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DONALD WINNICOTT: SOSTÉN, MANIPULACIÓN Y PRESENTACIÓN DE OBJETO


Enviado por   •  3 de Febrero de 2019  •  Apuntes  •  11.278 Palabras (46 Páginas)  •  346 Visitas

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DONALD WINNICOTT: SOSTÉN, MANIPULACIÓN Y PRESENTACIÓN DE OBJETO.

Para Winnicott es fundamental  la presencia de un “ambiente facilitador” para que el niño pase de un estado inicial de dependencia absoluta a un estado de independencia, y logre así alcanzar la salud mental. Para ello necesita el cuidado de una madre “suficientemente buena”. Aquella madre que de modo “natural” se adapta a las necesidades del niño, fisiológicas y psíquicas, desde los primeros momentos de vida.

El niño y la madre atraviesan por diferentes momentos, en los que a medida que el pequeño crece la madre lo frustra, de manera tan cuidadosa que evita se produzca algún quiebre psíquico en el infante, logrando de esta manera para el niño un permanente sentido de seguridad y pertenencia en el mundo.

Es la propia madre la que constituye el ambiente facilitador. [...] Lo que el infante necesita es exactamente lo que suele lograr: el cuidado y la atención de alguien que sigue siendo él mismo. [...]El infante sólo puede encontrar una presentación libre de confusiones de la realidad externa si lo cuida un ser humano consagrado a él y a la tarea de atenderlo. (Winnicott D., 1963)

Winnicott explica que a lo largo del crecimiento del niño, se van generando diversos procesos en su mundo interno, que tienen que ver con la posibilidad que la madre le entrega al infante, de “seguir siendo” en todos los niveles de desarrollo. La formación del yo, del modo en que lo ve el autor, tiene que ver con esta díada madre-bebé. El yo de la madre funciona como “yo auxiliar” en las etapas más tempranas para ir fortaleciendo al yo del bebé, hasta que este al fin logra diferenciar un “yo” de un “no-yo”, estableciendo como límite con el mundo exterior, la piel, estructurándose también un yo corporal.

El yo se basa en un yo corporal, pero sólo cuando todo marcha bien la persona del bebé empieza a estar vinculada con el cuerpo y las funciones corporales, con la piel como membrana limitadora. [...] El yo inicia las relaciones objetales. Con un quehacer materno suficientemente bueno al principio...

Casi sincrónicamente, aparece el “self”, que da cuenta de ese sentido de unidad que adquiere el bebé, sintiéndose uno sólo, perteneciendo a su piel, se integra, se diferencia. “...Ha empezado a establecer un self, una unidad que está contenida físicamente dentro de la envoltura corporal de la piel y, a la vez, está integrada psicológicamente.” (Winnicott D., 1962, pg. 358). Winnicott piensa que si hubiese un fallo en el ambiente facilitador, surge un “falso self”, el que se adapta al mundo exterior a modo de defensa, para proteger al “verdadero self” de los ataques externos y de la posibilidad de desintegrarse, evitando así que el sujeto caiga en una profunda angustia.

Para Winnicott, uno de los logros que adquiere el individuo, cuando el ambiente ha sido “suficientemente bueno”, es el “vivir creativamente”. Tiene que ver con una sentimiento continuo que tiene el ser humano de “ser”, de disfrutar su estar en el mundo, “La creatividad es, la conservación durante toda la vida de algo que en rigor pertenece a la experiencia infantil: la capacidad de crear el mundo” (Winnicott D., 1970, pg. 1964). Es la experiencia de sentirse vivo, experiencia ligada a los orígenes de la vida cuando el niño es capaz de crear el mundo y para después de un tiempo darse cuenta que el mundo está ya disponible para que él pueda seguir creando. Vivir con creatividad para el autor remite al dejarse sorprender por pensamientos, por momentos, pequeños y grandes que están en el ser, que se encuentran en esa zona intermedia, que le permite al sujeto, hacer de una experiencia interna algo externo.

El vivir creativamente es una experiencia necesaria de todos los seres humanos y que no está empezada ni terminada en la primera infancia, tiene allí su origen y el sujeto debe poder conservarla en el tiempo.

Por otra parte, está el trabajo que Winnicott realiza sobre la “zona intermedia”, entendiéndose que es aquella en la que todos nos encontramos. Es la “zona” del vivir, es aquella que está entre los psíquico y lo exterior.

Winnicott describe 3 zonas, la 1era hace referencia a la realidad psíquica del sujeto, “A partir de esta realidad psíquica personal es que el individuo “alucina” o crea” o piensa las cosas o las “concibe”. (Winnicott D., 1959, pg. 77). Sobre la 2da zona Winnicott dice que tiene que ver con lo exterior, con ello que es “distinto de mi”, aclarando que: “... los bebés y los niños y los adultos traen hacia dentro suyo la realidad exterior, como ropaje para revestir sus sueños, y se proyectan en los objetos y personas externos enriqueciendo la realidad exterior mediante sus percepciones imaginativas”. (Winnicott D., 1959, pg. 77). La 3era zona, la “zona intermedia”, sería en la que nos encontramos todos, es la que corresponde a los fenómenos transicionales, fenómenos que se espera hayan sido vivenciados satisfactoriamente, así el bebé se vuelve capaz de crear símbolos, representaciones, presencias – ausencias. “... una zona del vivir que corresponde a los fenómenos transicionales del bebé y en verdad deriva de éstos”.  

En términos terapéuticos pensamos a esa zona intermedia como la que se presenta entre el terapeuta y el niño al momento de jugar, esa zona en la que el niño se acomoda y en la que empieza a soñar, a pensar, a imaginar, a proyectar su mundo interno, desplegando lo bueno o lo malo que se encuentra en él. Eso que precisamente se desarrolla con el juego, en ese playing que Winnicott describe magistralmente, en el que los juguetes no existen por sí mismos, sino por lo que el niño es capaz de hacer con ellos, por las funciones que les da, volviendo a ser “omnipotente” por un momento determinado.

Winnicott a través de su observación clínica postula 3 funciones de la madre que son vitales en el desarrollo tanto físico como psíquico del bebé, que además son funciones que son parte de lo propio de ser mamá cuando esta experiencia se vive de manera “natural”.

SOSTÉN: es una función que ejecuta la madre desde el 1er día de vida del RN. Refiere a brindar un lugar seguro al bebé a través del esfuerzo que realiza la madre.

El fin es que el bebé sea sostenido por un ambiente que le haga dar cuenta de a poco de su existencia, que le procure los recursos para tener esta sensación por el resto de su vida a pesar de los peligros que existen en el mundo exterior, peligros que no generen angustia excesiva. La madre, protege al bebé tanto de los daños físicos como de los psíquicos, se encarga de sostener al bebé e introducirlo al mundo.

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