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El futuro de las relaciones laborales en España


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2020  •  Ensayos  •  4.009 Palabras (17 Páginas)  •  73 Visitas

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UGR

El futuro de las relaciones laborales en España

Sistemas de relaciones laborales

Germán Martín Pérez, Grupo A

09/06/2020


Las relaciones laborales son muy cambiantes, por ello, para hablar del futuro de las mismas, en España hay que tener en cuenta muchos factores directos e indirectos que les afectan. Es preciso realizar un repaso histórico de las relaciones laborales, como eran en un  principio y como han evolucionado a lo largo del tiempo. Hablaré de la entrada de España en la Unión Europea y la consecuente convergencia, de cómo la negociación colectiva y la libertad sindical supusieron una revolución. También de la existencia de la brecha salarial de género y el porqué de su existencia. Importante es destacar la situación que vivimos hoy en día con la pandemia y como esta va a repercutir en las formas de empleo y economía española, del problema de sostener una población envejecida que cada vez va a más, del papel de la inmigración en un futuro y de la derogación parcial o total de la reforma laboral, entre otros temas.

Para comenzar este ensayo voy a poner en contexto como ha ido avanzado las relaciones laborales en España a lo largo del tiempo.

Debido al alto paro en España tras la crisis del petróleo en 1970, el gobierno llevó a cabo reformas laborales como la de 1984 para flexibilizar el mercado de trabajo y luchar contra el gran paro, la herramienta utilizada fueron los contratos de trabajo temporales, el porcentaje de ellos asciende a un 33% en la década de los 90  (Martín, 2000).

España entra en la Unión Europea el 1 de enero de 1986 (Parlamento Europeo , 2015), en los países europeos se produce una convergencia en las relaciones laborales. Años atrás, la economía en Europa se centraba en trabajos no mayoritariamente bien remunerados pero estables, como cuenta el capítulo a la deriva del libro de Richard Sennet. Además, habla de las nuevas generaciones y de la forma en la que estas se enfrentan a un mercado laboral totalmente diferente, caracterizado por la flexibilidad (Sennet, 2002).

En España, la inestabilidad laboral creció en 1980 y 1990, los trabajos permanentes desaparecieron paliativamente, debido al cambio en el mercado laboral español. Los nuevos contratos, eran casi en plenitud a tiempo parcial (como he mencionado anteriormente), así las empresas lograban ajustar sus necesidades de contratación a lo largo del tiempo. Esto surge, en un periodo donde nace la globalización, los comercios internacionales se abren al exterior. En estas circunstancias, muy importe es la innovación tecnológica para destacar en el sector.  Los empresarios observan como en sus organizaciones hay empleos que se encuentran en la necesidad de destruirse o transformarse. Por eso, ven en el contrato a tiempo parcial, un elemento idóneo para las nuevas circunstancias (Arranz, & García, 2007). En mi opinión, optar por la forma temporal de contratación a causa de destrucción y cambios en el puesto de trabajo, no es la solución. Invertir en formar al trabajador cuyo empleo ha variado es la que pienso más adecuada (en la medida de lo posible), ya que el operario cuenta con la experiencia y conoce la filosofía de la empresa.

Hecho a destacar en la historia de las relaciones laborales en nuestro país, es la implantación de la libertad sindical. Se establece en España con la Ley 19/1997 de 1 de abril, versa sobre el derecho de asociación sindical debido al aumento de los conflictos sociales en la época. El principio de unidad sindical rompe el régimen franquista (Cialti, 2016).

La negociación colectiva es el mecanismo que se utiliza en España entre los trabajadores y empresarios (o representantes de los mismos) para establecer las condiciones de trabajo, con especial atención al salario. Su regulación  llega con la Ley del Estatuto de los Trabajadores de 1980. Esta negociación trata los asuntos de los convenios colectivos, en referencia a la negociación con la negociación colectiva y su impacto a nivel macro, surge la “hipótesis de la joroba (o U invertida)”. Según este sistema, los modelos de negociación colectiva centralizada y descentralizada tienen menos tasa de paro que  los métodos intermedios, que es el caso español. En favor de los extremos, el centralizado ayuda a la coordinación, y el descentralizado a la eficacia (aunque salarios demasiado altos pueden incurrir en pérdidas para las empresas).  Con los acontecimientos acaecidos en la última década se han producido grandes cambios en la economía mundial. Por un lado, el progreso tecnológico pide que los trabajadores sean cada vez más cualificados, por tanto, se producirá una desigualdad salarial o un aumento de paro en aquellos que no estén preparados en este ámbito. Por otro lado, como he mencionado anteriormente, la entrada en la Unión Europea y la consecuente apertura al exterior, tanto con los países europeos como los demás, debido a la globalización (Bentolila, & Jimeno, 2010). Todo lo señalado, exige a las empresas flexibilidad para adecuarse al nuevo mundo laboral, flexibilidad que en este momento y más aún en el futuro están pagando y pagarán los trabajadores.

Un aspecto muy importante en el sistema de relaciones español es la brecha salarial de género. La brecha salarial, está ocasionada por la discriminación laboral y ocurre cuando trabajadores con capacidades y competencias similares, son juzgados de manera distinta, solo por tener características personales diferentes, en este caso, por pertenecer al género femenino (Anghel, Conde-Ruiz, & Marra de Artiñamo, 2018). Según el estudio de  Croson y Gneezy (2009) citado por Anghel et al. (2018),  las mujeres son más adversas al riesgo que los hombres. Por ello prefieren trabajos con menos remuneración, pero más estabilidad, o como según  Walters, Stuhlmacher y Meyer, (1998) citado por Anghel et al. (2018), que las mujeres tienen diferentes actitudes en la negociación que los hombres.

Es cierto, y creo que casi todo el mundo conoce que las mujeres sufren discriminación laboral. Podemos llevar el fondo de esta cuestión a la historia, donde las mujeres eran un complemento de los hombres, sus siervas, asistentas, etc. O incluso más allá en las religiones, donde en el cristianismo Eva surgió de la costilla de Adán, para que este tuviera entretenimiento y compañía, religión en la cual, las mujeres no pueden dar misa, su misión consiste en ser monjas y prestar servicio a la comunidad. En la musulmana, también nos encontramos con un panorama donde solo lo hombres pueden predicar el rezo, y este género se encontraría tras la muerte, en un supuesto cielo con diez mujeres vírgenes. Si vivimos en un país donde se establece una creencia como forma de Estado, me costaría más reflexionar sobre una brecha salarial que como he comentado, estaría justificada por el origen del mundo y las avenencias de un Dios, pero como España es un país laico desde hace poco (y democrático), venimos arrastrando trabas de nuestro pasado. Mención aparte, merece también el régimen totalitario que sufrió España el siglo pasado, dónde a las mujeres no se les dejaba trabajar y dónde por ende, no había paro.

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