Cibercultura. Nuevas Construcciones

Soplan vientos de cambio y transformación en la cultura, cambios que bien podrían ser considerados como revolucionarios. La revolución de la que somos testigos y participes ha sido denominada de múltiples formas: la tercera ola, sociedad de la información, revolución digital o ciber. La característica principal de ésta es la importancia que toma la generación, el procesamiento y la transmisión de la información. Ésta nueva forma de sociedad, que se denominará en éste trabajo “Sociedad de la Información”, está produciendo cambios en una gran cantidad de aspectos de la vida humana y de la cultura, en la forma de pensarse a sí mismo y su relación con los otros, en las formas como trabaja y produce, donde vive, la conformación de las ciudades, en la forma y tipo de educación, en las formas de resistencia y de creación.

Cambios, tal vez solo comparables a los ocurridos como consecuencia de la revolución agrícola, en un primer momento, y de la revolución industrial en un tiempo posterior. Es necesario aclarar que si bien se habla de tres puntos de quiebre en la historia, que han propiciado tres tipos distintos de sociedad, no implica que la aparición de nuevas formas sea el sepultamiento de las anteriores, éstas se conservan, coexisten y se relacionan (en forma traumática o no) con las mas recientes, teniendo cada una sus particularidades y tiempos propios. Esto es evidente en Latinoamérica y en Colombia, donde conviven algunos comunidades indígenas aun nómadas, con sociedades agrícolas, industriales y en forma creciente informacionales. Para ésta naciente sociedad los avances en el área de la informática, vienen a constituirse como la infraestructura de la misma, el ordenador es la maquina que la representa, similar a lo ocurrido en relación a la maquina de vapor en la sociedad industrial.

Además del ordenador, la creación de Internet, la Red de redes, la posibilidad de conectar los ordenadores entre sí, ha creado un espacio hasta ahora inédito para el hombre. En el seno de la sociedad de la información, surge una forma de vida mediada por el ordenador e Internet, surge una nueva forma de cultura,

la cibercultura. Es una cultura donde los valores, experiencias, conocimiento se desarrollan en un espacio “virtual”, están mediadas por el uso del ordenador e Internet. En la cibercultura hay una transformación del tiempo y el espacio, es un lugar donde se presenta otra posibilidad de construcción de sí y de lo social, donde es posible formas nunca antes vistas de comunicación e interacción.

Este trabajo pretende hacer y ser una aproximación de las relaciones y construcciones que surgen en la sociedad de la información, en especial aquellas que están mediadas por el ordenador e Internet, espacio social que nombraremos cibercultura, el cual constituye un nuevo lugar para lo humano.

En el interior de la cibercultura se tendrá como hilo de Ariadna la pregunta por la sexualidad, las construcciones realizadas en torno a ésta, en su relación con la cultura tecnocientifica, y a partir de ahí pensar conceptos como el de cuerpo e identidad.

De otro lado, realizar una mirada crítica a ciertos movimientos sociales que se desarrollan en la cibercultura – algunos de ellos con raíces en la contracultura de los 50`s y 60´ s – que se resisten a unas prácticas de dominación de amos cada vez más invisibles, denunciándolas y realizando propuestas de formas distintas de ser y de estar en este mundo, en este universo; movimientos que además, tienen una postura ética donde hay una búsqueda de reconocimiento de lo otro, de la pluralidad, de lo múltiple, donde les sea reconocida una voz y que tienen algo para decir. También presentan y proponen algunos de éstos movimientos alternativas distintas a la lógica del discurso capitalista; aunque se desarrollen en el seno ésta.

Para Foucault el Biopoder es aquel conjunto de prácticas, técnicas y saberes que se ejercen sobre la vida, que busca “administrarla, multiplicarla, ejercer sobre ella controles precisos y regulaciones generales”1

A partir de cierto momento de la historia el poder deja de privilegiar la muerte como el elemento a partir del cual gobernar, ejercer su poder. Se produjo un cambio paulatinamente en su posición, el poder asumió entonces la tarea de administrar la vida. Decidió establecer su fuerza en la vida y en su desarrollo, dejando en un segundo plano su poder basado en un “hacer morir y dejar vivir” para ser remplazado por un “hacer vivir y dejar morir”. Se constituirá todo un conjunto de prácticas, de saberes y técnicas con el ánimo de controlar los distintos aspectos de la vida, de ejercer bajo esta forma el poder sobre los individuos.

Se tomará el cuerpo como el lugar de intervención del Biopoder, en dos formas principalmente; la primera es el “cuerpo – máquina”, entendiendo aquí lo que respecta a las disciplinas del cuerpo, enmarcadas en lo político y lo económico. La educación, el encauzamiento de su fuerza de trabajo, buscando una mayor utilidad y docilidad; la segunda es el “cuerpo –especie”, lo que respecta a la regulación de la población en la vida y en la muerte, en los nacimientos o decesos, en la salud o la enfermedad (matrimonio),

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