Diseño de un esquema comparativo

Administración escolar tradicional

Gestión educativa estratégica

Este modelo rompe la relación del trabajo de las acciones administrativas con las pedagógicas, en donde cabe mencionar que únicamente el director es el que está al mando de la institución y por ende, se ocupa de las acciones administrativas, tales como la distribución de recursos, los servicios del plantel, los archivos presentes, y las políticas educativas que se rigen en la escuela.

Es ineludible aceptar que la principal función de las organizaciones educativas está centrado en lo pedagógico teniendo como meta la mejora de la educación. Para ello es pertinente tener una correcta cooperación de los agentes participes para en conjunto tomar decisiones que favorezcan la calidad educativa.

Las acciones de este enfoque cotidianamente se rigen mediante dos políticas sustanciales. Una de estas políticas es la subordinación, la cual infiere en considerar todos los movimientos como un proceso jerárquico en donde cada acción es dependiente a otra y en consecuencia de este dinamismo se desconocen las posibles variantes relacionadas a alguna situación tratada. Por otro lado la segunda política trata de la previsibilidad de resultados, en donde implícitamente se pierde el sentido de la innovación y la creatividad, inclinándose hacía resultados rutinarios.

En este enfoque se toma en cuenta la realidad de cada centro educativo, teniendo en cuenta las necesidades de cada uno de ellos, no debe estar basada en uniformidades sino en la organización que presente el colectivo docente y la capacidad de liderazgo que se tenga, no deben aplicarse posibles soluciones por el hecho de que en otra institución haya funcionado sino realizar un diagnóstico del problema y un plan de acción estratégico que ayude a la correcta resolución de la necesidad.

Los docentes se encuentran sometidos a poseer diferentes responsabilidades individuales que se sobreponen normativamente y se trabajan de una forma particular (separada de las demás), dejando de lado las relaciones entre ellos y segregando la reflexión de la práctica para generar aprendizajes. En otras palabras, no realizan un trabajo integrador que les permita intercambiar diferentes puntos de vista para poder llevar a cabo las actividades correspondientes.

Se basa en la cooperación entre cada uno de los agentes participes, teniendo en cuenta cuales son las metas y objetivos hacia los que se quiere llegar y cuáles son las acciones que pudieran realizarse para salir avante. La autonomía debe ser un punto clave para poder tomar decisiones que favorezcan a todos los miembros de la institución.

Los mecanismos utilizados para la supervisión de las escuelas se encuentran establecidos en reglas rígidas que no permiten la contribución o colaboración fuera de lo señalado. Este marco produce que cualquier intento de hacer un cambio o algo innovador se considere como un trance para el sistema que lleva el enfoque.

Construir un equipo sólido con grandes ideas centradas en la innovación para la resolución de problemas. Una organización abierta al cambio en la que no haya temor al realizar experimentaciones y que puedan generar  aprendizajes a partir de la experiencia para poder ponerlos en práctica.

Se establece el principio de controlar todos los quehaceres administrativos de la institución y someterlos a reglamentos generales externos que son inflexibles a las adversidades que rigen en los diferentes planteles educativos. Por ende se manifiesta una pérdida de la realidad y lo educativo ya que no se toma en cuentan las cualidades del entorno y se establecen indicadores que someten a los docentes a estar bajo un rubro de penalización si no se lleva a cabo un protocolo.

Es necesario establecer seminarios reflexivos en los que se pueda hacer una retrospectiva de todo lo acontecido en la institución, hacer del colectivo docente un equipo que pueda ir más allá de las competencias áulicas. Para ello se requiere de la confrontación de ideas y experiencias evitando el rezago y promoviendo el aprendizaje continuo de los profesores.

El estilo de este modelo de gestión lleva a los docentes a dividirse el trabajo y no articular proyectos, sino cada uno llevar por su lado sus objetivos, sus metas, recursos, estrategias y actividades. Este comportamiento penetra perjudicialmente en la relación interpersonal del colectivo docente y una vez que se intenta trabajar en equipo es difícil llegar a los mismos acuerdos.

Fomentar en la institución las ventajas de crear una organización creativa en la que puedan participar cada uno de los miembros, los cuales deben tener en mente las responsabilidades y compromisos que conlleva. Todo esto teniendo en cuenta las acciones de liderazgo.

Los centros educativos no proporcionan las políticas educativas, pero son encargados de regirlas, es decir, toman decisiones y objetivos en torno a estas. Todas las acciones de supervisión precisan políticas o micro políticas educativas, es decir que aparte de las normas que el sistema establece, la institución puede anexar diferentes políticas en ese mismo entorno de trabajo.

Debe verse como una oportunidad para hacer el cambio y trasladarse directo a la mejora, haciendo un correcto uso de la planeación y de la puesta en marcha de la misma. Implica echar mano de  proyectos centrados en las necesidades y en la innovación para el logro de los objetivos planteados.

No debe basarse en estándares ya que cada institución es totalmente diferente.