Bases Biológicas de Psicología -Resumen sobre la Historia del estudio del cerebro

• Nereyda González Ríos. Grupo 1 “G” Maestro: Hugo Tirado Medina

Materia: Bases Biológicas de Psicología

-Resumen sobre la Historia del estudio del cerebro

La psicología y la neuropsicología, se encuentran en un periodo de avance continuo, por lo que nuevos descubrimientos parecen transformar de manera sustancial nuestras ideas sobre el sistema nervioso y su relación con la actividad psicológica humana. Una reflexión acerca de las principales concepciones sobre el cerebro y sus implicaciones con la actividad psicológica, que han surgido durante la historia, puede indicarnos el posible origen de las tendencias teóricas modernas. El presente trabajo pretende analizar la historia del desarrollo del conocimiento del cerebro y la actividad psíquica. Este capítulo subdivide la historia en sus diferentes épocas y muestra las contribuciones de filósofos, anatomistas, neurólogos y psicólogos. De los tiempos más remotos de la antigüedad solo quedan algunos vestigios como las pinturas rupestres, las cuales atestiguan el interés del hombre por el conocimiento de los animales y de sí mismo. Algunas de esas pinturas contienen no solo dibujos de la apariencia exterior de los animales, sino de sus órganos internos (Bernal, 1972). Además se han desarrollado cráneos humanos trepanados que indican un probable intento de intervención sobre algunas alteraciones del comportamiento del hombre. La primera información escrita que tenemos, donde se aborda el estudio del cerebro, es el Pairo de Ewin Smith (36).

Se estima que este documento fue escrito por los egipcios entre 3,000 a 7,000 años A.C. Los primeros análisis del cerebro y sus funciones se encuentran entre los griegos. Alemeón de Crotona (siglo VI a.c.) propuso al cerebro como centro de las sensaciones. Fue uno de los primeros registrados en la historia que llevo a cabo disecciones sistemáticas en animales. Analizó las relaciones anatómicas entre los sentidos y el cerebro.

Demócrito (370 a.c.), quien también hizo disecciones y pensaba que el cerebro vigilaba el cuerpo desde su estratégica parte superior, alojado en la guardia protectora constituida por las membranas fibrosas (meninges) y los huesos dobles del cráneo. Demócrito pensaba que el cerebro era el órgano de la inteligencia. Hipócrates (460 a.c.) y sus discípulos conocían la medula espinal, las meninges y el cerebro. En Alejandría bajo el reinado de Ptolomeo I (Soter), se dio un renacimiento de la ciencia griega. Hasta ese entonces la disección era  considerada crimen, sin embrago Ptolomeo  Soter no sólo autorizó la disección, sino que apoyo  a Herófilo y Erasistrato, quienes estudiaron cadáveres minuciosamente. Al parecer se les entregaban criminales e iniciaban en ellos disecciones cuando aún estaban vivos. Herófilo de Calcedonia (hacia 300 a.c.), fue un excelente anatomista que estudio millares de cuerpos, descubrió los nervios periféricos, siguió sus orígenes espinales y cerebrales, además dividió estos nervios en sensoriales y motores.

Galeno (130-200) fue el heredero de los conocimientos de Herófilo y Erasistrato. Galeno practicó disecciones en animales y descubrió 7 de los 12 pares craneales. Platón (429-347 a.c.) planteó una teoría de “tres almas”, según la cual los dioses inferiores pusieron el alma inmortal racional en la cabeza, la especie mortal fue dividida en dos partes: La que participa del coraje y la cólera se ubicó en el tórax, mientras que la parte pasional o salvaje se colocó abajo, en el vientre.

Erasistrato planteó que el aire que respiramos pasa a la tráquea, de ahí a los bronquios y pulmones, luego sigue por los vasos pulmonares al ventrículo izquierdo del corazón donde se transforma en el pneuma vital. Fue el Renacimiento cuando resurgió el interés por el estudio de la naturaleza, entonces se empezó a estudiar metódicamente el sistema nervioso. Galeno, propuso lo que se conoce como la teoría de los “Espíritus animales”. Para Galeno el alimento  digerido en el estómago pasaba al hígado para convertirse en espíritus naturales, los que a la vez fluían hacia el corazón para convertirse en espíritus vitales. Los espíritus animales viajaban a través de los nervios para mover los músculos, y por lo tanto eran los responsables del comportamiento.

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