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Delitos Sexuales en el contexto universitario: desafíos en torno a la sensibilización y su abordaje institucional


Enviado por   •  8 de Agosto de 2021  •  Monografías  •  2.092 Palabras (9 Páginas)  •  64 Visitas

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Delitos Sexuales en el contexto universitario: desafíos en torno a la sensibilización y su abordaje institucional.

Introducción

Las conceptualizaciones y el origen de las relaciones de género, parten de un contexto histórico, económico, social y cultural; desde la instauración del Cristianismo por el Emperador Constantino en el siglo IV-en donde la imagen de la mujer era inferior a la del hombre- así como durante la Edad Media y finalmente, hasta llegar a los tiempos modernos, en los cuales la lógica de las configuraciones sociales-políticas y escenarios de revoluciones no alcanzan a llegar a toda la sociedad, involucrando principalmente al hombre, como principal actor y sujeto de Derechos. Por tanto, no fue hasta los años 1800 a 1900, en los cuales surgen las primeras manifestaciones del Feminismo.

Desde la década de los 70 y a propósito de teorías feministas, emerge el concepto de Género, concepto que recoge y sistematiza los trabajos de Simone de Beauvoir (1949), buscando salir de argumentos biologicistas y mostrando la relevancia de que la cultura elabora y moldea las identidades, así como ser hombre y ser mujer, por tanto, Género, se adscribe “como la construcción simbólica y cultural que se estructura a partir de las diferencias biológicas entre los sexos y que establece el ser hombre y el ser mujer en una sociedad determinada.” (De Beauvoir, 1949, citada en Aguilar 2008).  

En la actualidad, desnaturalizar la masculinidad y feminidad, supone una apertura al cuestionamiento y transformación de aquello que se concebía desde definiciones esencialistas, siendo posibles otras formas de interpretar, simbolizar y organizar las diferencias sexuales en las relaciones sociales. No obstante, hoy este análisis se encuentra mediado por los procesos de globalización, principalmente traducido a los efectos de un modelo económico que nos transforma de ciudadanos a consumidores; en respuesta a ello es que la figura de la mujer ha sido puesta en el tapete, desde un instrumento de belleza, un objeto y símbolo sexual a figuras de lucha por sus derechos sociales y políticos.  

Es imperativo reflexionar en torno a las violaciones a los Derechos Humanos de víctimas de agresiones sexuales, que corresponden a los distintos tipos penales de delitos sexuales (violación, abuso sexual, estupro, entre otros).  Las violencias y el acoso sexuales contra las mujeres son tal vez una de las formas de violencia de género más graves, ya que el ataque sexual constituye una de las formas de violación de los derechos humanos de las mujeres que produce consecuencias más devastadoras en la vida, dignidad y calidad de vida de éstas.

En la sociedad está muy arraigada la creencia de que la violencia de género en general, y la violencia sexual en particular, suceden en mayor medida entre los grupos de población con menores niveles económicos, educativos y sociales. Sin embargo, numerosas investigaciones han demostrado que la violencia de género atraviesa todas las clases sociales, culturas y niveles educativos. Por ejemplo, la universidad se percibe como un lugar libre de este tipo de violencias, y especialmente de cualquier forma de violencia sexual, porque tanto los hombres como las mujeres que participan de la comunidad universitaria, se presupone que su mayor nivel educativo y formación intelectual, les convierte a los primeros en imposibles agresores, y a las segundas en personas con suficientes herramientas intelectuales como para prevenir, y defenderse, en su caso frente a una eventual agresión.

Recientemente, en el año 2016, un grupo de investigadores de Chile de las universidades Santo Tomás (Dra. Paola Ilabaca) y la Universidad de Playa Ancha (Dr. José Antonio Muñoz Reyes), junto a investigadoras de Alemania (Isabell Schuster y Bárbara Krahe) publicaron en la prestigiosa revista Frontiers in Psychology, un primer estudio que entrega una muy clara y precisa fotografía en torno a las víctimas y a los agresores sexuales en universidades chilenas.

La investigación se realizó en cinco establecimientos de educación superior de nuestro país, a partir de encuestas en las que participaron más de mil estudiantes universitarios. Los resultados revelan que en ambos sexos existe un elevado índice de victimización (48% entre los hombres y 51% entre las mujeres). Por otro lado, aunque se suele sostener que los abusos sexuales son efectuados primariamente por extraños, los resultados de este estudio apuntan a que suelen ser personas conocidas, ya sean exparejas o amigos los que efectuaron la mayoría de los abusos. Finalmente, el consumo excesivo de alcohol es, al igual que en el resto del mundo, un factor de riesgo que en los universitarios chilenos acentúa la posibilidad de sufrir abusos, más aún por parte de extraños.

Reflexionando e implementando estrategias de abordaje…

Los efectos de un delito sexual producen repercusiones emocionales significativas, fomentan daños profundos en la autoimagen, en la autoestima, en la confianza y en la percepción de seguridad, produciendo diversos síntomas en las distintas dimensiones humanas y psicológicas. “Un resultado es que la víctima queda encerrada en un círculo vicioso de conductas, pensamientos y emociones negativas que escapan a su control. La situación puede agravarse si revela los hechos y esta persona no le cree” (Durrant, 1987, citado en Ochoa de Alda, 2000). Según Echeburúa y Corral (2013), “el hecho de ser víctima de un suceso violento puede causar unas repercusiones psicológicas muy negativas en la estabilidad emocional de las personas afectadas, especialmente en el caso de las mujeres agredidas sexualmente en la vida adulta o en la infancia” (Cortés, Cantón-Cortés y Cantón, 2011; et al., citados en Echevarría y Corral 2013).

Por lo anterior resulta fundamental hablar de violencia sexual en los espacios universitarios, pues durante los últimos años ha habido una proliferación de denuncias de violencia contra las mujeres en las universidades. Para Silvana del Valle, abogada de la Red chilena contra la violencia hacia las mujeres, es indispensable e incluso obligatorio que las instituciones de educación superior creen mecanismos de prevención y sanción a los abusos sexuales. “Estando al servicio de la persona y el bien común en el ejercicio de sus funciones, a las universidades estatales les corresponde el rol de garantes de los derechos humanos, dentro de los que se encuentran la vida e integridad física y psíquica, la libertad y la igualdad ante la ley, todos derechos afectados por violaciones y otros abusos sexuales. En este sentido, es importante destacar la afectación específica a la igualdad de oportunidades que sufren las víctimas en el ejercicio a su derecho a la educación o al empleo”, explica.

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