Como son los Trastornos constitucionales que afectan directamente el comportamiento

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Trastornos constitucionales que afectan al comportamiento directamente

1. Los síndromes de daño cerebral

Muchas enfermedades y lesiones determinan daños neurológicos:

1. Perdida de sensación en una zona determinada del cuerpo
2. Debilidad de un miembro
3. Ceguera
4. Perdida de la palabra

Algunas lesiones cerebrales producen efectos tanto en las funciones corporales  como en el comportamiento. Otras afectaciones y lesiones que se sabe que han producido daño en el cerebro, no dejan tras de sí ningún impedimento neurológico, pero si van unidas a cambios marcados en el comportamiento.

Aquellos niños que de los que se saben que han sufrido afectaciones o lesiones del cerebro muestran en ocasiones trastornos específicos del comportamiento y que niños con este comportamiento suelen tener un historial de daño cerebral.

En algunos casos, la unica prueba concreta de mal funcionamiento del cerebro es la epilepsia; en otros, un encefalograma revelara cambios en las grabaciones eléctricas emanadas del cerebro. El comportamiento típico de un síndrome de “daño cerebral” aparece sin ninguna otra prueba de lesión orgánica.

El síndrome más corriente de daño cerebral, llamado hipercinesia, la inquietud motora y la tendencia a la distracción descuellan sobre todos los síntomas. Su característica principal de los niños afectados es que nunca están quietos.

El aprendizaje se resiente mucho, lo que no sólo quebranta su enseñanza formal escolar, sino también la adquisición de las normas y aptitudes sociales.

Los trastornos del comportamiento derivados del "daño cerebral mínimo" pueden producirse con o sin atraso mental general. Con frecuencia, incluso los niños normalmente inteligentes, van asociado a disminuciones leves de las facultades motoras y de la coordinación visual.

Los niños con un síndrome de "daño cerebral" suelen portarse mejor en un ambiente tranquilo, pueden arreglárselas muy bien si son enseñados en pequeños grupos, responden muy bien a las drogas tranquilizantes y es frecuente que drogas excitantes, como las anfetaminas, tengan un paradójico efecto calmante. La fenobarbitona suele empeorar las cosas.

León Eisenberg llamó la atención sobre la creencia corriente, pero falsa, de que los cambios de comportamiento asociados al daño cerebral tienen que ser fijos e inmutables, mientras que los que reaccionan a las presiones ambientales son esencialmente modificables.

Los niños con un síndrome clínico de daño cerebral mejoran generalmente con la edad, en especial si se modifican las demandas que se les imponga en el sentido de concordar con sus dificultades particulares.

Una de las finalidades del diagnóstico temprano consiste en que los padres, maestros y el niño mismo, sepan sus dificultades inherentes al caso.

Un niño con daño cerebral no diagnosticado no solo sufre a causa de su impedimento. Sufre aún más como consecuencia de la desesperanza y de la pérdida de su estimación propia que provocan la irritación, exasperación y desaprobación.

1. Personalidad esquizoide

Se manifiesta con gran empuje y energía o, por el contrario, con sensibilidad y calmado ensimismamiento.

Thomas, Birch y Chess, con sus colaboradores, comprobaron que los desórdenes de comportamiento son muy frecuentes en niños de respuestas vehementes, de espíritu predominantemente negativo, de carácter irregular en sus funciones biológicas de sueño y eliminación y de lentitud en la adaptación a las circunstancias cambiantes. Sólo aparecen las dificultades cuando las cualidades temperamentales del niño entran en conflicto con las esperanzas de los padres en cuanto a lo que el niño debería ser.

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