DIBUJO DE LA FIGURA HUMANA

DIBUJO DE LA FIGURA HUMANA

ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y TEÓRICOS: El dibujo de la figura humana ha sido uno de los instrumentos más utilizados para la evaluación tanto de aspectos de maduración como emocionales. Desde tiempos remotos ha sido una forma de expresión del ser humano, que cumple una función de comunicación, una expresión del mundo interno del individuo.

Los DFH reflejan la actitud del niño hacia sí mismo y hacia su cuerpo; por tanto, el dibujo no necesita guardar ningún parecido con la apariencia real del niño. Un niño bien adaptado y equilibrado no desplegará sus sentimientos íntimos, si puede evitarlo. Sólo los niños emocionalmente perturbados y mal adaptados reflejarán sus problemas en sus dibujos sin proponérselo.

Desde la aparición de las pruebas proyectivas han surgido diferentes instrumentos gráficos de evaluación. Florence Goodenough presentó en 1926 su prueba de la figura humana para evaluar la inteligencia, y en 1963, realizó una revisión de la misma, subrayando que evalúa madurez mental y no rasgos de personalidad. Sin embargo, también hubo personas interesadas en los aspectos proyectivos de la figura humana, entre ellos Machover (1949) cuyos resultados con niños no fueron concluyentes. Y Hammer (1958)

No obstante Elizabeth Koppitz crea un método a partir del cual es posible evaluar tanto el aspecto intelectual como el emocional. Por ello, éste es el método descrito a continuación.

DESCRIPCIÓN: La técnica del DFH consiste en que el niño dibuje una persona, fue creado por Koppitz para evaluar tanto el aspecto intelectual, así como el emocional en niños de 5 a 12 años. Al emplearla para evaluación intelectual, se valora el grado de madurez psicomotriz como un elemento importante del desarrollo intelectual. Cuando el garabateo del niño tiene un propósito definido, suelen tener semejanza notable con una figura humana, y además del nivel intelectual, el dibujo suele revelar como el niño percibe el mundo externo y cómo lo integra a su vida afectiva; es decir, se toma esto en cuenta para realizar una valoración emocional.

MATERIAL:

• Una o dos hojas blancas tamaño carta de papel bond.

• Lápiz suave o mediano (2 ó 2 1/2)

• Goma

APLICACIÓN: El test DFH puede administrarse individual o colectivamente, y el examinador dirá: “Quisiera que en esta hoja dibujaras una persona entera. Puede ser cualquier clase de persona que quieras dibujar, siempre que sea una persona completa, y no una caricatura o una figura hecha con palotes”:

La última parte de la consigna se agregó especialmente para la administración colectiva. Para los niños pequeños que pueden no entender el significado de “persona”, se puede agregar.

“Puedes dibujar un hombre o una mujer, o un chico o una chica, lo que te guste dibujar”.

No hay límite de tiempo para la ejecución del niño, puede borrar o volver a hacer el dibujo si lo desea, en la misma hoja o en otra si él lo pide.

Se le debe prestar especial atención a la secuencia en la cual dibuja la figura; la actitud del sujeto y sus comentarios espontáneos; la cantidad de tiempo que emplea y la cantidad de papel que utiliza.

Se debe sentar al niño de modo que esté fuera de su vista cualquier cuadro, libro o tapa de revista que pudiera servirle de modelo. En la práctica clínica, hay ocasiones en la que es útil comparar varios dibujos de un mismo niño, pero para la mayoría de los escolares más pequeños, un segundo DFH, del sexo opuesto, rara vez agrega suficiente información, como para justificar el tiempo y esfuerzo invertido en su obtención (lo cual resulta una variación del método de Goodenough-Harris, donde se pide un dibujo de cada sexo).

INTERPRETACIÓN:

1) Cómo dibuja la figura, sin tener en cuenta a quién dibuja,

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