CONDUCTISMO, HUMANISMO, COGNITIVISMO, CONSTRUCTIVISMO
katleenpaz6 de Febrero de 2014
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TEORÍAS PSICOLÓGICAS DEL APRENDIZAJE.
CONDUCTISMO.
Se conoce como conductismo a la corriente que dentro de la psicología fue desarrollada primeramente por el psicólogo John B. Watson hacia finales del siglo XIX y que consiste en el empleo de procedimientos estrictamente experimentales para estudiar el comportamiento humano observable, es decir, lisa y llanamente la conducta que despliega una persona y lo hará entendiendo al entorno de esta como un conjunto de estímulos-respuesta.
El origen de esta corriente a la cual no se la considera como una escuela, sino más bien un tipo de orientación clínica, lo podemos encontrar en el llamado asociacionismo que proponían los filósofos ingleses, en el funcionalismo y en la teoría de la Evolución de Darwin, ya que las mencionadas sostenían una concepción del individuo como un organismo que se adapta al medio ambiente que le toca.
Cuando vio la luz el conductismo, rápidamente, busco minimizar y desplazar el tipo de estudio introspectivo de los procesos mentales, de las emociones y los sentimientos que predominaba hasta ese momento y lo sustituyó por el estudio objetivo del comportamiento humano y la relación de estos con su medio a través del uso de métodos de tipo experimental. Una notable repercusión despertó el conductismo a su paso. Ya que principalmente promovía la relación entre las investigaciones animales y humanas y el acercamiento de la psicología con ciencias naturales como la física, la química y la biología.
Entonces, se puede decir que el conductismo le hizo tres aportes fundamentales a la psicología de hoy día, por un lado descubrió que el individuo se encuentra influenciado ciertamente por las condiciones estimulares, popularizó el uso del método experimental para el estudio de los casos individuales y demostró fehacientemente que el conductismo es una corriente útil de utilizar a la hora de la resolución de algunos problemas prácticos que se susciten dentro de la psicología.
HUMANISMO.
Se conoce como Humanismo a aquel movimiento intelectual, artístico, filológico y filosófico que tuvo lugar en el siglo XIV en la península itálica, estrechamente vinculado al Renacimiento y que proponía el retorno a una formación íntegra del hombre, en la cual todos los aspectos remitiesen y estuviesen fundados a partir de las fuentes clásicas grecolatinas, es decir, básicamente, su tarea sería la de restaurar todas aquellas viejas disciplinas que tuvieron lugar en el espacio temporal que mencionamos adoraban los integrantes de este fenómeno y entonces de esta manera, al conocerse y comprenderse mejor a estos autores, a los que a propósito se los consideraba un modelo de humanidad a seguir, puro y que no se encontraba contaminado por la oscura y viciosa Edad Media.
Uno de sus cometidos sería, por ejemplo, la recreación de escuelas en las cuales se estudiase y promoviese este pensamiento filosófico y también imitar su estilo y tipo de lengua.
La gramática, la retórica, la historia, la literatura, la filosofía moral, entre otras son algunas de las disciplinas que más fueron desarrolladas.
En tanto, esta imitación, perdón, homenaje, asumió dos modalidades diferentes. La Imitatio Ciceroniana o imitación de un solo autor y la imitatio ecléctica o la imitación de lo mejor de cada autor grecolatino que estuvo principalmente impulsada por Erasmo de Rotterdam.
Entre los principales factores que se cuentan como desencadenantes y promotores del Humanismo, nos encontramos con los siguientes: los mecenas, aquellos hombres con amplia disponibilidad monetaria que decidían apostar y favorecer el trabajo de pensadores y artistas, la creación de las universidades y escuelas, la emigración de sabios bizantinos, quienes a raíz de la amenaza de los turcos emigraron a Italia y con ellos mudaron también sus libros, cultura y valores y la invención de la imprenta que hacía mucho más rápida y fácil la difusión a un nivel masivo sin invertir tanto esfuerzo y por supuesto dinero.
COGNITIVISMO.
En psicología, el cognitivismo es una aproximación teórica al entendimiento de la mente, que argumenta que las funciones mentales pueden ser entendidas a través de métodos cuantitativos, positivistas y científicos, y que esas funciones pueden ser descritas mediante modelos de procesamiento de información.
El cognitivismo tiene dos componentes principales, uno metodológico y el otro teórico. Metodológicamente, el cognitivismo adopta una aproximación positivista y la creencia de que la psicología puede ser (en principio) completamente explicada a través de experimentación, medida, y método científico. Esta es también una meta reduccionista, con la creencia de que componentes individuales de la función mental (la ‘arquitectura cognitiva’) pueden ser identificados y entendido su significado. El segundo es la creencia de que el proceso cognitivo está formado por estados mentales discretos (representaciones o símbolos), cuya manipulación puede ser descrita en términos de reglas o algoritmos.
El cognitivismo se ha convertido en la fuerza dominante en la psicología hacia el final del siglo XX, reemplazando al behaviorismo como paradigma más utilizado para entender la función mental. La psicología cognitiva no es una refutación completa del behaviorismo, si no más bien una expansión que acepta la existencia de estados mentales. Esta es debida a la crítica creciente en el final de los 1950 de los modelos behavioristas. Una de las críticas más notables fue el argumento de Chomsky de que el lenguaje no puede ser adquirido únicamente a través del condicionamiento, sino que debe ser -al menos parcialmente- explicado por la existencia de estados mentales.
Los principales intereses de los psicólogos cognitivos se refieren al funcionamiento de los mecanismos internos del pensamiento humano y del procesamiento de conocimiento. La psicología cognitiva ha intentado encontrar las presuntas estructuras mentales relacionadas con nuestras acciones físicas.
El Cognitivismo ha sido criticado en varias y distintas formas. Las críticas más recientes datan de los 90, cuando surgen nuevas teorías que desafían al cognitivismo y la idea de que la mejor forma de describir los procesos mentales es la computación. Algunas de estas nuevas aproximaciones, frecuentemente influenciadas por la filosofía fenomenológica y post-modernista, incluyen cognición situada, cognición distribuida, dinamicismo, cognición “corporizada” (embodied cognition).
CONSTRUCTIVISMO.
Básicamente puede decirse que el constructivismo es el modelo que mantiene que una persona, tanto en los aspectos cognitivos, sociales y afectivos del comportamiento, no es un mero producto del ambiente ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo día a día como resultado de la interacción de estos dos factores. En consecuencia, según la posición constructivista, el conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción del ser humano, esta construcción se realiza con los esquemas que la persona ya posee (conocimientos previos), o sea con lo que ya construyó en su relación con el medio que lo rodea.
Esta construcción que se realiza todos los días y en casi todos los contextos de la vida, depende sobre todo de dos aspectos:
1.- De la representación inicial que se tiene de la nueva información y,
2.- De la actividad externa o interna que se desarrolla al respecto.
En definitiva, todo aprendizaje constructivo supone una construcción que se realiza a través de un proceso mental que conlleva a la adquisición de un conocimiento nuevo. Pero en este proceso no es solo el nuevo conocimiento que se ha adquirido, sino, sobre todo la posibilidad de construirlo y adquirir una nueva competencia que le permitirá generalizar, es decir, aplicar lo ya conocido a una situación nueva.
El Modelo Constructivista está centrado en la persona, en sus experiencias previas de las que realiza nuevas construcciones mentales, considera que la construcción se produce:
a. Cuando el sujeto interactúa con el objeto del conocimiento (Piaget)
b. Cuando esto lo realiza en interacción con otros (Vigotsky)
c. Cuando es significativo para el sujeto (Ausubel).
Una estrategia adecuada para llevar a la práctica este modelo es "El método de proyectos", ya que permite interactuar en situaciones concretas y significativas y estimula el "saber", el "saber hacer" y el "saber ser", es decir, lo conceptual, lo procedimental y lo actitudinal.
En este Modelo el rol del docente cambia. Es moderador, coordinador, facilitador, mediador y también un participante más. El constructivismo supone también un clima afectivo, armónico, de mutua confianza, ayudando a que los alumnos y alumnas se vinculen positivamente con el conocimiento y por sobre todo con su proceso de adquisición.
El profesor como mediador del aprendizaje debe:
• Conocer los intereses de alumnos y alumnas y sus diferencias individuales (Inteligencias Múltiples)
• Conocer las necesidades evolutivas de cada uno de ellos.
• Conocer los estímulos de sus contextos: familiares, comunitarios, educativos y otros.
• Contextualizar las actividades.
ENFOQUE HISTÓRICO CULTURAL Y SU IMPLICACIÓN EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA (APRENDIZAJE).
En términos generales, la psicología histórico-cultural otorga una nueva `posición´ a la educación (en sentido amplio, no escolar), puesto que la educación "se
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