ESTILOS DE APRENDIZAJE

Estilos de aprendizaje

El término ‘estilo de aprendizaje’ se refiere al hecho de que cuando queremos aprender algo cada uno de nosotros utiliza su propio método o conjunto de estrategias. Aunque las estrategias concretas que utilizamos varían según lo que queramos aprender, cada uno de nosotros tiende a desarrollar unas preferencias globales. Esas preferencias o tendencias a utilizar más unas determinadas maneras de aprender que otras constituyen nuestro estilo de aprendizaje.

Que no todos aprendemos igual, ni a la misma velocidad no es ninguna novedad. En cualquier grupo en el que más de dos personas empiecen a estudiar una materia todos juntos y partiendo del mismo nivel, nos encontraremos al cabo de muy poco tiempo con grandes diferencias en los conocimientos de cada miembro del grupo y eso a pesar del hecho de que aparentemente todos han recibido las mismas explicaciones y hecho las mismas actividades y ejercicios. Cada miembro del grupo aprenderá de manera distinta, tendrá dudas distintas y avanzará más en unas áreas que en otras.

Esas diferencias en el aprendizaje son el resultado de muchos factores, como por ejemplo la motivación, el bagaje cultural previo y la edad. Pero esos factores no explican porque con frecuencia nos encontramos con alumnos con la misma motivación y de la misma edad y bagaje cultural que, sin embargo, aprenden de distinta manera, de tal forma que, mientras a uno se le da muy bien redactar, al otro le resultan mucho más fácil los ejercicios de gramática. Esas diferencias si podrían deberse, sin embargo, a su distinta manera de aprender.

Tanto desde el punto de vista del alumno como del punto de vista del profesor el concepto de los estilos de aprendizaje resulta especialmente atrayente porque nos ofrece grandes posibilidades de actuación para conseguir un aprendizaje más efectivo.

El concepto de los estilos de aprendizaje está directamente relacionado con la concepción del aprendizaje como un proceso activo. Si consideramos que el aprendizaje equivale a recibir información de manera pasiva lo que el alumno haga o piense no es muy importante, pero si entendemos el aprendizaje como la elaboración por parte del receptor de la información recibida parece bastante evidente que cada uno de nosotros elaborará y relacionará los datos recibidos en función de sus propias características.

La propuesta de Alonso y Gallego (2002)

Definen el concepto como: rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos, que sirven como indicadores relativamente estables de como los alumnos perciben, integran y responden a sus ambientes de aprendizaje.

Conocer y contar con información sobre estilos de aprendizajes, nos hace reflexionar lo diferente que son nuestros estudiantes y lo importante que se torna conocer los estilos de aprendizajes de éstos para la toma de decisiones en el proceso enseñanza-aprendizaje, cuando éste no está siendo efectivo.

Varios autores han definido dicho concepto y tienen sus propias maneras de clasificarlos como por ejemplo David Kolb y Honey y Mumford.

La propuesta de Honey y Mumford

Honey y Mumford (1986) se basan en la idea de Kolb (1984) en su modelo de aprendizaje experiencial.

A partir de este modelo, estos autores definen los siguientes 4 estilos de aprendizaje que representan la tendencia de los individuos:

Estilo activo: Los estudiantes que presentan este estilo se involucran totalmente y sin prejuicios en las experiencias nuevas. Disfrutan el momento presente y se dejan llevar por los acontecimientos.

Estilo reflexivo: Los estudiantes que presentan este estilo son reflexivos, tienden a adoptar la postura de un observador que analiza sus experiencias desde muchas perspectivas distintas.

Estilo teórico: Los estudiantes que presentan este estilo se adaptan e integran las observaciones que realizan en teorías complejas y bien fundamentadas lógicamente.

Estilo pragmático: Los estudiantes que presentan este estilo les gusta probar ideas, teorías y técnicas nuevas, y comprobar si funcionan en la práctica. Les gusta buscar ideas y ponerlas en práctica inmediatamente.

A continuación diversos autores y sus definiciones de estilos de aprendizaje.

Kolb (1984)

Define el estilo de aprendizaje como ” un estado duradero y estable que deriva de configuraciones consistentes de las transacciones entre el individuo y su medio ambiente”.

Keefe (1988)

Explica que los estilos de aprendizaje son “los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que sirven como indicadores relativamente estables, de cómo los discentes perciben, interrelacionan y responden a sus ambientes de aprendizaje”.

Guild y Garger (1998)

Consideran que los estilos de aprendizaje son “las características estables de un individuo expresadas a través de la interacción de la conducta de alguien y la personalidad cuando realiza una tarea de aprendizaje”.

Gentry (1999)

Lo define como “estrategias preferidas por los estudiantes que se relacionan con formas de recopilar, interpretar, organizar y pensar sobre la nueva información.

En resumen el término “estilos de aprendizaje” se refiere al hecho de cuando queremos aprender algo, cada uno de nosotros utiliza su propio método o conjunto de estrategias y no todos aprendemos de la misma forma y velocidad. Estas diferencias son resultado de muchos factores, como por ejemplo: la motivación, edad, cultura, ambiente entre otros. Estos estilos de aprendizaje nos ofrecen un marco conceptual que nos ayuda a entender el comportamiento diario de los estudiantes en la sala de clases. También podemos entender de qué forma están aprendiendo los estudiantes y como satisfacer esas necesidades de forma individual.

Continuamos en este post con la serie de entradas dedicadas a analizar los elementos para alcanzar el éxito en el aprendizaje. Según se apuntaba anteriormente, el conocimiento sobre la manera en la que aprende el alumno, es decir, su estilo de aprendizaje, es esencial para garantizar la eficacia en el proceso, ya que sólo de esta manera, los contenidos y la metodología podrán adaptarse a los formados.

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