DEONTOLOGÍA UNIVERSITARIA Y SU RELACIÓN CON EL FUTURO

DEONTOLOGÍA UNIVERSITARIA Y SU RELACIÓN CON EL FUTURO

PROFESIONAL EN PSICOLOGÍA

Carla Cecilia Camargo González

C.I. 14 505 184 – Sección T 3

Prof.: Oscar Cárdenas

Octubre 2015.

Universidad Bicentenaria de Aragua.

Escuela de Psicología.

Ética y Cultura Universitaria

DEONTOLOGÍA. DEFINICIÓN.

     Dice el Diccionario de la Real Académia Española, que la deontología se deriva del griego δέον, -οντος, el deber, y la partícula –logía, que quiere decir estudio de, así se define como la ciencia o tratado de los deberes. Deberes que son determinados por el sistema de valores imperante, esto desde una perspectiva filosófica  o ética. El filósofo J. Bentham creó el término con el fin de referenciar una ciencia de los deberes en un sentido utilitario, esto quiere decir, que la deontología es una ciencia de las normas que han de permitir la obtención de ciertos propósitos.

LA UNIVERSIDAD Y LA DEONTOLOGÍA

      En sus orígenes en el siglo XIII, la universidad surge de las escuelas catedralicias o episcopales, centros de enseñanza religiosa. Con el pasar del tiempo fue tomando forma y direccionándose hacia las enseñanzas técnicas y prácticas de frente a las necesidades de la sociedad. Es así como el estudiante universitario, profesional en construcción, ha de asumir los retos pertinentes a su formación desde el momento mismo de iniciar su trayecto formativo. Indagando todos aquellos paradigmas y teorías concernientes a su perfil profesional. Para ello, la universidad ha de  plantear las herramientas pertinentes para que dicho proceso formativo se dé a cabalidad, teniendo en cuenta que estar en las pisadas actuales y las más recientes tendencias del conocer es indispensable para que el estudiante cuente con el mejor escenario de aprendizaje.

ESTÉTICA Y ÉTICA

      En su proceso formativo el futuro psicólogo ha de asirse de las dimensiones propias para una formación integral, teniendo en cuenta que según sea su crecimiento como individuo así ha de ser su praxis profesional, pues ambas están hermanadas. La estética del saber lo sensibilizará ante la naturaleza propia del alma y sus necesidades, proveyéndole de las herramientas propias para la labor de guiar en el proceso sanador a aquellos que han de allegarse a éste en busca de ayuda. Para ello ha de considerar tres dimensiones indispensables de desarrollo, figurativamente se mencionarán la mente, las manos y el corazón.

LA MENTE, constituye todo ese cúmulo de conocimientos, teorías, paradigmas que le enriquecerán y proporcionarán las estrategias para abordar los diversos escenarios de atención psicológica. Por ello la importancia de estar en continua búsqueda del saber, prefiriendo las tendencias de última avanzada, asumiendo que un profesional actualizado y en constante crecimiento tendrá mayores y mejores opciones de bienestar que ofrecer a sus pacientes.

LAS MANOS, se refiere a las diversas habilidades prácticas que se aprehendan, asumiendo que dichas habilidades han de redundar en un mejor servicio hacia los demás. Dichas prácticas deben ser cónsonas con la sublime tarea de proveer bienestar a quienes atendemos en la consulta.

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