ENSAYO SOBRE LA COMUNICACION
merparra25 de Marzo de 2012
8.759 Palabras (36 Páginas)1.417 Visitas
ENSAYO SOBRE LA COMUNICACIÓN
La comunicación y la experiencia: saber comunicarse no significa saber de comunicación .Una cosa es “saber comunicarse” y otra “saber de comunicación”. De la misma manera, una cosa es hablar una lengua o saber algún idioma, y otra saber qué reglas lingüísticas caracterizan y diferencian a las lenguas; una cosa es no dejarse engañar fácilmente ante razonamientos abusivos, y otra saber filosofía, o lógica de la expresión formal; una cosa es estar sano, tener salud física o mental y otra saber medicina, biología, o psicología; una cosa es sacarle provecho a Internet para hacer un trabajo, o divertirse chateando, y otra saber la física o la lógica de los Protocolos TCP/IP que hacen funcionar Internet; etcétera.
En definitiva, hay un saber práctico que puede ser más o menos seguro para evitarse riesgos o fracasos cuando actuamos y existe un “saber sobre nuestro saber” (sería un saber reflexivo) que sirve para conocerlas causas del éxito o del fracaso del saber aplicado cuando actuamos. El saber reflexivo ha mostrado dos vías fundamentales en la cultura humana. Una vía se funda en las creencias y en la autoridad atribuida a
ellas sostenida por relatos míticos (las denominadas cosmogonías siempre presentes en todas las culturas); la otra vía, aparecida en la cultura occidental cinco siglos antes de nuestra era, es la que confía al razonamiento la consistencia de los saberes aplicados. Ésta es la que dio lugar al saber “científico”. Las ciencias siempre surgen y se consolidan, diferentes unas de otras, también por dos vías fundamentales. Una, retomando problemas no resueltos desde la perspectiva de las ciencias existentes hasta entonces y proponiendo una nueva perspectiva para abordarlos; y otra, ensayando aplicaciones técnicas que violentan o dejan obsoletos ciertos supuestos explicativos de las ciencias anteriores. La primera vía requiere un saber teórico a propósito de las limitaciones de las ciencias existentes para explicar los fenómenos no bien resueltos por ellas. Y la mayor parte de las veces no se crea una nueva ciencia, sino nuevas teorías en el ámbito de las ciencias existentes. La segunda vía procede de la presión
que ejerce la práctica social explotando el éxito de las aplicaciones técnicas.
La Teoría de la Comunicación es un saber sobre las prácticas comunicativas, dudosamente admitido todavía como una nueva ciencia, sino como un conjunto de avances teóricos al interior de alguna de las ciencias existentes como la neurofenomenología, en el ámbito de las ciencias de la vida (Biología y Psicología); o como la Lingüística, que avanza en el campo de la pragmática; o como la cibernética, que aplica modelos físicos y matemáticos a aquel tipo de pensamiento sociológico que trata de explicarse los sistemas sociales y su autorregulación....etc. Sin embargo, es la presión de las prácticas sociales basadas en la explotación de las nuevas tecnologías de la comunicación, de donde procede la urgencia de pensar la comunicación como objeto científico de estudio no bien planteado hasta ahora por el resto de las ciencias.
1.1 Experiencia: aprender comunicando.
También de las experiencias aprendemos a comunicar; es decir, a expresar lo más apropiado según sea nuestro interlocutor, o según sea cada situación, o según sea el papel que espera de nosotros el propio interlocutor, o la situación en que nos encontremos...
Más aún, gracias a la comunicación podemos vivir experiencias de los demás. Es decir, si con la experiencia aprendemos a comunicar, también gracias a que podemos comunicarnos es menos costoso, y más interesante vivir experiencias. Es muy difícil imaginar que alguien que disfrute o que sufra por ser protagonista de una experiencia, no comparta con alguien lo vivido, simplemente porque necesite desahogarse o le apetezca decirle a alguien cercano lo que siente en ese momento. De esta manera, la
experiencia no termina con lo vivido, sino que continúa y se revaloriza al contarlo. No en balde, para muchos viajeros y exploradores famosos (como Chateaubriand, Diderot, Flaubert, Humboldt, entre muchos otros) el verdadero viaje comenzaba en el momento de compartirlo verbal o epistolarmente con
alguien. Por las experiencias, es decir, por los éxitos cosechados, o por los fracasos vividos, aprendemos a comunicar. Es decir, a saber expresar lo más apropiado según sea cada interlocutor, o cada situación, o según sea el papel que se espera de nosotros, dependiendo de la posición en que nos encontremos: posición de poder, o de sometimiento. Entonces quiere decirse que también en la vida de cualquiera se cosechan éxitos o fracasos derivados de la comunicación.
Ensayo General sobre la Comunicación Capitulo 1
muchos especialistas (zoo-semióticos, etólogos) han hecho importantes hallazgos científicos. Ahora bien, hay dos formas de plantearse la comunicación en los seres vivos: una, es intentando describir cómo se producen, se transmiten y se reciben orgánicamente las señales que utilizan como estímulos para interactuar con otros seres vivos; otra, es intentando dar respuesta a la pregunta de cómo la comunicación que puedan llevar a cabo los animales, incluidos los más evolucionados como chimpancés, gorilas o mandriles, se diferencia de otros programas de conducta (heredados o adquiridos por aprendizaje).
No es injusto decir que hay un verdadero abismo entre la comunicación animal (aún la más desarrollada) y la humana, por lo que sería impropio hacer comparaciones simétricas. Dando por supuesto que se comunican, ¿los animales son capaces de mentir? Los animales se comunican, si por comunicación se entiende una conducta interactiva en la que los estímulos y respuestas no constituyen recurso a la fuerza
física que cada actuante aplica sobre el cuerpo del contrario (como en la lucha, por ejemplo), sino en el recurso al uso de señales (gestos, movimientos, sonidos, olores, etc.) que desencadenan en el otro respuestas específicas cuando las señales se ajustan a una determinada forma (semejante a un código); pero no por eso podemos estar seguros que sean capaces de transmitirse experiencias.
Si entrenamos a un perro para que corra a la puerta cada vez que se le enseña su correa, eso no garantiza que ese perro pueda transmitir comunicativamente ese aprendizaje a sus crías. Los cachorros del perro amaestrado tendrán que volver a pasar por el mismo proceso de entrenamiento para adquirir la misma habilidad. No obstante, uno de los proyectos más atractivos que existen sobre comunicación animal apunta precisamente a comprobar si a veces la comunicación entre ellos consigue enriquecer sus programas de conducta y su aprendizaje de generación en generación, algo que parece estar próximo a confirmarse entre padres y sus crías en algunas especies de delfines.
La Comunicación y los seres vivos
Abordaremos primero la reflexión sobre cómo la materia viva se caracteriza por reaccionar frente al entorno y cómo entre las posibilidades de este rasgo aparece la autonomía de los organismos; en segundo lugar examinaremos cómo esta autonomía de los organismos lleva a su conservación, variación y reproducción en el tiempo de los individuos y de las especies, y cómo, para hacer esto posible, se requieren programas de conducta que han de transmitirse de una generación a otra; y en tercer lugar estudiaremos cómo aparece la comunicación entre los programas de conducta heredados y cuáles son sus márgenes de libertad en el aprendizaje.
Las ciencias del comportamiento
La psicología estudia los fenómenos relacionados con los comportamientos humanos y con la mente; y es evidente que uno de esos comportamientos es la comunicación, pero no todos los comportamientos son comunicativos. La conducta es, para resumirlo de forma sencilla, cualquier reacción (forma de hacer algo) de un ser vivo ubicado en un entorno, orientada a satisfacer necesidades o aspiraciones de cualquier nivel trasformando en beneficio propio ese entorno, ya sea fisiológico (alimentarse), cognitivo (aprender), afectivo (desear), conativo (esforzarse), etc. Hay seres vivos que organizan sus comportamientos mediante programas de conducta (asociaciones de estímulo/respuesta) heredados genéticamente, con escaso margen de libertad para modificarlos mediante aprendizaje; mientras que otros seres vivos, como
el ser humano, construimos programas muy complejos de comportamiento a partir de muy escasa dotación genética de conductas simples (como las respuestas innatas a estímulos incondicionados: los arcos reflejos).
El comportamiento de un ser vivo que es capaz de saber o querer hacer lo que hace, manifiesta una identidad biológica como un “Yo” porque de alguna manera “es consciente de su comportamiento” (es decir, que se representa su propio comportamiento); para ser consciente de su comportamiento es necesario que se represente como Sujeto con una individualidad, algo de lo que carece el ser vivo que
sólo responde a provocaciones del entorno. Dicho de otra forma: el comportamiento no es consustancial al ser vivo, para que el primero exista hace falta que el ser vivo se convierta en un Sujeto que se represente lo que sabe, lo que quiere o lo que necesita hacer.
La aportación de la psicología a la comunicación es básica, pero no sólo con psicología podemos explicar la totalidad (y complejidad) de los fenómenos comunicativos. Si así fuera ¿cómo explicaríamos la incomunicación? ¿Como una enfermedad
...