ETICA Y SENTIDO DE LA VIDA
LEODAN218 de Septiembre de 2011
3.298 Palabras (14 Páginas)10.442 Visitas
ETICA Y SENTIDO DE LA VIDA
Hablar del sentido de vida nos estamos refiriendo esencialmente al ejercicio de una capacidad humana que surge de su espiritualidad. También podemos decir que el desarrollo efectivo de la dimensión espiritual De la persona normalmente se vehicula a través del intento sostenido de encontrarle sentido a la vida. La dimensión espiritual responde a la capacidad del ser humano de darle (o encontrarle) sentido a la vida o a las actividades que realiza. El sin-sentido viene a ser una de las situaciones más graves para el ser humano. Caer en ese estado lo conducirá casi necesariamente a una pérdida de motivación total de la vida, arrastrando a las demás dimensiones consigo.
El descubrimiento de sentido es lo que permite a la persona ubicarse con un talante positivo frente a la realidad. Encontrar un sentido al cosmos, encontrar un sentido al devenir de los tiempos, no es separable del propio sentido de vida, aunque en muchos casos la persona no logra integrarlos de una manera armónica. la dimensión espiritual la que permite asumir positivamente la realidad de la propia vida, es decir, que la persona pueda efectiva y pacíficamente identificarse con lo que “es” en realidad, y con una realidad que es así más allá de lo que él quisiera que fuera.
La dimensión ética, como actividad humana, es la búsqueda de caminos de realización. La ética es, entonces, la respuesta a las preguntas: “¿cómo actúo actuamos para ser felices?”, “¿cómo actúo-actuamos para ser plenamente personas?” Desde esta perspectiva, podemos definir la ética como "la praxis de hacernos mutuamente personas en la historia".
El ser humano es ético porque se construye a sí mismo con sus actos. Lo que se trata al desarrollar la dimensión ética desde la perspectiva de la objetividad, es que no solamente se sea ético y, por lo tanto, que se sea responsable de sus actos y sus consecuencias, sino que además las asuma y las integre consciente y deliberadamente en un camino de autoconstrucción.
El concepto "espíritu", proviene del término griego " pneuma". Este concepto fue desarrollado en occidente especialmente a partir de los escritos de San Pablo, quien utiliza el término "pneuma" para expresar un concepto relevante de la fe cristiana. Aquí es importante el contexto, ya que bajo la influencia del platonismo, en la cultura griega se planteaba una oposición total entre espíritu y cuerpo, de modo tal que el espíritu se encontraba "encarcelado" en el cuerpo y ansiaba su liberación de aquel. De este modo, el cuerpo, todo lo vinculado a él, y la materialidad en general, eran despreciados.
El término espiritualidad se introduce en occidente a través del cristianismo, por lo que es importante aclarar algunos aspectos de cómo él lo concibe. Para el cristianismo, el “espíritu” proviene de Dios mismo. El espíritu humano se diferencia del "Espíritu Santo" (denominación del espíritu divino), es creado por él, y es iluminado por él.
La "utopía" es propia de la dimensión espiritual de la persona, y constituye su modo de trascender la realidad empírica.
Estas utopías, que hay que distinguir netamente de las “fantasías” de tipo psicológico o de los “deseos” de tipo afectivo aunque estén muy vinculadas a ellas, tienen siempre una vinculación con la realidad, en el sentido de que tienen posibilidades -estimadas como verdaderas- de realizarse aún en el caso de que trasciendan la realidad material o la histórica, como ocurre en el caso de algunas utopías de tipo político-social o de tipo religioso.
Los aspectos auto manifestados, que son voluntariamente aceptados y promovidos por la persona en sus ideales, podríamos identificarlos con "lo que la persona quiere ser o quiere que sea (la realidad)". En este sentido, configuran el conjunto de anhelos de realización que la persona conscientemente tiene. Esta complejidad humana, muchas veces lleva a inconsistencias y contradicciones, normalmente desapercibidas para el sujeto pero que cuando se hacen conscientes con facilidad generan altos niveles de conflicto consigo mismo. Sin embargo, es aún peor cuando la persona no es capaz de percibir sus propias inconsistencias.
En este momento únicamente queremos dejar sentado que, desde el punto de vista ético, la vida humana consiste en asumir, manejar, y resolver lo mejor posible, la ineludible tensión entre ideales y opciones históricas concretas.
Características generales de la "utopía":
•Aunque normalmente simplificamos al diferenciar la "realidad" (en referencia a la realidad histórica actual) de los ideales y de la utopía, para el sujeto los tres conceptos tienen relación con una única realidad. Una es la realidad histórica presente, otra la realidad ideal, otra la realidad utópica, pero las tres tan reales que para un creyente con facilidad puede llegar a ser más real la utopía que la realidad histórica actual (p.e.: "el mundo es apariencia que pasa, el Reino de Dios es realidad que permanece").
•También, la utopía hace referencia a la realidad histórica, en cuanto que se aspira a que se concrete en ella, aunque los plazos, los modos, y los procesos no puedan establecerse con claridad. La diferencia esencial con la fantasía es que ésta última no pretende convertirse en la realidad presente ni futura en cuanto posibilidad efectiva.
•La utopía tiene siempre la perspectiva global de la realidad, por lo que normalmente
Involucra la historia, el cosmos, los vivos y los difuntos. Si bien es cierto que para que el sujeto se sienta involucrado por la utopía, y por tanto aspire a ella, es necesario que lo alcance de manera personal, de por sí la utopía es siempre mucho más abarcativa y profunda que la propia realidad el sujeto.
•Históricamente, las diferentes utopías de impacto colectivo que han ido surgiendo, tanto de tipo religioso, como filosófico, como político-ideológico, proyectan su realización más allá de la voluntad y/o acción de los seres humanos. Hay variaciones grandes entre las utopías religiosas de tipo "mágico", las que implican distintos niveles de participación humana, y las que dependen de leyes de necesidad histórica. Sin embargo, en todos los casos su realización está asegurada más allá de la acción del sujeto personal concreto.
•Se trata siempre de un horizonte óptimo, y por lo tanto altamente deseable. En este sentido, se trata de la percepción de una realidad exactamente contraria a la que podría generar en el sujeto una "indignación ética".
Características de los ideales:
•Los ideales tienen esencialmente un carácter abstracto, más allá de que se expresen a través de elementos simbólicos o de imágenes concretas.
•Son siempre en referencia al sujeto, sea éste individual o colectivo, y por tanto tienen siempre un horizonte contextualizado (comparten expectativas del medio cultural al que pertenece el sujeto).
•Si bien se contraponen a la realidad histórica concreta, son mucho más cercanos a ella que la utopía, y de hecho, el sujeto aspira a poder realizarlos en ella. Desde el punto de vista ético, un ideal irrealizable en la historia concreta de la persona de por sí constituiría un factor de alienación y no de crecimiento y realización, y por tanto no sería verdaderamente un ideal sino una fantasía.
•Por su estrecha relación con la realidad histórica y su necesaria interacción con ésta mediante una espiral hermenéutica, los ideales son mucho más dinámicos y adaptables al sujeto de lo que lo es la utopía.
•De hecho, los ideales van a contener siempre la impronta del sujeto, porque aunque son comunicables y transmisibles al interior de determinados colectivos que comparten un mismo horizonte, sin embargo, su esencia es netamente personal (al apropiárselos, el sujeto necesariamente los personaliza).
•Normalmente, los ideales se expresan en el sujeto a través de imágenes. En el caso de haber sido trabajados y tematizados por el sujeto, pueden también expresarse a través de escalas de valores.
Es también importante resaltar que el proceso de descubrimiento-construcción de la utopía y los ideales por parte del sujeto, tiene una vinculación muy relativa.
De hecho, en un sujeto concreto puede haber una fuerte presencia utópica, muy tematizada, sin la existencia de ideales específicos acerca de sí mismo. En este caso, estamos en presencia de un sujeto que tiene muy claro el horizonte futuro del universo, pero que no tiene nada claro cuál es su camino personal de crecimiento.
Desde un punto de vista pedagógico, los instrumentos y los procesos tendientes al desarrollo del horizonte utópico y de los ideales personales, suelen recorrer caminos diversos.
Habitualmente suponen estrategias y acciones educativas específicas en cada caso.
En sociedades plurales, es fácilmente aceptable la propuesta educativa que incluya un desarrollo de los ideales personales, pero es prácticamente inaceptable una propuesta educativa que implique el descubrimiento de un horizonte utópico común.
El tema de la desmoralización importa porque es una de las claves típicas de la relación entre ética y espiritualidad. Entendemos que “desmoralización” es el concepto que en español mejor expresa lo puesto a ético o moral. Los conceptos de “amoral” o “inmoral” presuponen la existencia de una realidad moral a la cual se busca eludir o transgredir. En cambio, la persona
...