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Segunda Y Tercera Infancia

neelu14 de Mayo de 2013

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Segunda y tercera infancia.

Según la teoría de PIAGET, el niño de entre 2 y 6 o 7 años, se encuentra dentro de lo que él denomino ESTADIO PRE-OPERATORIO.

Caracterización del estadio: (Palacios)

Esta etapa es predominantemente afectiva (para el psicoanálisis: etapa del complejo de Edipo y el Súper Yo). Aparece la culpa como emoción más importante, además definitoria para la estructuración de la personalidad. A estas edades el niño adquiere la identidad y, más tarde, la constancia de género. El niño irá aprendiendo a controlar su egocentrismo (característica cognitiva de gran importancia), y las crisis de obstinación para preparar el ingreso a la etapa siguiente (más lógica y concreta); siempre con el acompañamiento de los padres, quienes facilitarán o complicarán los logros venideros.

Es el período de preparación para las operaciones concretas, el que marca el advenimiento de dichas operaciones. También llamado período de la inteligencia verbal o intuitiva, se desarrollan en él, contenidos importantes como por ejemplo: la función simbólica, que es la encargada de posibilitar la formación de símbolos mentales que representan los objetos las personas y los sucesos ausentes. Además de otros acontecimientos que, según Piaget, preparan al niño para operaciones cada vez más complejas.

A comienzos de este período, el niño se ve inmerso en una realidad existencial que abarca varios planos: el de los objetos, el de las personas y el de las relaciones entre éstos y con el contexto en el que se encuentran inmersos. Dicho contexto, es un mundo de representaciones que utiliza símbolos, signos, imágenes y conceptos como sucedáneos de una realidad no presente. Por ello decimos que el inicio de este período se encuentra signado por la representación (volver a presentarse).

En consecuencia habrá un cambio de esquemas: el niño deja de tener la necesidad estricta de conocer por mera acción y comienza a trabajar en su pensamiento con imágenes mentales, experimentando un “despegue” de lo momentáneo de la acción en el tiempo y en el espacio. Ya no necesitará que un hecho esté sucediendo, sino que podrá evocar y/o anticipar algo que no está presente.

En conclusión, para pasar airoso a la siguiente etapa el niño debe dejar de “sufrir”; es decir, debe resolver favorablemente todos los problemas afectivos que lo aquejan, cerrando así “un capítulo” y estableciéndose en un período de calma, en donde disfrutará de la compañía de los otros. En cuanto a lo físico el niño puede hacer casi todo lo que quiere en agilidad y destreza; todavía no en cuanto a fuerza.

Eje cognitivo (Palacios, Ostherrieth, Flavel, Martí)

Según Piaget, existe continuidad (a nivel funcional) entre ambos tipos de inteligencia: los mismos mecanismos de asimilación y acomodación, con su búsqueda constante de equilibrio, siguen operando aunque ahora lo hagan sobre esquemas representativos y no prácticos.

La comprensión del símbolo no es simple ni automática. El dibujo, la imitación, el juego y hasta el lenguaje son expresiones simbólicas. Así también, estas expresiones posibilitan otras capacidades como por ejemplo el juego, que estimula una gran variedad de actividades mentales tales como la memoria, el razonamiento, la imaginación, la creatividad y la planificación, por nombrar algunas.

Lo que al principio no era más que una acción interiorizada, se convierte progresivamente en una operación: acción interiorizada y reversible que se origina en un sistema de conjunto.

Dentro de este estadio, Piaget distingue 2 etapas:

1. Pensamiento simbólico y preconceptual (2 a 4 años)

2. Pensamiento intuitivo (4 a 6/7 años)

Pensamiento simbólico y preconceptual: En este “sub-período”, aparece la función simbólica en sus diferentes manifestaciones (lenguaje, juego simbólico, imitación diferida, etc.), el pensamiento está basado en preconceptos: paso intermedio – por llamarlo de alguna forma – entre la individualidad de los objetos y la generalidad de los conceptos; todavía no son conceptos lógicos. Y el razonamiento es de carácter transductivo (procede por analogías inmediatas y no por deducción; es un razonamiento que va de lo particular a lo particular: el niño se centra en un aspecto saliente de una situación que capta su atención, y saca conclusiones asimilando situaciones indebidamente. Por ejemplo: una persona es buena porque toma helado).

Caracterización del pensamiento:

 Opera por yuxtaposición, es decir, que coloca una cosa sobre otra sin criterio lógico (por ejemplo “un barco flota porque es blanco”).

 Es de tipo comparativo, es decir, utiliza expresiones pseudo-metafóricas (por ejemplo Llama a una estrella de mar “molino” o a una cascada “el muro que llora”, etc.).

 Es centrado, focaliza un solo aspecto de la situación y no puede salirse de él. (por ejemplo todos ven la misma imagen que él ve, por más que estén en lugares diferentes).

 Aún no comprende las relaciones recíprocas. (por ejemplo Puede entender quien es su madre y quien es su abuela, pero no podrá darse cuanta que su abuela es la mamá de su mamá).

 Se guía solo por apariencias perceptivas y no tiene en cuenta las propiedades no observables de los objetos.

 Se fija en los estados inicial y final, sin atender a las transformaciones del proceso; por esto es además:

 Irreversible: no puede rehacer mentalmente el proceso para volver al estado inicial.

Pero, sin duda la característica más importante de este pensamiento preoperatorio es su egocentrismo; Piaget utilizó este término para referirse a un pensamiento que si bien es realista, se centra en el punto de vista del propio niño, que desconoce otras perspectivas diferentes a la suya y cree que todo el mundo piensa, siente y percibe de la misma manera que él. Le es difícil separar lo que pertenece a su propia visión subjetiva y lo que pertenece a otras personas; de hecho separa mal lo que es suyo y lo que es ajeno.

Esta característica fundamental del pensamiento, se manifiesta de diferentes formas:

• FENOMENISMO: el niño asocia dos fenómenos solo porque son vistos como próximos, pero que en realidad no poseen relación causal alguna. Da razones de causalidad que no corresponden a lo que quiere explicar. Por ejemplo: si le preguntan porque flota un barco, responderá que es porque esta pintado de rojo.

• FINALISMO: cada cosa tiene una función y una finalidad, relacionada con él, que justifican su existencia. Por ejemplo: si llega la noche es porque él tiene sueño y tiene que ir a dormir.

• ARTIFICIALISMO: todas las cosas fueron fabricadas artificialmente por el Hombre o por un ser Supremo. Por ejemplo: Los ríos fueron llenados por Hombres que transportaban baldes con agua o cuando escucha un trueno pregunta ¿quien hizo ese ruido?

• ANIMISMO: percibe como cosas animadas aquellas que en realidad no lo están y les atribuye deseos, intenciones, sentimientos y pensamientos. Por ejemplo: Los autos duermen o cuando le habla a su muñeca. Esto no significa que no distingan entre realidad y fantasía, sino que juegan al “como si” sus ideas fueran realidad. Además esta conducta es reforzado por las del adulto.

• REALISMO: tendencia a adjudicarle existencia material a una entidad psíquica, que en general, representan miedo. Por ejemplo: el viejo de la bolsa, la llorona, el personaje de alguna película, etc.

Esto pone en evidencia una causalidad mágica más que lógica. A nivel perceptivo el niño es sincrético, lo que quiere decir que sus percepciones son globales, confusas y no diferenciadas.

Pensamiento intuitivo: se refiere a la interiorización de las percepciones y los movimientos en forma de imágenes representativas y experiencias mentales que no tienen entre sí una coordinación racional. Queda ligada a la apariencia (lo que aparece en un primer momento) y cae ante el error. En este sub-periodo, cabe distinguir 2 tipos de intuiciones:

• Simple (a los 4 años y 1/2): cuando el niño atiende a una primera dimensión y emite así el juicio; es rígida, no permite volver al punto de partida y es de carácter global.

• Articulada (6 años): el niño alterna una primera y una segunda dimensión perceptiva, nunca las considera juntas, lo que le permite cambiar el juicio en caso de error. Se presenta como un camino a la operación pero al fracasar, vuelve a la intuición.

Características:

• Mantiene una regulación perceptiva, es decir, se deja guiar por lo que esta viendo y no considera las transformaciones que puedo haber visto.

• Afirma cosas que no puede demostrar ni justificar.

• Mantiene un pensamiento rígido y poco flexible (aunque más estable y móvil que en el periodo sensorio-motriz)

• Posee un funcionamiento asistemático, esto es, no utiliza reglas y se basa en indicios perceptivos.

Lenguaje

En este ámbito, se produce un avance extraordinario. El niño ya puede defenderse en la comunicación con los demás utilizando no solo un lenguaje de tipo digital (lo verbal: escrito u oral) sino también por el analógico (lo no verbal: gestos, posturas, silencios, etc.); a diferencia del nivel anterior (2 ½, 4) en el que el niño pensaba y hablaba a la vez puesto que necesitaba escucharse para pensar.

El desarrollo del lenguaje durante la etapa del preescolar, se caracteriza por el egocentrismo. El lenguaje es pronunciado tanto en presencia como en ausencia de otros y no tiene como fin la comunicación de información. Vocaliza su pensamiento para dirigir

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