Cambios En Los Patrones De Agresión De La Segunda A La Tercera Infancia

Lo primero que debemos conocer es la definición de agresión: “Es una conducta antisocial que daña o destruye la propiedad o que causa un daño físico o emocional a una persona o animal y puede ser verbal o sicológica” (Kostelnik, Phipps, Soderman, Gregory, 2009). En el transcurso de nuestra historia, hemos podido ver que el hombre, utilizando la agresión ha causado violencia y ataques a sus pares, pero por otro lado la agresión es quien nos ha hecho sobrevivir durante millones de años. En el transcurso de la infancia los patrones de agresividad se van modificando. La agresión comienza sus primeras etapas en la segunda infancia (3 a 6 años), esto se ve reflejado como por ejemplo en las peleas por los juguetes en una búsqueda de demostrar su dominio sobre objeto, lugares y personas. En cambio en la tercera infancia, “la agresión disminuye y cambia de forma durante los primeros años escolares” (Papalia, Wendkos y Duskin, 2009). Mediante esta información el objetivo de este ensayo es describir la agresión y sus cambios en la transición de la segunda a la tercera infancia.

“A medida que los niños desarrollan más autocontrol y adquieren más capacidades para expresarse en forma verbal, es común que cambien de las muestras de agresión de golpes a palabras” (Coie y Dodge, 1998, citado en Papalia, Wendkos y Duskin). Esto quiere decir que en la segunda infancia es donde comienzan a aparecer los patrones de agresividad, agresividad que es de tipo instrumental, ya que aún sus habilidades sociales y verbales son limitadas. Este tipo de agresión se produce según Kostelnik y Whiren (2009), cuando los niños están concentrados en sus juegos y sin proponérselo agreden a otro. Este tipo de agresión no es premeditada y es hecha sin intención. Ahora bien, en la tercera infancia, la agresión cambia y esta se convierte de instrumental a hostil, es decir que el niño causa daño de manera intencional a otro. “La agresión hostil puede ser agresión abierta con amenazas o ataques físicos o agresión relacional, que implica la amenaza o el daño de las relaciones sociales. (Woolfolk, 2006). Esto se diferencia entre niños y niñas, ya que, según Papalia, Wendkos y Duskin (2009) “los varones son mas agresivos en sentido físico, en tanto que la agresión relacional o social parece ser mas típica de las niñas”.

Según Kostelnik, Phipps, Soderman, Gregory (2009) Estos cambios en los tipos de agresión se deben a que los niños en etapa escolar son impulsivos. Tienen sus habilidades lingüísticas aún inmaduras como se dijo anteriormente, y disponen de estrategias limitadas para lograr sus objetivos, en el momento que estos objetivos no son cumplidos emplean la fuerza física y cuando se les pide compartir, su egocentrismo dificulta que renuncies a objetos. Durante la tercera infancia, es decir cuando comienza la etapa escolar, los niños enriquecen sus habilidades verbales y cognoscitivas y aumenta su capacidad de resolver sus conflictos de manera amistosa, es por esto que la agresión disminuye de una etapa a otra. Otra gran diferencia es que es esta etapa los niños son capaces de reconocer la intención de los demás ya sea positiva o negativa.

En conclusión, debido al aumento de las habilidades que se desarrollan a medida que la edad del niño avanza y pasa de la segunda a la tercera infancia, los patrones de agresión se modifican, ya que, el tipo de agresión que utilizan los infantes, pasa de ser de tipo instrumental a una agresión de tipo hostil, otro factor que se modifica gracias a las mejoras en sus capacidades verbales y cognoscitivas es la disminución de la utilización de agresión para cumplir un objetivo.

Bibliografía:

Kostelnik, A., Phipps, A., Soderman A., Gregory, K. (2009) El desarrollo social en los niños. México: Cengage

Papalia, D., Wendkos S., Duskin, R. (2009) Sicología del desarrollo: de la infancia a la adolescencia.

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