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Economia De La Felicidad


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2014  •  855 Palabras (4 Páginas)  •  154 Visitas

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“La economía de la felicidad”

Introducción

La felicidad ha sido una búsqueda tan desafiante como frustrante para la humanidad. Durante miles de años los hombres han intentado discernir de qué se trata ese sentimiento tan particular y cuál es el mejor camino para alcanzarlo.

El descubrimiento que existen personas más felices y otras menos felices, independientemente de sus características particulares, la felicidad volvió a integrar el corazón de la ciencia moderna. La retomó la psicología positiva como eje de sus investigaciones, la incorporó la neurociencia, y puso en ella su mirada la economía.

La economía siempre estuvo interesada en la felicidad. Felicidad era para los economistas sinónimo de bienestar. Y ¿qué podía ser más importante para una ciencia que desarrollarse con la promesa de mejorar el bienestar y poner al hombre en las puertas de la felicidad?

El vínculo entre economía y felicidad siempre incomodó. Transformaba ese concepto bello, que Aristóteles describía como el fin más preciado del hombre, en un concepto materialista, que asociaba la felicidad al ‘tener’.

En los tiempos modernos, sin embargo, las líneas de investigaciones en economía cambiaron de eje: viraron desde las discusiones teóricas hacia la elaboración de estudios empíricos que arrojan evidencia sobre el vínculo entre economía y felicidad, surgiendo así una ‘Economía de la Felicidad’.

La economía ya no es considerada como la puerta de entrada al reino de la felicidad, pero no se desconoce que al menos un aspecto de esa felicidad que busca el hombre, está compuesta por factores económicos.

Contenido

En esta exposición se mostrará que el vínculo entre economía y felicidad es mucho más profundo de lo que se reconoce. La economía le pone un piso a la felicidad, y eso ya lo reconocía Aristóteles cuando sostenía que la felicidad estaba en la vida contemplativa pero para experimentar esa vida era necesario tener resuelta la provisión de bienes exteriores. Sin embargo, se demostrará a partir de estudios empíricos, que en la medida que la utilidad marginal del ingreso es decreciente, el vínculo entre economía y felicidad tiene un techo a partir del cual es necesario poner la mirada en otros:

1 El utilitarismo surgió en el siglo XVIII en Inglaterra de la mano de Jeremy Bentham (1748-1832) y fue reformulado luego por John Stuart Mill (1806-1973). Sin embargo, el desarrollo del concepto de utilidad puede remontarse al año 1600 en lo que se llamó ‘Utilitarismo teológico’.

1. Ingreso y felicidad: encuentros y desencuentros El ingreso es una variable esencial en la vida de los hombres. El ingreso posibilita una buena alimentación, contar con un buen sistema de salud, una buena educación, tener una vivienda en condiciones, y acceder a un conjunto de factores elementales para disponer de una calidad de vida que permita a la sociedad ubicarse en un punto óptimo de bienestar. ¿Pero el ingreso hace más feliz a los hombres? Si el ingreso mejora ¿es de esperar que las personas sean más felices? ¿Cómo influyen los ingresos de los demás en la felicidad de cada uno? Este tipo de preguntas guían los trabajos modernos sobre economía y felicidad. Y los resultados, lejos de ser contundentes, son variados, contradictorios y en algunos casos ambiguos. Pero todos ellos tienen un punto en común: en mayor o menor medida, arrojan evidencia que la economía y la felicidad tienen planos de unión.

¿Qué necesita para ser más feliz?

¿Por qué la gente se siente feliz a pesar que su bienestar económico no es bueno pero al mismo tiempo exige más dinero para ser más feliz? Una posible respuesta sería que un individuo cuando define si es o no feliz, evalúa factores vinculares, en cambio cuando indaga acerca de qué lo haría más feliz, entran en escena sus creencias, valores, y expectativas, que lo conectan con su malestar, y entre las causas de ese malestar, está la frustración económica o la frustración laboral. En otras palabras, lo que la gente estaría manifestando es que su felicidad no depende solo de su situación económica, pero para ser más feliz debe eliminar el malestar que siente, y entre los causantes principales de ese malestar, están sus bajos ingresos, el desempleo o un trabajo de mala calidad.

Conclusión

Los estudios empíricos sobre economía y felicidad muestran que, ciertamente, ‘hombre rico’ no es sinónimo de ‘hombre feliz’, ni ‘hombre pobre’ es sinónimo de ‘hombre no feliz’. La felicidad puede existir en la riqueza, y en la pobreza. En los logros y en las adversidades, porque los factores que la determinan no son solo económicos. Sin embargo, la economía constituye un componente importante en esa búsqueda. Movimientos en la situación económica de las personas provocan inicialmente movimientos en su percepción de felicidad.

En esta búsqueda, lo poco que sabemos es que la felicidad es uno de los objetivos finales de la vida. Lo demás, es un proceso constante de búsqueda y satisfacción, de intentos a veces en vano por alcanzarla. Y la economía no es ajena a ello.

Bibliografía

• Construcción de Indicadores de Bienestar Económico para la Argentina. Presentado en Jornadas de la AAEP, 2007. Oswald, A.J. (1997). Happiness and Economic Performance. Economic Journal 107: 1815-1831. Veenhoven, R. (1993). Happiness in Nations: Subjective Appreciation of Life in 56 Nations, 1946- 1992. Rotterdam: Erasmus University Risbo.

• http://www.institutodelbienestar.cl/adjuntos/07-feliciteca-Economia-y-felicidad-Existe-vinculo.pdf

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