Aspectos Psicológicos Del Embarazo, Relación Madre-niño
sandyvelarde7 de Noviembre de 2014
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Durante la gestación la mujer atraviesa por una serie de modificaciones en relación a su cuerpo, que van acompañadas por manifestaciones psíquicas: cuerpo cambiante y extrañado,. Se modifica la imagen que tiene de sí misma y se entrelaza con fantasías y representaciones.
Al comienzo del embarazo aparece la "hipersomnia". La mujer siente que necesita dormir mucho más que lo habitual. Desde el punto de vista psicológico este síntoma corresponde a su identificación con el feto. Ella es de alguna manera su hijo y necesita mucho de su propia madre. Se movilizan afectos y recuerdos antiguos que la futura mamá necesita rever y recrear para adaptarse a su nueva situación e ir conectándose con el hijo que lleva dentro. El embarazo es un tiempo de reflexión. La mujer revisará sus vínculos y se irá armando una imagen de sí misma y de sus modelos de cómo ser madre. Las madres de ahora son generalmente diferentes a las de antes. Los físicos son los más notorios, pero no son los únicos importantes. Adaptarse psicológicamente al embarazo lleva su tiempo y cada trimestre tiene sus características en este aspecto.
La nueva imagen de la mujer surge gradualmente a través del trabajo acumulativo de los meses que preceden y siguen al nacimiento físico del bebé.
En el primer trimestre, el sueño es una manifestación física de que la futura mamá está intentando reacomodarse a su nueva realidad psíquica: se retrae sobre sí misma y busca descansar a solas, lo que le permite ir elaborando paulatinamente los cambios que sobrevendrán. El hijo en esta etapa es una mezcla entre realidad y fantasía, porque, lo cierto es que su presencia física todavía no se advierte en el volumen de la panza o en sus movimientos. “El sueño que se siente es como meterse hacia adentro e identificarse con el bebé que se está engendrando, y si bien los otros síntomas tienen su base fisiológica, también manifiestan el conflicto y la ambivalencia que siente toda embarazada: quiero este embarazo, pero también me asusta el cambio en mi vida
La hipersensibilidad de la mujer, el humor cambiante y la irritabilidad, el nivel de hormonas también lo desencadena es una de las características del embarazo y se expresa también en los sentimientos ambivalentes que experimenta: por un lado, se siente muy vulnerable y, por el otro, muy fuerte. El embarazo es un cambio fenomenal y hay poca cosa firme de qué sostenerse.
En el segundo trimestre, la embarazada se siente activa y con muchas ganas de encarar sus tareas; el embarazo es una realidad. En el tercer trimestre en cambio, hay que dar mucho hacia adentro, alimentar y oxigenar a ese bebé que presiona contra otros órganos y las costillas, sintiéndose las molestias del final del embarazo.
La futura mamá tiene sentimientos ambivalentes: quiere que su hijo nazca pronto pero, a la vez, teme el parto o, ante la inminencia de grandes cambios en su vida, manifiesta deseos de que todo siga igual.
Podemos concluir que el apoyo familiar y principalmente de la pareja así como una óptima comunicación con el médico tratante, serán aspectos determinantes para desarrollar un adecuado entorno emocional que le permita a la embarazada sobrellevar y disfrutar una de las etapas de mayor significado en la vida femenina.
La relación con la madre es muy importante durante toda la infancia, pero sobre todo, en las primeras etapas de la vida del niño esta relación es crucial y determinante para su supervivencia, ya que depende física y psíquicamente de ella.
Después de haber pasado nueve meses en su interior, la unión permanece y no concibe su vida al margen de la madre, y es alrededor de los 6 meses cuando poco a poco irá descubriendo su independencia.
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