Del Sexo a la SuperConsciencia
Arturo151Ensayo27 de Noviembre de 2013
10.485 Palabras (42 Páginas)237 Visitas
Del Sexo a la SuperConsciencia
Osho
LIBERACION
(Extracto del libro)
Una mañana temprano, antes de la salida del sol, un pescador fue al río.
Cerca de la orilla sintió algo debajo de sus pies, y descubrió que era una
pequeña bolsa de piedras. Recogió la bolsa y echando la red a un lado, se
acuclilló a la orilla del agua, esperando la salida del sol. Estaba esperando
la luz del día para iniciar su trabajo diario. Perezosamente cogió una piedra
de la bolsa y la lanzó al agua. "Plop", se oyó en el agua. Entretenido con el
sonido lanzó otra piedra. A1 no tener otra cosa que hacer, siguió lanzando
las piedras, una por una... Poco a poco el sol se levantó. Llegó la luz. Ya
para entonces había lanzado todas las piedras, excepto una. La última
piedra estaba en su palma. Su corazón casi le falló cuando, a la luz del día,
vio lo que tenía en la mano. ¡Era una piedra preciosa! En la oscuridad,
había arrojado muchas de ellas. ¡Cuánto había perdido sin darse cuenta!
Lleno de remordimientos, se maldijo a sí mismo, sollozó, lloró y casi
enloqueció de pesar. Por accidente, se había encontrado con una gran
riqueza que podría haberle proporcionado un extraordinario bienestar en su
vida. Pero sin darse cuenta, la había perdido en medio de la oscuridad. Y
sin embargo, era afortunado, pues aún le quedaba una gema : la luz había
llegado antes que arrojara la última "piedra".
En general, la mayoría no es ni siquiera tan afortunada. La oscuridad te
rodea por todos lados, eI tiempo se va consumiendo, el sol no se levanta y
ya hemos desperdiciado todas las gemas de la vida. La vida es un
gigantesco tesoro, y el hombre no hace otra cosa que desperdiciarla.
Cuando llegamos a damos cuenta de la importancia de la vida, ya se nos ha
escurrido entre los dedos. Los secretos, los misterios, la felicidad, la
liberación, el paraíso: todo lo hemos perdido. Hemos malgastado la vida.
En los próximos tres días, tengo la intención de hablar acerca de los
Tesoros de la Vida. Es difícil instruir a la gente que trata la vida como a
una bolsa de piedras. Esta gente se irritará si les señalas el hecho de que lo
que están arrojando no son piedras, sino joyas. Se enfurecerán. No debido a
que lo que se les dice sea falso, sino porque se les demuestra su insensatez.
Se les recuerda lo que han perdido. El ego hace su aparición. Sin embargo,
sin importar lo que se haya perdido hasta ahora, si aún queda un poco de
vida, si sólo queda una "piedra", aún puede ser salvada. Nunca es
demasiado tarde para aprender. Incluso uno podría beneficiarse. Y
especialmente en la búsqueda de la Verdad de la Vida, nunca es tarde; no
hay motivo para apocarse.
Sin embargo, debido a nuestra ignorancia, en medio de la oscuridad ,
hemos dado por sentado que la bolsa de la vida no es otra cosa que una
colección de piedras. Los caprichosos han aceptado la derrota antes de
hacer un esfuerzo en la búsqueda de la verdad. Para empezar, deseo
advertirles en contra de la trampa del fatalismo, la ilusión de este falso
fracaso. La vida no es un montón de arena y piedras. Si tienes la actitud
correcta para verlo, encontrarás muchas cosas buenas en la vida.
Encontrarás en ella una escalera para llegar a Dios. En nuestro cuerpo
hecho de sangre, carne y huesos, existe algo, alguien que se halla separado
de estas cosas. No guarda ninguna relación con la sangre, la carne y los
huesos. Está allí, aun en el cuerpo físico, que nace hoy y muere mañana. Es
inmortal. No tiene ni principio ni fin. Esto, lo que no tiene forma, se
encuentra aun en la misma muerte. Desde la oscuridad de la ignorancia
anhela y busca esta llama imperecedera. La llama inmortal se halla oculta
tras el humo mortal. No podemos ver la luz. Vemos el humo y
retrocedemos. Algunos, los valerosos, buscan sólo en medio del humo, y es
así que no pueden llegar a la llama, a la fuente de la iluminación.
¿Cómo realizar el viaje hacia esta llama oculta detrás del humo? ¿Al yo
dentro del cuerpo? ¿Cómo podemos comprender cabalmente al Supremo,
lo Universal, que se halla camuflado - oculto - en la naturaleza? Hablaré
acerca de ello en tres etapas.
En primer lugar, nos hemos cubierto con tales prejuicios, ideas infiltradas y
pseudo-filosofías, que nos hemos impedido ver la verdad desnuda. Ya
tenemos hipótesis de lo que la vida es, sin saber, sin buscar, sin sentir
curiosidad. Se nos ha enseñado durante miles de años que la vida no tiene
sentido, que la vida es inútil, que la vida es sufrimiento. Se nos ha
hipnotizado para que creamos que nuestra existencia es inútil, carente de
propósito, pesarosa. La vida debiera ser despreciada, debiera ser pasada por
alto. Se nos ha recitado esto una y otra vez, y es así que ahora sentimos que
la vida es un gran caos: sólo es fuente de sufrimiento.
Es a causa de este menosprecio por lo que el hombre ha perdido todo
encanto, alegría y amor. El hombre se ha transformado en un bulto informe.
El hombre se ha convertido en un turbulento mar de pesadumbre. No es de
asombrarse que, debido a estas ideas erróneas, el hombre haya dejado de
intentar reflexionar sobre sí mismo. ¿Por qué deberíamos buscar la belleza
en un bulto? Y cuando creemos firmemente que la vida es sólo para
arrojarla - es sólo una aflicción - ¿qué sentido tiene aceptarla, purificarla y
hacerla más hermosa? Creemos que el esfuerzo es inútil.
Nuestra actitud hacia la vida es similar a la del hombre que se instala en la
sala de espera de una estación de ferrocarril, como la de un viajero que
utiliza la sala de espera. Este hombre sabe que se ha detenido aquí sólo por
un rato. Deberá irse pronto. Por tanto, ¿qué importancia tiene esta sala de
espera? Ninguna en absoluto. No tiene significado. Tira diversos objetos al
suelo, escupe, la ensucia. Es descuidado. No se halla interesado en ningún
acto de decencia, después de todo, debe irse en un rato, al oír el TAÑIDO
DE LA CAMPANA.
Del mismo modo consideramos la vida como una residencia temporal. La
tendencia es: ¿por qué sería necesario buscar la verdad y la belleza en ella?
Quisiera enfatizar que esta vida llegará a su fin en su momento, pero que no
hay forma de huir de la "verdadera" vida. Podemos cambiar esta casa, este
lugar; pero la esencia de la vida permanecerá con nosotros. Y éste es
nuestro Yo, con una Y mayúscula. No existe forma alguna de deshacerse
de él.
Somos moldeados por lo que hacemos. En último término, nuestros actos
nos moldean, para bien o para mal. Modifican y dan forma a la vida y
moldean el alma. Lo que hagamos con nuestra vida y cómo lo hagamos
indicará nuestro desarrollo futuro. Nuestra actitud hacia la vida guiará el
camino de nuestra alma: cómo evolucionará, qué misterios hasta ahora
inexplorados - descifrará. Si somos conscientes de que nuestra actitud hacia
la vida nos moldeará en el futuro, podremos descartar de inmediato el
pesimista punto de vista según el cual la vida es discordante, inútil, carente
de significado. Entonces, puede que nos demos cuenta de la falsedad de la
creencia de que la vida es pesarosa. Entonces no hay un esquema para las
cosas. Entonces, puede que descubramos que todo lo que se opone a la vida
es irreligioso.
Sin embargo, en nombre de la religión se nos ha enseñado la negación de la
vida. La filosofía de la religión ha estado orientada hacia la muerte, no
hacia la vida. Predica que aquello que se halla después de la vida es
importante, mientras que aquello que se halla antes de la muerte no tiene
significado. Hasta ahora, la religión ha adorado a la muerte, pero no ha
mostrado respeto alguno por la vida. En ninguna parte de ella
encontraremos la aceptación jubilosa de las flores y frutos de la vida, pero
sí la hallaremos impregnada de una fe regida en las flores muertas. ¡Eso es
cantar loas en la tumba de flores muertas! La especulación religiosa
siempre se ha concentrado al otro lado de la muerte: en el paraíso, en la
liberación (cielo-moksha-nirvana), como si no le interesara lo que ocurre
antes de la muerte. Les quiero decir que si son incapaces de probar lo que
hay antes de la muerte, ¿cómo podríamos arreglárnoslas con lo que hay
después de la vida? ¡Casi imposible! Si no podemos beneficiamos con lo
que hay antes de la muerte, no podremos preparamos o capacitamos para lo
que vendrá después de ella. La preparación para la muerte también debe
hacerse, en torno a la vida y durante ella. Si existe otro mundo después de
la muerte, también allí nos veremos enfrentados a aquello que hemos
experimentado en esta vida.
No existe forma de sustraerse a estos efectos, a pesar de lo que se proclama
para descalificar esta existencia y renunciar a esta vida.
Yo afirmo que no hay ni podrá haber ningún Supremo ni Dios ajeno a esta
vida. También afirmo
...