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DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD EN EL INFANTE


Enviado por   •  14 de Octubre de 2012  •  2.787 Palabras (12 Páginas)  •  593 Visitas

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Desarrollo de la Personalidad en el infante

¿Cómo se forma la personalidad infantil? Desde su concepción, el niño cuenta con una carga genética que hereda de sus progenitores. Estos factores genéticos hacen que cada niño reaccione de forma distinta en su contacto con el ambiente que le rodea. Dispone de su propio temperamento. La personalidad futura será el resultado del temperamento y las acciones educativas que reciba de los adultos (padres, profesores, hermanos, abuelos), y de las relaciones que establezca. El niño irá creando una conducta en función de las reacciones que los adultos tengan ante su comportamiento, y de las diferentes experiencias que vaya acumulando.

Factores que intervienen en el Desarrollo de la Personalidad

Influencia de la infancia en el desarrollo de la personalidad (embarazo, los primeros años de vida)

Durante el embarazo si la madre pasa por emociones sobretodo de ansiedad o ira, se trasmiten al pequeño mediante los vínculos neurohormonales (sustancias como adrenalina, noradrenalina, la serotonina, la oxitocina etc.) estos al ser producidas por las glándulas de la madre cruzan la placenta y pueden afectar a la criatura por nacer a nivel bioquímico, lo cual crea una predisposición emocional a la ansiedad. Resumiendo podemos decir que un exceso de secreciones neurohormonales de la madre crea un Sistema Nervioso Autónomo sobrecargado, lo que conduce a un niño de peso bajo al nacer y/o desórdenes gástricos y/o dificultades de lectura y/o problemas de comportamiento. No cabe duda de que los sentimientos primarios como el amor o el rechazo influyen en la criatura por nacer desde muy temprano.

Los seres vivientes progresan de la simplicidad a la complejidad es por eso que la criatura por nacer se desarrolló en el útero hasta convertirse en una criatura altamente definida con un cerebro complejo, un sistema nervioso y un cuerpo completo, emocionalmente crece de ser un ser insensato a uno capaz de registrar y procesar sentimientos y emociones complicados y sorprendentes.

Otro nombre para este proceso seria el DESARROLLO DEL YO, o de la personalidad, es la suma de lo que cada uno de nosotros como individuos piensa y siente sobre sí mismo; nuestras fuerzas, impulsos, deseos, vulnerabilidades e inseguridades en conjunto conforman el “yo” distinto en cada uno de nosotros. Desde que la criatura es capaz de recordar y sentir - es decir, de ser marcada por la experiencia su yo se está formando.

Para explicar cómo se inicia este proceso en el útero se puede describir la emoción materna de ansiedad como contribución para el desarrollo del Yo. La ansiedad en ciertos límites es buena para la criatura ya que perturba un sentido de ser uno mismo con el ambiente que lo rodea y le hace tomar conciencia de su propio ser separado y distinto. Lo hace reaccionar a esa incomodidad de diferentes formas de evitarse la ansiedad, por lo que empieza a erigir un conjunto de primitivos mecanismos de defensa lo cual luego convierte en una emoción.

Los cimientos de la ira son iguales aunque sus raíces son diferentes ya que por lo general lo que lo produce es el sentirse limitado en sus movimientos. También estas experiencias de ira intrauterina son beneficiosas ya que apresura el desarrollo de rudimentarias conexiones intelectuales.

Algunas formas de depresión también pueden originarse en el útero, en general debido a alguna pérdida importante, y generalmente tiene que ver con el retiro de apoyo y amor de su madre, esto se ve con los niños que desde el nacer son apáticos.

La depresión, la ira y la ansiedad también contribuyen al desarrollo de la conciencia y la autoconciencia

El Dr. Peerbolte dice que si las madres llenas de afecto dan a luz niños más seguros de sí mismos, ello se debe a que el “yo” auto consciente de cada niño ha sido construido con afecto y calor. De la misma forma si las madres desdichadas, deprimidas o ambivalentes tienen una mayor proporción de niños neuróticos, es porque los Yos de sus hijos se moldearon en momentos de temor y angustia, si estos niños no son redirigidos se convertirán en adultos desconfiados, ansiosos y emocionalmente frágiles.

La personalidad que sirve de mediadora entre el mundo instintivo interior y el mundo ambiental exterior. Es el asiento de la conciencia y la porción de la personalidad a la que denominamos el " yo".

Teoría freudiana sobre la estructura de la personalidad.

Mecanismos de defensa

Una de las principales funciones del ego es la formación de los mecanismos de defensa. Estos mecanismos son los métodos, que operan inconscientemente en su totalidad, mediante los cuales se le debemos impulsos y íntimos inconscientes e indeseables. Los mecanismos se forman característicos a través de la niñez.

Las operaciones defensivas del ego comienzan durante la infancia y persisten para toda la vida.

La sublimación

La sublimación es el único mecanismo de defensa que puede considerarse eficaces, porque ordena y permite la descarga de los impulsos instintivos. Realiza esto modificando carácter de los impulsos para impartirles formas socialmente más aceptables.

La proyección

La proyección es uno de los mecanismos de defensa más precoces y primitivos. El lactante tiene un ego inmaduro que concibe todo lo placentero para él como suyo, y todo lo que no es placentero como ajeno. Literalmente proyecta sobre el mundo externo las sensaciones placenteras que surgen dentro del, y esta actividad es precursora de la proyección que hará ulteriormente de las porciones de su personalidad que haya inaceptables para los demás.

La introyección

La introyección es otro mecanismo de defensa precoz y primitivos que utilizan todos los niños de hasta dos años, es una especie de forma mágica de introducir en uno mismo algo del mundo externo, para adquirir las propiedades y poderes de esa persona u objeto externo.

La identificación

La identificación es una forma más refinada de introyección. Consiste en adoptar las cualidades de otra persona y en convertir a esas cualidades en parte de la propia persona.

La identificación con el agresor (por Ana Freud)

Es un mecanismo de defensa común en la niñez. Como los niños son más chicos que los adultos y también dependen de ellos, muchas veces se los coloca en posición de tener que aceptar pasivamente algo que se les

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