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Ejercicios De Ttécnicas Multivariadas


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2013  •  3.113 Palabras (13 Páginas)  •  277 Visitas

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Temas de la Niñez: la disciplina de los hijos

Nuestra, no es la única de las especies que usa la enseñanza para asistir a sus retoños a adaptar a las demandas de la vida tribal o en sociedad.

Es necesario que entendamos que la tarea de socializar a los niños es esencial para su adaptación y supervivencia, y que ésta, de antaño una actividad de familia y de vecinos, hoy se comparte con personas extrañas como son profesores, criadas e instructores.

Los jóvenes aprenden las reglas de la comunidad donde viven por medio de observar el ejemplo de sus mayores y asimismo, por medio de la labor reguladora que los últimos ejercen con firmeza y ternura.

Pero, en ese aspecto; singularmente pedagógico y social, no estamos solos ni somos especiales. Otros animales lo practican y son exitosos en sus esfuerzos.

Y, como aprendiéramos de Lorenz, mucho podemos derivar si nos dejamos guiar por las observaciones que hacemos y por los ejemplos que ganamos de otros vertebrados, aun de aquéllos cuya relación genética con nosotros sea remota.

Por ejemplo, en los años finales del siglo pasado, la población africana de los rinocerontes blancos estaba siendo decimada por actos de violencia.

¿Dónde? Esperen…

Terapeuta…

Lo sorprendente, en este caso, sería que ellos eran perseguidos no por cazadores furtivos sino por elefantes machos, jóvenes; que habiendo sido hechos huérfanos --- como resultado de operaciones de control de la población de paquidermos --- en el Parque Nacional de Kruger en Sud África, crecieron indisciplinados.

¿Qué lo causó? La sobrepoblación. La expansión demográfica, si no era arrestada, amenazaba a una especie.

Los adultos de la manada fueron sacrificados y los elefantes bebés fueron transportados a otras regiones del parque, donde crecieron sin el beneficio de los años de supervisión de sus padres que requiere todo elefante inmaduro.

Los elefantes huérfanos se desarrollaron tornándose en sociópatas juveniles, sin restricciones ni límites.

La salvación de los rinocerontes fue el trasplante de un número representativo de elefantes toros, adultos y maduros; quienes procederían a socializar y a entrenar a los jóvenes delincuentes en los comportamientos esperados de elefantes responsables.

En la línea continua de la socialización, nuestra especie está localizada entre los elefantes y los simios --- hacia el fondo --- y las hormigas y los himenópteros, en el otro extremo.

Nosotros nacimos dotados, en la mayoría de los casos, con la capacidad potencial del desarrollo de una conciencia reguladora, que actúa para impedir que violemos las reglas de la sociedad.

Esta conciencia, aplicada e implementada de modo colectivo, forma las bases para el desarrollo y evolución de la Ley Natural, de la que tanto, en mis lecciones hablamos.

Nosotros podemos aprender a sentir empatía por otros animales, no sólo por los miembros de nuestra especie y asimismo derivamos satisfacción cuando nos conducimos con altruismo.

Otros animales hacen lo mismo.

La mayoría de nosotros desarrolla un sentido de responsabilidad hacia nuestras familias y comunidades, y un deseo de compartir la carga del esfuerzo colectivo, emulando a quienes admiramos. Sintiéndonos bien, acerca de nosotros mismos, mientras lo hacemos.

Pero hay diferencias cruciales.

Las proclividades sociales de los insectos están incrustadas en sus genes que los orientan, de modo draconiano e ineluctable, a ser sociales.

Son sociables y se sacrifican por el bien colectivo, a menudo, sin tener otra alternativa.

Nosotros, porque alternativas tenemos, debemos aprender el uso de la socialización y del aprendizaje ético y moral.

En nuestro género, las inclinaciones que nos permiten desarrollar la moralidad final, no nacen en nuestros organismos totalmente desarrolladas, sino que, como sucede con nuestra capacidad de adquirir el lenguaje, éstas deben de ser despertadas, reguladas, y reforzadas por medio de nuestras interacciones con otros seres humanos durante nuestro crecimiento psicosexual.

Por esa razón, nuestro éxito, como psiquiatras, en rehabilitar personas que crecen sin socialización, como tanto hemos constatado en nuestras ponencias acerca de la psicopatía, es muy pobre.

Por lo antedicho es que igualmente, resulta importante entender, que como sucede con el aprendizaje del lenguaje, que si no se estimula, se atrofia. En el caso de la socialización, la cual si no se nutre de la manera debida, dará como resultado a una persona sin principios éticos y, quizás en una que será amenaza para todos.

La socialización de nuestros hijos en el paleolítico superior

Nuestros antepasados vivían en medio de grupos pequeños de familia extendida, en los cuales los abuelos, tíos, y primos cercanos, ya mayores; todos participarían igualmente, con los padres, en la educación del joven.

Este sistema funcionaba, y funciona bien en todas las sociedades primitivas que aún existen. Todos los adultos intervienen en la educación del niño y, a pesar de que algunos de estos grupos son bastante violentos hacia otros --- entre ellos, el crimen es muy raro.

En nuestro mundo y, especialmente, en nuestros países con costumbres hispánicas, la socialización del niño se relega esencialmente a los padres, principalmente la madre, la que ella comparte con las niñeras, esperando poca contribución directa por parte del papá.

Hoy día, gracias al incremento de la frecuencia del divorcio, la responsabilidad recae, a menudo, a un solo padre.

Con el resultado triste de que una madre (o padre) que está abrumada con su carga, que es incompetente, o que carece de socialización propia, puede pasar a sus hijos la orientación dañina hacia la falta de consideración por los demás, o a la psicopatía.

Antes de proseguir con esta tesis, debemos recalcar que la figura del papá, en nuestra especie, es de tanta importancia crucial, como la que viéramos en el ejemplo citado de los elefantes.

En nuestro género, el castigo, especialmente, el castigo físico o el castigo en forma de tortura psicológica, produce adultos que abusan sus hijos, torturan animales, maltratan sus cónyuges o que cometen

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