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Cartas A Pedro 2


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2013  •  1.715 Palabras (7 Páginas)  •  325 Visitas

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CONTANDO HISTORIAS

Hola, aquí quisiera contarte algunas historias que a veces me han sido muy útiles para algunos pacientes o algunas sesiones. No siempre todo el trabajo tiene que estar relacionado con lo que cuenta el paciente. Yo he encontrado muy útil a veces relatar ciertas historias, a veces sucesos reales, anécdotas y otras historias que he leído en libros y que he creído que eran muy útiles para un proceso terapéutico, al menos a mí me sirvieron en diferentes partes de mi propio proceso. Espero que a ti también te sirvan y a tus pacientes cuando decidas contárselas.

Es que me es muy difícil….

Algunos pacientes dentro de su terapia ponen como objetivo superar o vencer, por ejemplo, algunas dependencias, tratar de cambiar cosas que no les gustan de ellos mismo, todos sabemos que incluso aceptando que hay cosas que les hacen daño, por ejemplo, el hecho de fumar o alguna otra adicción, les es difícil hacer estos cambios y generalmente la frase que usan es: “es que me es muy difícil”. Yo siempre empiezo por decir que no estamos planteándonos las cosas como fáciles o difíciles, sino en términos de qué es lo mejor para ti, o que es lo que tú sientes que es mejor para ti. Pero como veo que esto no les es suficiente para que lo entiendan o para que se convenzan les cuento la siguiente historia que me la contaron hace muchos años y pertenece a la filosofía hindú. La leí en el libro del Baghavad Ghita, que en sánscrito significa “Loas al señor”; no sé si la estaré contando exactamente, pero es la parte que a mí más me impresiono, y que siempre cuento a los pacientes, y te la cuento a ti: se trata de la historia de Arjuna, que en el idioma sánscrito significa “conciencia”. Arjuna era el guerrero más grande de todos los Pandavas; los Pandavas significarían o representarían a las virtudes.

Arjuna era el mejor guerrero y todo el mundo lo admiraba; el Maestro de Arjuna era Krishna. Un día ambos se enteran de que en la Ciudad de la Sabiduría, también llamada la Ciudad de los Elefantes (porque los elefantes son una representación de los sabios) es decir, tienen orejas muy grandes para escuchar, tienen una memoria conocida como memoria de elefante, por así decirlo, una gran memoria; también tienen unos ojos pequeños, como para poder concentrarse, y dicen que son capaces de levantar una pata para que pase una hormiga, pero al mismo tiempo, si algo los enfurece, son capaces de destrozar todo. Como te decía, avisan a Krishna y a Arjuna de que la ciudad de la Sabiduría, la Ciudad de los Elefantes, estaba siendo atacada por los Kuravas, que representan a los defectos; Arjuna decide armar su ejercito y defender esta ciudad. Arjuna por supuesto tenía muy buena autoestima; arma todo su ejercito rápidamente y empieza a hablarles y a hacer las respectivas arengas militares, diciendo que será una empresa muy fácil, que no se preocupen, que él tiene un arco muy certero y que irán rápidamente a la Ciudad de los Elefantes para poder defenderla y así rápidamente rescatarla de los Kuravas. Luego se monta en el carro y dentro del carro va Krishna, su maestro.

Empiezan la marcha y cuando comienzan a acercarse, todos vestidos con sus armaduras, con todo su ejercito detrás (imaginártelo tipo película épica), Arjuna da la orden a su ejercito de que se empiece a acerar a la Ciudad de los Elefantes. Ven en las colinas al ejercito de los Kuravas, que también ya avisados lo estaban esperando; Arjuna inmediatamente empieza a hablar con su ejercito, les da valor y les dice: “cojan todas sus armas y estén listos para disparar cuando yo les dé la orden”. Comienzan entonces a aproximarse para poder atacar a los Kuravas desde una posición más cercana y conforme se van acercando donde los Kuravas esperaban, empieza a reconocer entre todo ese ejercito a su padre, a su hermano, primos y a sus mejores amigos, y entonces en lugar de dar la orden de disparar, se gira hacia su Maestro Krishna y le dice: “pero Maestro, yo no puedo” y entonces Krishna le contesta: ¿Qué es lo que no puedes? ¡No puedo disparar a los Kuravas!, le contesta Arjuna, “tienes que disparar, tienes que defender la ciudad de la sabiduría” le dice Krishna. “pero no te das cuenta que yo no puedo”, ¡estaría matando a mi padre, hermanos, primos y mejores amigos! ¡Es que eso yo no lo puedo hacer!

Y entonces Krishna le contesta; “y ¿Qué crees que son los defectos? Los defectos, Arjuna, no son nada extraño a ti; cada vez que peleamos por superar un defecto, cada vez que peleamos o que tratamos de vencer alguna adicción lo que estamos haciendo es justamente eso, estamos peleando contra nosotros mismo, con algo que es carne de nuestra carne, y que amamos y muchas veces nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida, algo que amamos tanto

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