Como Ayudar A Niños Con Padres Con cáncer
Cyntia_824 de Septiembre de 2012
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Cómo ayudar los niños cuando un familiar tiene cáncer: cómo afrontar el tratamiento
Explicar el tratamiento contra el cáncer a los niños puede ser difícil. El padre o la madre, quien ya tiene sentimientos de ansiedad por el solo diagnóstico, ahora enfrenta una preocupación adicional sobre las reacciones que su(s) hijo(s) tendrá(n) con el tratamiento contra la enfermedad. Se han logrado muchos avances en el tratamiento contra el cáncer, pero generalmente lo que una persona con cáncer experimenta en un inicio es temor e incertidumbre sobre el futuro. Esto es normal.
Hace algunos años, las persona a menudo procuraban mantener en secreto un diagnóstico de cáncer, lo cual tanto para el paciente, como para familiares y amigos, dificultaba aún más poder sobrellevar los efectos de la enfermedad. Hoy día, sabemos que no es posible mantener un diagnóstico de cáncer en secreto por mucho tiempo. También sabemos que tratar de mantener esto en secreto simplemente le perjudica a usted y lastima a sus seres queridos. El reto consiste en incorporar el cáncer y su tratamiento en la vida cotidiana de la familia. Esto incluye ayudar a los niños a lidiar con las alteraciones mayores que se generan. Si requiere más información sobre cómo explicar un diagnóstico de cáncer a los niños, refiérase al documento Apoyo a los niños cuando un familiar tiene cáncer: cómo afrontar el diagnóstico el cual puede leer en nuestro sitio www.cancer.org, o solicitar una copia llamando al 800-800-227-2345.
¿Por qué se debe informar a los niños sobre el tratamiento contra el cáncer?
Los niños perciben cuando hay algún problema y se
imaginan lo peor.
Los niños a menudo se imaginan lo peor si no se les dice qué es lo que está pasando. Lo que ven es a uno de los padres más cansado, quien puede que tenga menos paciencia con ellos y que se enferma demasiado, y puede que piensen que ya no los quiere o que son responsables de la enfermedad. Todo niño pequeño puede percibir cuando algo no está bien. En esta situación, los niños están muy conscientes del estado emocional de ambos padres. Y puede que sea muy difícil corregir la percepción de los niños una vez que hayan formulado sus propias explicaciones ante la situación.
Los niños tienen probabilidades de enterarse de todas
maneras.
Probablemente sabe que los niños a menudo escuchan a los adultos hablar sobre temas que no son apropiados para ellos, incluso cuando el niño se encuentra entretenido o parece que no los está oyendo. Cuando los niños perciben que se les está ocultando algo, algunos incluso buscan formas de escuchar sin que los demás lo noten. Cuando los niños alcanzan a escuchar estas conversaciones, les confirma que los adultos están tratando de ocultarles algo. Incluso sin llegar a escuchar algo, pueden observar que los demás a su alrededor se comportan de forma extraña. Los niños por lo general perciben que las personas están alteradas o que algo no está bien. Incluso podría ser que los niños piensen que la causa del problema es algo que ellos mismos hayan o no hayan hecho.
Los efectos secundarios se harán obvios una vez iniciado el tratamiento.
Cuando el tratamiento del padre o madre inicia, el niño puede que observe efectos secundarios como cansancio, cambios de peso, caída del cabello o vómitos, y crea que es debido a un número de razones. Ven que el padre o la madre ha enfermado y puede que piensen que va a morir. Puede que piensen que otros en la familia también se enfermarán. No saber lo que está pasando o cómo sobrellevarlo puede ser una experiencia terrible para el niño.
Mantener el secreto consume energía.
Ultimadamente, el esfuerzo que toma mantener tal secreto puede consumir la energía valiosa de las personas. Esta energía puede ser mejor empleada en hacer que los niños se sientan seguros y preparados para los cambios que se avecinan en la familia. Los padres requieren explicar el cáncer y su tratamiento en términos que el niño pueda comprender. Si los adultos no tocan este tema, puede que los niños asuman que no está permitido hablar al respecto y se verán en la necesidad de imaginar sus propias razones que nadie les ha informado. Para evitar esto, es necesario informar a los niños con antelación sobre las clases de efectos secundarios que son propensos durante el tratamiento contra el cáncer.
¿Qué requieren saber los niños sobre el
tratamiento que uno de sus padres recibe?
Los niños requieren saber lo suficiente para estar preparados para lo que el padre está por afrontar y cómo les afectará. Los niños pequeños (de 2 a 8 años) por lo general no requieren de información detallada sobre el cáncer y el tratamiento, pero los de mayor edad (de 9 a 12 años y adolescentes) merecen estar más informados. Los niños de todas las edades requieren saber lo básico sobre:
• El tipo de cáncer (por ejemplo, si se trata de cáncer de seno o de linfoma).
• El lugar en el cuerpo donde se encuentra el tumor canceroso.
• Lo qué pasará después del tratamiento
• Lo que se espera en cuanto a cómo sus vidas cambiarán debido al cáncer y su
tratamiento.
Si no se ha informado a los niños sobre los hechos básicos, esto deberá ser la primera prioridad (refiérase al documento Apoyo a los niños cuando un familiar tiene cáncer: cómo afrontar el diagnóstico para más información sobre cómo hablar con los niños al momento de informarles sobre el diagnóstico. Podrá consultar más detalles sobre cómo abrir las vías de comunicación de tal forma que cuente con la manera apropiada para hablar con los hijos, así como para escuchar sus preocupaciones durante y tras el tratamiento contra el cáncer). Los niños requieren comprender algunos de los términos básicos del cáncer. Algunos de estos términos están definidos en la sección “Términos que describen el cáncer y su tratamiento.”
¿Qué tanto debo informar a mis hijos sobre el tratamiento?
Lo que diga específicamente a sus hijos dependerá de muchas cosas, como sus edades, personalidades y lo que usted sepa sobre el tratamiento. Requerirá determinar un equilibrio entre demasiada información, lo cual podría abrumar al niño, y muy poca información, que podría resultar en ocasionarle incertidumbre. Después de hablar sobre lo que el cáncer es y el lugar en donde se encuentra, se deberá decir a los niños cómo podría esto afectarles. Esta conversación deberá incluir cómo podría ser que sus vidas cambien a consecuencia de su tratamiento, y los preparativos que usted hará para asegurar que los niños serán atendidos sin importar lo que pase. La gente a veces habla sobre el cáncer y su tratamiento como si todos los casos fueran iguales para todas las personas, lo cual no es el caso. Los distintos tipos de cáncer actúan de forma diferente en el cuerpo y requieren de tratamientos diferentes, y cada persona reacciona de manera diferente a un mismo tratamiento. Asegúrese de que sus hijos entiendan esto. Si va a perder su cabello, dígaselo a sus hijos para que no teman cuando esto suceda. Si va requerir internarse en un hospital, los niños necesitan saber dónde, por cuánto tiempo, qué es lo que ahí sucederá, si podrán visitarle o al menos llamar y quién se hará cargo de ellos. Las personas a menudo se sienten ansiosas e incómodas durante el tratamiento. Se deberá decir a los hijos que Mamá o Papá podrían estar un poco gruñones o irritables, pero que no sientan que es por culpa de ellos. El objetivo es decir la verdad de una manera que los hijos puedan entender y les permita prepararse para los cambios que se avecinan.
¿Cómo debemos sobrellevar todos los cambios?
Es importante saber que cuando alguien está muy enfermo, la persona y sus seres queridos puede que sientan enojo, tristeza o temor. Puede que esto sea notorio cuando la persona enferma no se sienta bien, lo cual impide que pueda realizar sus actividades cotidianas o desempeñar su rol en la familia. Puede que el otro de los padres se exhausta y que no esté al tanto de las necesidades de los hijos. Algunos niños reaccionan ante esto retrayéndose o temiendo que sus propias preocupaciones son una carga para el padre o la madre. Puede que otros se comporten mal como una forma de llamar la atención. Independientemente que este comportamiento sea una reacción al diagnóstico de cáncer o se deba a otra razón, este problema debe ser atendido. Es fácil entender que un niño puede que se altere sobre lo que está pasando, pero aún requerirá cumplir las reglas básicas del buen comportamiento. Es importante tratar de seguir con las rutinas habituales tanto como sea posible, y ser consistentes con los hijos. El conservar las mismas reglas ayuda a los niños a sentirse seguros. Puede que sientan que las cosas están fuera de control si de repente ven que pueden “salirse con la suya” y tener conductas caprichosas sin que se les reprenda.
Por lo general, los niños tienen dificultad para encontrar las palabras para expresar lo que sienten cuando un padre está recibiendo tratamiento contra el cáncer. Para la mayoría de las personas, hablar sobre el sentimiento de enojo es difícil. Pero es una emoción normal cuando la vida parece haberse puesto de cabeza. Generalmente, entre más honestos sean los integrantes de la familia entre sí, mejor se podrá sobrellevar la situación. Hablar sobre cómo se siente es una de las mejores formas para disipar la tensión que sus seres están teniendo. Si observa que no cuenta con mucho tiempo para sus hijos como le gustaría, considere solicitar a otra persona, puede que su pareja, algún pariente o persona de confianza
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