Características generales del diagnóstico en la infancia

2.1. Características generales del diagnóstico en la infancia Las conductas anómalas en la infancia hacen referencia a aquellos comportamientos que se alejan de lo que es normotípico, es decir, que no le ocurren a la mayoría de las personas. A la hora de clasificar una determinada conducta como anómala o patológica, podemos tomar diferentes criterios de referencia. Por ejemplo, podemos tomar como criterio de referencia una norma de comportamiento. Las normas de comportamiento se establecen en función de criterios socioculturales, y estas normas establecen que conductas son adecuadas y cuáles no, y también determinan sus parámetros a nivel de frecuencia, intensidad, así como bajo qué condiciones son aceptables estas conductas. En base a estas normas podemos definir la conducta anómala como alejada ya sea a nivel cuantitativo o cualitativo de esta norma o criterio.

Otros criterios que se usan para definir la conducta patológica, en caso de la población infantil, es el desarrollo, la edad y concretamente el estadio evolutivo, ya que determinadas conductas pueden ser consideradas normales a determinadas edades, mientras que se consideran patológicas a otras. También podemos considerar patológico, la ausencia de conductas a determinadas edades, como, por ejemplo, una alteración en el desarrollo evolutivo del lenguaje, o la ausencia de juego simbólico.

El DSM-V (APA, 2013), define el trastorno mental como: “un síndrome caracterizado por una alteración clínicamente significativa del estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento de un individuo, que refleja una disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen a su función mental. Habitualmente los trastornos mentales van asociados a un estrés significativo o una discapacidad ya sea social, laboral o de otras actividades importantes. Una respuesta predecible o culturalmente aceptable ante un estrés usual o una pérdida, tal como la muerte de un ser querido no constituye un trastorno mental. Un comportamiento socialmente anómalo (ya sea político, religioso, o sexual) y los conflictos existentes principalmente entre el individuo y la sociedad, no son trastornos mentales salvo que la anomalía o el conflicto sean el resultado de una disfunción del individuo”.

Uno de los sistemas de clasificación más importante y de mayor uso en la psicopatología infantil es el CHILD BEHAVIOUR CHECKLIST, CBCL (Inventario de conductas infantiles de Achenbach y Edelbrock, 1983).

Tabla 1: Clasificación CBCL 1.

3.3. Indicadores de buen y mal pronóstico

En los trastornos de inicio en la infancia y en la adolescencia, diversas investigaciones han determinado que existen factores de buen y de mal pronóstico, que detallamos a continuación:

Indicadores de buen pronóstico:

● Comienza reciente del problema

● Buena evolución hasta su inicio.

● Organización gratificante de la vida: tener amigos, soporte social, establecer

buenas relaciones.

● Buen rendimiento escolar.

● Entorno próximo al paciente con capacidad suficiente como para entender su

problema y ayudarlo a evolucionar positivamente

● Colaborador durante la exploración

● Buena capacidad para plantearse puntos de vista nuevos

Indicadores de mal pronóstico:

● Evolución mórbida.

● Problemática por la que consulta de larga duración.

● Vida empobrecida, pocos amigos, aficiones.

● Pobre rendimiento escolar.

● Entorno próximo del paciente poco estructurado, con poca capacidad de acoger

y entender el problema.

● Falta de colaboración durante la exploración.

● Poca a nula capacidad para plantearse nuevos puntos de vista. Escasa

Introspección

3.4. Factores de riesgo

Por factores de riesgo entendemos un amplio conjunto de factores ambientales que se relacionan directamente con una mayor probabilidad para que aparezca un trastorno.

Los factores de riesgo en población infanto-juvenil son los siguientes:

● Pobre alimentación

● Consumo de alcohol en adultos

● Consumo de drogas en adolescentes

● Actitudes o ideaciones suicidas

● Accidentes no intencionales

● Delincuencia

● Violencia familiar

● Embarazo adolescente

● Enfermedad de transmisión sexual

● Abandono del hogar paterno

● Fracasos en los aprendizajes escolares

● Episodios depresivos

● Falta de redes de apoyo social y afectivo

● Accidentes perinatales de importancia

● Fácil acceso a armas de fuego

● Presencia de patología psiquiátrica en algún miembro de la familia

- Trastornos interiorizantes o emocionales

En este tema, vamos a profundizar, sobre la evaluación y diagnóstico en el niño y adolescente de los trastornos interiorizantes. Tal y como hemos comentado, estos trastornos interiorizantes, se caracterizan por la presencia de síntomas emocionales, es decir, por presentar síntomas emocionales, principalmente ansiedad y tristeza excesiva. Este tipo de trastornos implican sin duda mucho más sufrimiento para el afectado que los trastornos exteriorizantes, y dada su naturaleza son menos detectados y reconocidos por padres y profesores. Los trastornos de ansiedad constituyen los segundos trastornos más prevalentes en esta población, detrás de los trastornos de conducta.

1.Trastorno del estado de animo

2. Trastornos de ansiedad.

3. Trastorno obsesivo compulsivo.

4. Trastornos relacionados con trauma y factores de estrés, que se mencionan en el

apartado de los trastornos de ansiedad.

El diagnóstico de depresión mayor, puede hacer su aparición a cualquier edad, siendo sus características fundamentales el estado de ánimo depresivo y la anhedonia generalizada. Pueden aparecer síntomas como la culpabilidad, fatiga, pérdida de intereses y actividades, dificultades de concentración, agitación o lentitud psicomotora, trastornos del sueño y del apetito e ideación suicida. Pese a las semejanzas que existen entre la depresión infantil y la depresión en adultos, las manifestaciones de cada uno de estos síntomas pueden ser diferentes en función de la edad.

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