EL BIENESTAR DEL GANADO EN MANOS DE UNA HUMANA DIFERENTE

EL BIENESTAR DEL GANADO EN MANOS DE UNA HUMANA DIFERENTE.

El mundo moderno en medio de su afán por ser más productivo, más eficiente, quizás más rentable, se encuadricula y difícilmente ve más allá de su propia nariz, sometiendo a los recursos naturales, a la flora, a la fauna y hasta a sus propios trabajadores. Este “capitalismo salvaje” que ignora o no quiere saber sobre calidad de vida, bienestar, estrés, porque asume que es estúpido o derrochador de tiempo y dinero. Son estos los directivos que creen que los seres humanos somos el centro del universo y que en este planeta estamos en la punta de la pirámide como amos y dueños de cualquier tipo de vida. ¿Existirá algún tipo de sensibilidad o compasión ante el derecho de morir dignamente en la mente de estos empresarios que tienen estampado el signo dólar en su frente?

El Homo Sapiens lleva un puñado de miles de años como agricultor y pastor a lo largo de todo el planeta, pero no fue sino hasta finales del siglo xx que una mujer con “dificultades psicológicas” logró analizar detalladamente el comportamiento de los bovinos e intentó mejorar las condiciones de sacrificio de estos seres. Aunque primero tuvo que luchar con la sociedad para demostrar sus fuertes potenciales en inteligencia visual-espacial, a una sociedad que no está lista para el cambio, con un sistema educativo a veces anticuado, que le da miedo experimentar y más difícil aún, en un gremio culturalmente machista.

Quizás sea necesario deshumanizarse y colocarse en la posición del otro, en esta ocasión fuè en la posición de la vaca, para bien o para mal esta grandiosa coincidencia del destino “el autismo” donde Temple y el ganado eran sobreestimuladas por los colores y los ruidos no cotidianos por fortuna originando dibujos que eventualmente se fueron convirtiendo en los planos reales de los centros de sacrificio. Allí se logró demostrar que los sistemas compasivos realmente si lograban mejorar los tiempos, reducir la mortalidad por accidentes y el maltrato, hacer más sencillo el trabajo de los empleados y por su puesto ser más rentables. Sin embargo hay un tema muy difícil de monetizar pero que éticamente guarda un peso altísimo y es el hecho de hacer a la muerte animal lo más rápida y menos dolorosa posible. La señora Temple asìmismo fuè la inventora de la "caja abrazo", una máquina para calmar a las personas que se sentían agobiadas.

Pudo comprender que los animales, al igual que ella, tenían problemas emocionales y de estrés, entonces se fijó como meta aprender de ellos para ayudarlos. Fuè Psicóloga de carrera y ante la adversidad de sus problemas mentales conquistó estudios de maestría y doctorado.

Esta mal llamada enfermedad “autismo” le permitió desarrollar una especial sensibilidad con los animales pudiendo ella sentirse como en un espejo ante situaciones de incomodidad y el manejo rudo por parte de los trabajadores. El compartir tiempo con los animales la ayudó a superar su problema y es que hoy en día existen programas de terapia animal con perros y equitación en múltiples enfermedades con fisioterapeutas que dan fe de excelentes resultados, Temple ha dedicado su vida viajando por el mundo a mejorar las condiciones en que viven los animales, diseñando instalaciones y formas de moverlos que no les generen miedo, ni estrés. Estudió detalladamente y con paciencia la existencia de la “zona de fuga” y del “punto de balance” en los bovinos y su utilización para moverlos sin necesidad de tocarlos o asustarlos dentro de los corrales o para apartarlos. Incluso está cuantificablemente comprobada la eficiencia del antes y el después en los mataderos.

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