Comienzo De Una Familia

“El comienzo de una nueva familia”

Normalmente, el hombre, cuando llega a cierta edad, decide que quiere formar una familia, su familia. Esta etapa de la vida Erickson la llama “Intimidad Vs. Aislamiento”, la etapa de la adultez joven donde las personas tienen que desarrollar la capacidad de compartir su vida con los demás pero sin perder su identidad. En realidad, el hecho de crear su propia familia es parte de la etapas de desarrollo de la vida, es algo por lo que generalmente todos pasamos un día u otro. Para Havighurst, las etapas a seguir son la siguientes:

1. Empezar una ocupación,

2. Asumir una responsabilidad cívica,

3. Elegir pareja, aprender a vivir con el cónyuge,

4. Iniciar una familia,

5. Criar a los hijos,

6. Manejar la economía familiar.

Así pues, tener una familia, uno debe de empezar por elegir una vocación para poder conseguir un trabajo que le permita mantener a su próxima familia, elegir a la persona con la que se quiere empezar su familia, casarse y tener hijos.

La elección de una carrera, según Donald Super, “se basa en una comprensión racional y realista del yo y del mundo laboral”. Sin embargo, hoy en día, se ha notado que en realidad esta elección no es tan razonada ni ordenada sino que más bien dicho es el resultado de varios factores sociales y emocionales. Estos factores principalmente se deben a la clase social, al sexo y a la personalidad del individuo. Es común que dependiendo de la clase social de la cual provienes, vas a tener un conocimiento más amplio de las carreras que puedes estudiar y vas a elegir la que vaya de acuerdo a tu clase social. Por ejemplo, si vienes de un clase alta, es probable que acabes siendo empresario o algo que tenga que ver con los negocios, la economía, si vienes de una clase muy baja, entonces es común que hagas algo que tenga que ver con la agricultura o la construcción. Sin embargo, todo esto también depende de las condiciones del mercado ya que si no hay dinero puede haber mucho desempleo. Dependiendo de la familia de donde vengas, también va a influenciar en tu elección ya que cada familia tiene costumbres y expectativas diferentes. Desde chiquitos, tus padres fomentan en ti lo que les gustaría que hagas de grande aunque al final sea tuya la decisión. Tu clase social determina de cierta forma el lugar en donde vives y por lo tanto lo que decidas estudiar, por lo general va a ser cerca de tu hogar. El sexo es otro factor que puede influenciar en la elección de vocación ya que dependiendo de la sociedad en la que vivas, cada género tiene sus roles o se espera de ellos cosas diferentes. A lo mejor, en sociedades machistas, se espera que la mujeres no estudien pero que aprendan a ser buenas amas de casa, en otras sociedades más abiertas, se comienza a esperar de ella lo mismo que los hombres, es decir una profesión de la cual puedas mantenerte a ti y a tu familia. Por último, la personalidad es muy importante dentro e la elección. Así pues, existen 6 personalidades distintas y cada una se inclina hacia una vocación diferente. La personalidad realista, se caracteriza por lo concreto y lo tangible, las personas con esta personalidad tienden a preferir actividades donde se tenga que manejar herramientas, máquinas y animales de manera precisa. La personalidad investigadora estima la ciencia, se define por actividades de observación de fenómenos físicos, biológicos y sociales. Alguien con personalidad artística se va inclinar hacia las cosas ambiguas y libres ya que les gusta mucho la estética y la expresión creativa. Los sociales, se relacionan con los otros, valoran la ética y el servicio social. A los empresariales les gusta lo que tenga que ver con la manipulación, la persuasión y dirigir a los demás, se dejan llevar más por los logros materiales y el estatus social. Los de personalidad convencional disfrutan lo rutinario, mantener el orden, el logro y el poder mercantil.

Así pues, al mezclarse todos estos factores, se escoge una vocación que trate de mantener un equilibrio para que se pueda tener más satisfacción laboral y estabilidad profesional.

Al lograr esta estabilidad, uno se vuelve más independiente económica y emocionalmente. Cuando se empieza a ganar dinero por su parte, se espera que la persona ya no dependa de sus padres, y en algunos casos, que abandone el hogar. Para lograr esta transición, se tiene que acabar con el desarrollo adolescente y establecer una identidad adulta inicial. Sin embargo, hoy día es cada vez más común ver los “Chicos Búmeran”, es decir los que dejan la casa de sus padres para después regresar y así constantemente, y los “Adultos Jóvenes Malogrados”, que se quedan viviendo con sus papas hasta después de los 30 años. Estos dos fenómenos se dan por inconvenientes económicos ya que es cada vez más difícil encontrar un empleo o porque los salarios iniciales no son suficientes y por lo tanto no pueden tener las mismas comodidades que en la casa de sus padres. Para que sea más fácil y segura el abandono de la familia de origen, los padres deben educar a sus hijos de tal forma que les den una estructura segura para que ellos se atrevan a aventurarse y establecer una “pertenencia confiable en el mundo real” sin dejar de ser un refugio seguro y una base confiable. En realidad, “el joven necesita abandonar a la familia sin que esta la abandone a él”.

Al llegar a esta etapa y ya estar estabilizado, el individuo, como todos los seres humanos que tienen la necesidad de establecer relaciones con otros, empieza a sentir la necesidad de estar con alguien, de elegir una pareja. Esto se llama la “Necesidad de Afiliación”. Las personas buscan relaciones justas, es decir que reciban de ellas lo que ellos están dispuestos a ofrecer ya que de estas relaciones se sacan beneficios que contribuyen al desarrollo y al mantenimiento de uno mismo, es tener a alguien en quien confiar, que cause interés y diversión, y sobre todo, es un apoyo social porque aumenta la calidad de vida, reduce los riesgo de tener depresión y estrés y tiene efecto positivos en el sistema cardiovascular y el endocrino. Así pues, la elección de pareja, al igual que el de la vocación, se ve influenciado por diversos factores como la propincuidad, ya que si viven o trabajan cerca hay un efecto de exposición repetitiva, el atractivo, que depende de los gustos de cada quien y generalmente uno elige a alguien con el cual se siente correspondidamente atractivo, la semejanza (en edad, personalidad, clase social, capacidades cognitivas…), la reciprocidad, como lo mencionamos anteriormente, es el hecho de sentirse

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