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Dinámica de la voluntad


Enviado por   •  3 de Agosto de 2013  •  Tutoriales  •  2.331 Palabras (10 Páginas)  •  1.030 Visitas

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Voluntad es la facultad de decidir y ordenar la propia conducta. Propiedad que se expresa de forma consciente en el ser humano y en otros animales para realizar algo con intención con un resultado. La palabra voluntad proviene del latín voluntas-voluntatis (verbo: volo=poder y sufijo tas,tatis= -dad, -idad en castellano) y consiste en la capacidad de los seres humanos y de otros animales que les mueve a hacer cosas de manera intencionada. Es la facultad que permite al ser humano gobernar sus actos, decidir con libertad y optar por un tipo de conducta determinado. La voluntad es el poder de elección con ayuda de la conciencia.

El actuar humano esta orientado por todo aquello que aparece como la mejor opción, desde las actividades recreativas hasta el empeño por mejorar en el trabajo, sacar adelante a la familia o ser productivos y eficientes. La voluntad opera principalmente en dos sentidos:

• De manera espontánea, debido a la motivación y convencimiento de realizar ese algo, como salir a pasear con alguien, iniciar una afición o pasatiempo, organizar una reunión, asistir a un entrenamiento.

• De forma consciente, debido al esfuerzo u obligación a realizar determinadas cosas: terminar un informe a pesar del cansancio, estudiar una materia que no gusta o presenta dificultades, recoger las cosas que están fuera de su lugar, levantarse a pesar del sueño, etc. Todo esto representa un ejercicio de voluntad, porque se llega a la decisión de actuar contando con los inconvenientes.

La voluntad es fundamental para el ser humano, pues lo dota de capacidad para llevar a cabo acciones contrarias a las tendencias inmediatas del momento. Sin voluntad no se pueden lograr objetivos planeados. Es uno de los conceptos más difíciles y debatidos de la filosofía, especialmente cuando los filósofos investigan cuestiones como las que se refieren al libre albedrío.

Existe la cuestión adicional de si puede simultáneamente observar lo que se desea hacer y además tener conocimiento de las razones por las que se elige hacer eso en lugar de otra cosa. Las interrogantes más profundas sobre la existencia humana giran a menudo alrededor de las cuestiones sobre la voluntad.

En relación entre la Voluntad y el Deber, Kant propone un nivel: Si hablamos de la voluntad como algo absolutamente incondicionado (voluntad santa), entonces estaríamos ante algo que es algo absolutamente bueno en sí y que, por tanto, no tendría que actuar por deber para ser buena en sí. 2º) Lo que sucede es que, en la práctica, tal voluntad se encuentra situada en una realidad que está condicionada lo que lleva a tal voluntad a tener que superar obstáculos continuos. En este contexto, la voluntad es buena cuando actúa por deber. En definitiva, la voluntad santa, es decir, la voluntad que actuaría al margen de de inclinaciones y tendencias individuales, no es buena en sí porque actúe por deber sino que OBRA POR DEBER PORQUE ES BUENA. Esa misma voluntad, situada en el mundo de las condiciones sensibles, podría decirse que ES BUENA CUANDO ACTÚA POR DEBER. Si se entiende esta diferencia, se comprende porque Kant afirma, por un lado, que una voluntad que obra por deber es buena, y, por otro, que una voluntad buena es la que obra por deber.

Dinámica de la voluntad

La voluntad interviene cuando se realiza una serie de acciones para conseguir una meta, con reprepresentaciones en la mente sobre algo particular, puede ser un pensamiento abstracto, un elemento concreto, existente o incluso aparente, por alguna razón este pensamiento se vuelve valioso y es cuando se transforma en un fin que alcanzar, requiere un esfuerzo, consistencia, motivación y dedicación.

Para mantener dirigido las acciones hacia el cumplimiento del objetivo.

Cuando uno dice: “Tengo voluntad”, más comúnmente quiere decir que en sí mismo posee capacidad para decidir, iniciar y desarrollar actividades personales. A diferencia de los animales, predeterminados (“programados”), el obrar humano puede nacer de las decisiones de la voluntad, iluminadas por la inteligencia.

Decir que el hombre tiene voluntad, equivale a afirmar que es capaz de percibir los valores y hacerlos propios. También a que es dueño de sí mismo, aunque no de un modo absoluto; en esto consiste el hecho de nuestra libertad. Y por ella, con sus limitaciones, adquiere la vida humana su significado personal y responsable.

• La voluntad

• Definición:

La voluntad es una facultad de naturaleza espiritual, cuyo acto es la inclinación apetitiva hacia un bien comprendido por la inteligencia.

Como hemos hecho referencia en la introducción, el hombre tiene voluntad que equivale a afirmar que es capaz de percibir los valores y hacerlos propios. De esta manera no podemos desligar los valores de las personas. Las cosas están “revestidas de valor” en medida en que merecen nuestra estiman, nos agradan, nos resultan útiles, bellas, amables, verdaderas, etc.

• Naturaleza y objeto de la voluntad:

El objeto de la voluntad es el bien captado por el intelecto; pero para que la voluntad tienda hacia algo, no requiere que eso sea verdaderamente bueno en realidad, sino que sea aprehendido bajo la razón de bien. Por eso, el fin de la voluntad es el bien, o lo que aparece como bien.

La voluntad es una facultad distinta del apetito sensitivo, pues por ésta sólo se podrán querer cosas para satisfacer deseos orgánicos. En cambio, el objeto formal de la voluntad es el ente como bueno.

Además, hay que señalar que aunque la voluntad se dirija al bien universal no se dirige a éste en tanto que abstracto, sino en cuanto totalidad real y concreta del bien; mas como dicha totalidad de bien no se puede tener presente, se dirige al bien concreto y real que la inteligencia capta. Por eso, el horizonte volitivo del hombre es inagotable, insaturable y sólo podría ser saturado alcanzando su último fin.

La voluntad es la primera entre las fuerzas motrices de los seres que tienen entendimiento: ella aplica todas las potencias del acto, pues entendemos porque queremos, imaginamos porque queremos y así las otras facultades. Cuando la voluntad llega a poseer la totalidad del bien (Dios), toda su energía concupiscible, toda se ansia, desaparece, y queda en el reposo y la quietud de la volición del bien, que recibe el nombre de felicidad.

• Inclinación natural de la voluntad:

El Creador ha puesto en todas las criaturas una inclinación hacia el bien. Cuando un hombre apetece una cosa, podemos distinguir un doble plano en su acto de querer: el bien concreto que se quiere y la razón formal

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