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Consecuencias económicas, tecnológicas, sociales y culturales del neoliberalismo y globalización en México


Enviado por   •  28 de Febrero de 2014  •  Tesis  •  5.977 Palabras (24 Páginas)  •  576 Visitas

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“Consecuencias económicas, tecnológicas, sociales y culturales del neoliberalismo y globalización en México”

MEXICO MAS ALLA DEL NEOLIBERALISMO. OPCIONES DENTRO DEL CAMBIO GLOBAL.

Primera parte.

Medio siglo en busca de comunión.

III

Construir el futuro, no volver al pasado.

Desde los años treinta, y sobre todo a partir del gobierno del presidente Cárdenas, el desarrollo económico mexicano –que alcanzó una tasa de crecimiento anual medio de 6.1% entre 1934 y 1982, y trajo consigo un mejoramiento significativo de las condiciones de vida de la mayoría de los mexicanos- se había sustentado en una economía de mercado con un relevante (pero prudente, excepto a partir de los años setenta) intervencionismo del Estado como rector y promotor activo del desarrollo económico, como regulador del comercio exterior y de los mercados internos de bienes y servicios básicos, como inversionista en áreas estratégicas y como promotor del bienestar social mediante leyes laborales y agrarias e instituciones sociales de educación, salud y servicios básicos.

La ideología económica y social de la Revolución mexicana, plasmada en el contrato social de 1917, había asignado al estado estas funciones desechando la ideología liberal del laissez-faire, laissez-passer.

A partir de 1983, la estrategia económica neoliberal –sustentada en la ideología ortodoxa que atribuye al Estado la causa de los males económicos- se orientó a acrecentar el papel de mercado como mecanismo de asignación óptima de recursos, maximizados de la producción y del empleo, corrector automático de eventuales desajustes económicos y garante de la inversión productiva y el desarrollo económico, transfiriendo a los agentes privados y al mercado, gradual pero sostenidamente, las funciones económicas anteriormente asignadas al Estado.

La reducción de la injerencia del Estado en la economía comprendió: la liberación de precios internos (abriendo cauce a los lesivos precios monopólicos y oligopolios, v.gr. telefónicos, bancarios, etcétera); la apertura comercial externa, la liberación de los flujos de inversión extranjera, la liberalización del sistema financiero; la privatización de la mayoría de las empresas estatales y de algunos servicios de infraestructura pública y el achicamiento del papel del Estado como rector y promotor del desarrollo económico y del bienestar social, reduciendo o cancelando programas de fomento económico sectorial (para la agricultura, las manufacturas, etcétera), de infraestructura económica y de desarrollo social.

A casi dos décadas de iniciado el experimento neoliberal, con más mercado y menos estado, la prosperidad ofrecida por los reformadores neoliberales está cada vez más lejos de la realidad. Más aún: los resultados reales del modelo neoliberal contrastan negativamente con los observados durante el vilipendiado modelo económico presente.

Bajo el modelo keynesiano-cepalino- que puede denominarse sin abuso modelo económico de la Revolución mexicana- basado en la regulación del comercio exterior y en un relevante intervencionismo gubernamental en el fomento económico, el producto interno bruto se incrementó l5.9 veces (1,592.7%) durante el período 1935-1982, al crecer a una tasa media del 6.1% anual, lo que implicó un incremento de 340.4% en el PIB per cápita, al crecer a una tasa media del 3.1% anual (véase cuadro 3)

Bajo el modelo neoliberal –basado en la apertura comercial unilateral y abrupta y en la reducción de la participación del Estado en el desarrollo económico- el producto interno bruto sólo se incrementó 0.45 veces (45.5%) al crecer a una tasa media de 2.23% anual, lo que implico un incremento de apenas 0.32% en el PIB per cápita, que creció a una tasa media del 0.02% anual.

Durante los años de vigencia del modelo económico de la Revolución mexicana, la inversión fija bruta por habitante (en maquinaria, equipo y construcciones), se incrementó 1,022.1% en el período 1941-1982, al crecer a una tasa del 5.8% anual. En contraste, después de casi dos décadas de experimentación neoliberal, la inversión fija bruta por habitante en 1999 fue 4% menor a la observada en 1982, al decrecer a una tasa media del 0.24% anual.

Finalmente, durante gran parte del período keynesiano-cepalino, los pasivos globales de México con el exterior se mantuvieron en un nivel manejable (del 18.4% del PIB al 27.2% del PIB entre 1946 y 1970)* a excepción de los dos últimos sexenios del modelo; cuando se disparo el endeudamiento externo (saltando los pasivos externos del

27.2% del PIB en 1970 al 67.6% del PIB en 1982) lo que condujo al colapso financiero y cambiario de 1982.

• En el concepto de pasivos externos incluimos la deuda externa (pública y privada), la inversión extranjera de cartera y la inversión extranjera directa (que gravita también sobre nuestras externas en forma de egresos de intereses, regalías y utilidades). Los porcentajes del PIB se calcularon en dólares de cuenta, que eliminan el efecto de la subvaluación o sobrevaluación del peso mexicano en la conversión del PIB mexicano de pesos a dólares o de los pasivos externos de dólares a pesos. Para el período 1940-1982 véase José Luís Calva. “Criterios recesivos de política económica para 1996. ¿Un México sin opciones de crecimiento?”, en Problemas del Desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía, núm. 104, México, IIEC-UNAM, 1996.

Precisamente, la estrategia económica neoliberal fue introducida en México con la promesa de “elevar el ahorro interno” para evitar “depender nuevamente en el futuro de recursos externos en forma excesiva”. No obstante, los pasivos externos de México crecieron de manera explosiva, saltando de 91 753.6 millones de dólares (MDD) al cierre de 1982 (después de la crisis de la deuda que estalló en agosto) a 270 196.9 MDD en 1994, cuando estalló el más grave colapso financiero de la historia mexicana, alcanzando los 344 174.2 MDD al cierre de 1999, lo que representa, a valor presente, más del doble de los pasivos acumulados hasta 1982.

En lo social, el modelo de la Revolución mexicana trajo consigo una significativa mejoría del bienestar. Como se muestra en el cuadro 3, el poder adquisitivo de los salarios mínimos se incrementó 96.9% en el período 1935-1982; con el neoliberalismo, en cambio, los salarios mínimos perdieron el 70.2% de su poder adquisitivo, es decir se deterioraron a menos de la tercera parte de los

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