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Asesinos Seriales


Enviado por   •  2 de Febrero de 2015  •  1.568 Palabras (7 Páginas)  •  211 Visitas

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Relación con los padres

La madre

Generalmente, en las biografías de los asesinos seriales, la figura materna (sea madre biológica o madre adoptiva) tiene un mayor peso en la construcción de la motivación criminal. Puede aparecer así bajo distintas formas, pudiendo a veces manifestarse varias de estas formas en una sola madre:

• Madre prostituta.

• Madre que engendra deseo sexual en el hijo.

• Madre sobreprotectora.

• Madre dominante y maltratadora (puede ser maltrato físico o psicológico).

• Madre que abandona al hijo o está ausente (pudiendo ser esto por muerte temprana).

• Madre con respecto a la cual el hijo sostiene un vínculo afectivamente dependiente que, al romperse con la muerte de ésta, impulsa hacia el asesinato al hijo, de alguna u otra forma.

Los asesinos seriales suelen tener pésimos modelos maternos, pero a veces eso llega al extremo y entonces la relación madre-hijo puede volverse escalofriantemente patológica, tal y como en el caso de Edmund Kemper, quien, tras irrumpir en la habitación de su madre y decapitarla, tomó la cabeza de ésta, le lanzó dardos mientras la insultaba, y finalmente la agarró para hacerse sexo oral…

El padre

Generalmente, en las vidas de los asesinos seriales ocurre una de estas dos cosas: o bien la figura paterna está marcada por la ausencia, o bien por una presencia opresiva, autoritaria, rígida, violenta y desprovista de afecto.

En las biografías de los asesinos seriales son dos los modelos paternos que más se repiten: el primero es el de la figura paterna marcada por la ausencia (sea por abandono temprano del hogar, porque nunca estuvo, o porque fue distante), y el segundo el del padre con presencia opresiva, autoritaria, rígida, violenta y desprovista de afecto. Del primero tienden a surgir hijos con falta de límites; y, del segundo, hijos que han aprendido el uso de la violencia como un recurso efectivo para ejercer control sobre los demás…

En el primer caso, el del padre ausente, nos encontramos con asesinos que nunca conocieron a su padre (Pedro Alonso López, por ej.), que su padre abandonó el hogar cuando eran niños o adolescentes, o que su padre se caracterizó por ser una figura distante y de poca presencia (Yoo Young-Chul). Para Ronald y Jacqueline Angel, investigadores de la Universidad de Texas, “El niño que crece sin padre presenta un riesgo mayor de enfermedad mental, de tener dificultades para controlar sus impulsos, de ser más vulnerable a la presión de sus pares y de tener problemas con la ley.” Complementariamente, las interpretaciones de diversos estudios estadísticos muestran (en cifras aproximadas) que, cuando un chico ha crecido sin padre: es 5 veces más propenso a cometer suicidio, 32 veces más propenso a huir de casa, 20 veces más propenso a tener desordenes conductuales, 14 veces más propenso a realizar actos de precocidad y abuso sexual, 9 veces más propenso a dejar los estudios, 10 veces más propenso a abusar de drogas y otras sustancias, y 20 veces más propenso a terminar en prisión…

En el segundo caso, el del padre violento y controlador, las consecuencias son terriblemente nefastas. Así, el desarrollo social y emocional se alteran, y el sujeto usualmente se aísla y prácticamente siempre se vuelve más agresivo, desconfiado y manipulador. De ese modo, el padre autoritario y violento enseña que la violencia es un recurso idóneo para conseguir lo que se desea; y, paralelamente, puede engendrar en el hijo un sentimiento de impotencia que, en los asesinos seriales, ha sido la raíz de esas fantasías de control-poder que culminan en atroces actos de asesinato y tortura. Además de eso, a nivel del desarrollo moral la figura del padre autoritario y violento es contraproducente; ya que, en lugar de conducir a una interiorización de los códigos morales, conduce a un respeto del mismo en función de la conveniencia, de modo que el sujeto tiende a frenar sus malas acciones solo para evitar las consecuencias. Pero lo peor viene cuando el sujeto desarrolla un odio hacia la autoridad y un rechazo tajante de los códigos sociales-morales que ésta representa, pues es entonces cuando el comportamiento antisocial puede surgir, sobre todo si se trata de un psicópata, ya que éste carece de los niveles de miedo que una persona normal tiene con respecto a las posibles consecuencias negativas de sus actos. Parte de lo anterior deja entrever el hecho de que, un padre violento y controlador, casi siempre origina un hijo manipulador y mentiroso; puesto que, además de aprender a controlar mediante la violencia, el hijo aprende a evitarse problemas mintiendo, ya que la mentira le fue útil para evitar ser castigado y así, en un futuro, podrá usarla no solo para evitarse males sino para conseguir la confianza y la aprobación de los demás fingiendo ser algo que no es, tal y como hicieron John Wayne Gacy y el llamado “Candy Man”… Finalmente, cabe mencionar que entre todas esas secuelas nocivas la peor es el odio, ya que éste refuerza la tendencia

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