seriales son extremadamente escasas. Sus asesinatos están siempre ligados a una búsqueda de satisfacción sexual vinculada a la muerte. Suelen ser mayores de 30 años y son mucho más frecuentes en Europa que en USA. Un ejemplo es la asesina británica Rosemary; quien, en compañía de su esposo Fred West, fue responsable por la muerte de 12 chicas jóvenes, incluyendo niñas. Ella, que tenía una libido desmedida y era bisexual, gozaba sodomizando (con consoladores u otros implementos) a las chicas y sometiéndolas a múltiples torturas sexuales.

Por venganza: Estas asesinas en general se inician luego de los 22 años, sus víctimas son gente cercana, presentan trastornos de obsesión y sus crímenes suelen motivarse en celos patológicos. Ellen Etheridge es un ejemplo perfecto de esta categoría: ella se casó con un millonario texano y tuvo 8 hijos; pero, no soportando que sus hijos le “robaran” el amor de su esposo, se decidió por asesinar con arsénico a cuatro de ellos.

Obtención de beneficio o provecho: Este es el tipo de asesina serial más frecuente. Ellas matan para obtener dinero o bienes materiales y sus víctimas son muchas veces gente cercana. Un caso destacable es el de Madame Popova, noble rusa que, entre 1879 y 1909, dirigió una agencia (creada por ella) para, por sumas razonables de dinero, liberar a las esposas de “maridos crueles”. Para eso, se valía de envenenadoras o de sicarios; y a veces, ella misma hacía el trabajo…En total, mató aproximadamente unos 300 hombres.

En grupo: En las asesinas seriales la tendencia a trabajar con uno o más cómplices es mayor que en los asesinos seriales. Por lo general se asocian con su pareja, aunque otras veces con una mujer. Un buen ejemplo lo conforma Catherine May Wood, quien mataba ancianos (asfixiándolos) con ayuda de Gwendolyn Graham, y posteriormente hacía el amor con él…

Asesinas que padecen algún trastorno en el momento de cometer el asesinato: Estas asesinas no simplemente tienen psicopatologías, sino que es la psicopatología lo que, en el plano de la motivación del impulso asesino, prima al momento del crimen. En todos los casos, el trastorno mental es de gravedad tal que afecta a la capacidad volitiva (la voluntad) e invectiva de éstas asesinas. Ejemplo en esta categoría es Janne Topan, quien confesó haber matado (con envenenamiento) 31 personas aunque se cree que mató entre 70 y 100. En su juicio de 1902, el análisis de los médicos determinó su insania mental, por lo que el jurado declaró que por su “locura” debía ser internada en un manicomio en lugar de recibir la condena que correspondería a un delincuente dueño de sus actos. Sus propias palabras evidenciaban lo trastornada que estaba. En la corte dijo: “esa es mi ambición: matar más gente que cualquier otro hombre o mujer que haya existido jamás”; complementariamente, algunas de las cuidadoras de enfermos que trabajaban con ella afirmaron haberle oído decir: “traiga algo de morfina, querida, y vayamos al pabellón. Usted y yo nos divertiremos muchísimo viéndolos morir”

Sin explicación: Como el nombre indica, en estos casos se desconoce la motivación de la asesina serial o su motivación no es agrupable en ninguna de las categorías anteriores. Un caso es el de la estadounidense Stella Williamson de 75 años, quien antes de morir dejó una nota para las autoridades: allí, hablaba de un tronco en el ático, el cual contenía los cadáveres de 5 recién nacidos…

No resueltos: En estos casos, simplemente acontece que no se sabe la identidad de la asesina serial, o no se sabe si se trata de una asesina serial pero se sospecha de la existencia de una detrás de los crímenes.

FASES DEL ASESINATO

1. Aurea: En sus fantasías ellos crean otra realidad en la cual tienen el control total y no se sienten amenazados, sino dominantes.

2. Pesca: Fase para elegir y frecuentar sitios adecuados para encontrar a su victima

3. Seducción: El cazador humano en esta etapa puede actuar con violencia directa e inmovilizar a sus víctimas.

4. Captura: Periodo en el cual “cierran la trampa” y disfrutan de las reacciones de terror de las víctimas.

5. Asesinato: Momento en el que los asesinos seriales aniquilan, utilizando su modo de operación en particular, su estilo personal, durante el homicidio experimentan clímax.

6. Fetichista: El homicida guarda un fetiche que le permita recordar su hazaña, revivir la escena. Recauda un trofeo que le permite prolongar la experiencia.

7. Depresivo: Crisis post homicidio que puede llevarlos incluso a tener ideas suicidas, aunque pocos de ellos consuman su propia muerte.

. PERFIL PSICOLOGICO

La mayoría de los asesinos seriales tienen antecedentes disfuncionales. Frecuentemente se sabe que fueron abusados de niños ya sea física, sexual o psicológicamente, toda vez que existe una correlación entre los abusos de su infancia y los crímenes que cometen. El elemento de fantasía en el desarrollo de los asesinos en serie es extremadamente importante.

A menudo fantasean acerca de asesinar durante y aún después de la adolescencia. Sueñan despiertos de manera compulsiva sobre dominación, sometimiento y asesinato, usualmente con elementos muy específicos de sus fantasías que después aparecen en sus crímenes reales.

Otros disfrutan leyendo historias de sadismo, llenos de violación, tortura y homicidio. En algunos casos, estos rasgos no están presentes .La policía y los investigadores han tratado de "entrar" en la mente del asesino. Así se han derivado una serie de causales para esta conducta. Entre ellas las siguientes:

¨ Abuso infantil

¨ Causas genéticas

¨ Desequilibrio químico mental

¨ Daño cerebral

¨ Padecimiento de injusticia social

¨ Exposición a eventos traumáticos

Lo dramático es saber que gran parte de la población reúne una o varias de estas características, pero no se vuelven asesinos seriales. Tras mucho estudiar se tiene una conclusión parcial y esta consiste en aceptar que un asesino carece de una especie de "chapa de seguridad" moral que le impide detener sus impulsos violentos.

Jeffrey Dahmer declaró que sentía como si hubiera nacido incompleto, que algo le faltaba a su mente.

Otro famoso asesino Dennis Nilsen, nunca comprendió la magnitud de lo que hacía. No entendía que hizo mal al asesinar tantos hombres.

Recientemente se confirmó que 95% de los asesinos capturados presentan traumas en la parte frontal del cerebro, lo que indica un nivel de agresividad mayor que el promedio. Su nivel intelectual está por encima del normal. Tienen diferencias polarizadas con la religión. Algunos reniegan de ella y otros dicen ser enviados de Dios. Los estudiosos de perfiles criminales de asesinos en serie han establecido características específicas en la manera en que cometen sus crímenes, de tal forma que determinaron dos posibles tipos de asesinos: el organizado y el desorganizado.

Las tres cuartas partes de los asesinos seriales son organizados y usualmente tienen un coeficiente intelectual por encima del promedio, por lo que poseen un nivel de autoestima elevado y se sienten superiores a los demás; la mayoría posee una apariencia física normal e incluso, atractiva y no son capaces de mantener relaciones afectivas duraderas.

Los asesinos desorganizados son criminales solitarios y sus actos son consecuencia de constantes frustraciones, algunos de ellos tienen un bajo nivel intelectual y padecen de algún desorden mental. Reflejan un comportamiento relajado ante los demás. Pueden llegar a percibirse como carismáticos. Algunos logran pasar un examen de polígrafo (detector de mentiras).

Logran manipular a sus víctimas a través de una representación casi real de simpatía, ya que no pueden sentirla.

¿Qué distingue a un asesino serial del resto de las personas?

Los asesinos en serie son artistas del terror, cuyo lienzo en blanco lo cubren sus víctimas y el ingenio de sus pinceladas son el último retoque para finalizar una obra maestra aterradora.

Puede afirmarse que la mayoría de los asesinos seriales reflejan características psicopáticas en su personalidad. Según el psicólogo H. Hartmann, se conocen como psicópatas “depredadores” porque no distinguen el límite entre el bien y el mal y, sin alucinaciones, cometen actos de extrema crueldad. Esta incapacidad para experimentar sensaciones es semejante a la que le ocurriría a una persona normal frente a la muerte de un insecto. Otros asesinos presentan personalidades psicóticas y esquizofrénicas.

Según Steven Egger, profesor de criminología en la Universidad de Illinois, los asesinos en serie tienen las siguientes características: Deben asesinar entre 3 y 5 víctimas mínimo, con un período de tiempo estable entre cada muerte.

Reflejan su sadismo en los asesinatos que comenten y su supuesta “superioridad” frente a los demás. En su mayoría, las víctimas no guardan relación con el asesino. El motivo es psicológico, más no material. Las víctimas tienen un valor simbólico.

Normalmente, el asesino escoge víctimas vulnerables.

No todo individuo que haya maltratado a animales acabará siendo un asesino en serie, pero casi todos los asesinos en serie cometieron actos de crueldad con animales. Dr. Randall Lockwood, psicólogo, vicepresidente Humane Society of the USA. "La crueldad hacia los animales no es una válvula de escape inofensiva en un individuo sano... es una señal de alarma".

El FBI conoce la relación y la utiliza en la elaboración de perfiles de asesinos en serie. Algunos de los más conocidos como Jeffrey Dahmer, Alberto DeSalvo, David Berkowitz o el "Vampiro de Dusseldorf" empezaron sus fantasías de torturas y crueldad con animales no humanos. En un estudio de 36 asesinos múltiples convictos llevado a cabo por el FBI en 1970, el 46 % declararon haber torturado animales durante su adolescencia.

PSICOPATIA

La psicopatía es un trastorno divergente de la personalidad, diferenciado del TPAS y del TPL. Pinel lo describe como una forma de manía, sin el déficit cognitivo, pero con daños graves en la capacidad afectiva. El psicópata no experimenta remordimientos por sus actos, y no repara en medios para conseguir sus metas.

La psicopatía se clasifica como un trastorno diferenciado del trastorno de personalidad antisocial (TPAS) y del trastorno de límite de personalidad (TPL). A pesar de la alta superposición sintomática entre la psicopatía y otros trastornos de personalidad, sus consecuencias para la sociedad, justifican su estudio como entidad independiente.

Si bien la trasgresión es la constante en la conducta psicopática, no necesariamente, será lo suficientemente grave como para ser catalogada de conducta criminal. Babiak y Hare (2006) han publicado en su estudio “Psicópatas de cuello blanco”, que son sujetos de un elevado coeficiente intelectual, y que generalmente ocupan posiciones laborales de poder.

La psicopatía no constituye un fenómeno moderno, encontramos antecedentes a lo largo de toda la evolución de la humanidad. La literatura nos proporciona abundantes muestras de ella. A su vez, se trata del primer trastorno psiquiátrico descrito. Pinel (1745-1826) precisa que se trataría de una forma de manía sin déficit en las facultades cognitivas, pero con un severo daño en la capacidad afectiva, lo que constituye una de las características descriptivas del psicópata.

Su conducta aparenta locura, pero al examen mental, el sujeto aparece con sus facultades cognitivas intactas a pesar de su extrema frialdad emocional.

TIPOLOGIA

Son muchas las clasificaciones hechas a lo largo de la historia. No obstante, podrían señalarse, por su vigencia actual, la del DSM IV y por su aplicabilidad práctica, la de Kurt Schneider

A) Como ya se ha hecho referencia, el DSM IV reduce los trastornos de la personalidad, a tres grupos:

* El grupo A incluye los trastornos paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer raros o excéntricos.

* El grupo B incluye los trastornos antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables.

* El grupo C incluye los trastornos por evitación, por dependencia y obsesivocompulsivo de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer ansiosos o temerosos.

No obstante, tal y como señala el propio DSM IV, este sistema de agrupamiento, si bien es útil a efectos de investigación o docencia, tiene importantes limitaciones y no ha sido validado de forma consistente. Además, es frecuente que los individuos presenten al mismo tiempo varios trastornos de la personalidad pertenecientes a grupos distintos.

B) Schneider ofrece una tipología no sistemática de personalidades psicopáticas incomparables entre sí aunque combinables, de la que cabe destacar su indudable vigencia práctica incluso en el presente. A tal efecto estableció diez tipos de psicópatas', alguno de ellos perfectamente identificables en la realidad social actual.

* Psicópatas hipertímicos o activos. Tienen un estado de ánimo fundamentalmente alegre y eficiente pero carecen de firmeza y de profundidad, son poco dignos de confianza, descuidados y fáciles de influenciar aunque tengan una conducta muy libre. Debido a su temperamento vivo incurren fácilmente en delitos.

* Psicópatas depresivos. Son gentes tranquilas que lo ven todo negro por lo que suelen estar en un constante estado depresivo bajo una concepción pesimista de la vida en la que predominan los autorreproches y las dudas.

* Psicópatas inseguros de sí mismos. Guardan cierta semejanza con los depresivos debido a la inseguridad y a la desconfianza en sí mismos motivadas por la timidez interna que les caracteriza, sobre todo en los planos fisico y social, pese a que externamente se muestren como personas seguras o arrogantes que no quieren pasar desapercibidas. Tienen muchos remordimientos y escrúpulos de conciencia.

* Psicópatas fanáticos. Destacan por una personalidad marcadamente activa y expansiva. Schneider distingue varias clases de fanáticos dependiendo de cuales sean sus propósitos: personal (lucha por su derecho, real o supuesto), idealista (realiza manifestaciones a favor de su programa), silenciosos, excéntricos, fantaseadores (. . . ). Con todo ello, sí hay que constatar que, dependiendo de la tipología, en la mayoría de los casos no van a dudar en cometer actos contrarios al orden social o penal. Hoy día, su caso más extremo podría ser extrapolado a individuos con trastornos de la personalidad que pertenecen a grupos violentos radicales como "skin heads", grupos neonazis o hinchas radicales de determinados equipos de fútbol (2), que suelen pertenecer a alguno de los dos grupos fanáticos antes referidos.

* Psicópatas necesitados de estimación. Con esta clasificación se hace referencia a aquellas personalidades que desean aparentar más de los que son. Se caracterizan por un modo de ser excéntrico con el único fin de atraer sobre sí la atención, para ello no dudan en realizar todo tipo de conductas, por muy extrañas que parezcan.

* Psicópatas lábiles. Son personas sujetas a cambios bruscos de humor, en los que predomina un estado de índole irritable depresivo. Por estas circunstancias es común la realización de determinadas acciones impulsivas que suelen desembocar en huidas o en excesos alcohólicos.

* Psicópatas explosivos. Son aquellos individuos que estallan al menor pretexto, esto es, individuos excitables e irritables que montan en cólera con suma facilidad. Su forma más común de respuesta es el empleo de la violencia. El tipo delictivo más común en el que suelen concurrir es en el de lesiones aunque también se dan, en una proporción ínfima en relación a éste, homicidios y asesinatos, siendo el delito de violencia doméstica tipificado en el artículo 173.2 del Código Penal uno de los delitos más llamativos para este tipo de individuos en tanto que el carácter agresivo que identifica esta tipología suele ser un factor común en las relaciones del psicópata con su entorno familiar, ya sean ascendientes, descendientes o cónyuge.

* Psicópatas desalmados. Son gentes que carecen de determinados sentimientos básicos de la persona, tales como compasión, vergüenza, sentido del honor, remordimientos, conciencia (.. . ). Sin lugar a dudas es la tipología más extrema y peligrosa en la práctica en tanto que no dudarán en recurrir a cualquier acto con el único fin de satisfacer sus necesidades. A ellos hay que atribuir los delitos más graves, como por ejemplo delitos contra la vida o sexuales.

* Psicópatas abúlicos. Son sujetos sugestionables que se entregan con mucha facilidad, esto es, se caracterizan por una falta de voluntad propia. De ahí que sean el blanco perfecto para cometer delitos de autoría mediata. Por ello, los psicópatas abúlicos han de considerarse peligrosos no por su propia conducta sino por ser un instrumento para la comisión de hechos delictivos.

* Psicópatas asténicos. Se preocupan más de ellos que del exterior y se caracterizan por ser muy cobardes y llamarles la atención únicamente las cosas triviales Dentro de este grupo Schrneider diferencia entre:

** Psíquicamente insuficientes. Se distinguen por una escasa capacidad de rendimiento, incapacidad para concentrarse y una disminución de la memoria.

** Individuos que debido a motivos caracterológicos fracasan fácilmente en lo somático. Ello se representa en que normalmente no prestan atención a pequeños malestares o a pequeñas alteraciones funcionales que pueden surgir en cualquier momento para desaparecer de nuevo rápidamente.

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